martes, 30 de diciembre de 2014

El señor de las profundidades

El Señor de las Profundidades cierra la trilogía de Lethe, el No-mago. Quien haya seguido las anteriores entregas sabrá que Lethe es, en realidad, un grandísimo mago, pero de una magia diferente, y más poderosa.

Esta última entrega comienza donde terminó la anterior, y aquí ya no hay tapujos. La suerte está echada y todos se preparan para la gran batalla. La batalla que acabará con el juego del ciclo de los nueve mil años.

Esta es la entrega más oscura de las tres, así como la que más acción despliega.
Bajo mi punto de vista es la mejor de las tres pero, en mi propia experiencia, ha resultado la menos satisfactoria, como antónimo de gratificante, que no como sinónimo de baja calidad. Es así, porque intenta dar una explicación demasiado esotérica y pueril al mismo tiempo al cielo de la no-magia. Pero sin embargo es la mejor de las tres, pues despliega por fin, el entramado que esconde la no.magia y el Oscuro, y acarrea una buena dosis de acción y epicidad pero, como he dicho, en mi caso, ha terminado defraudándome el resultado. No sé, esperaba otra cosa, y más.

La novela sigue tres líneas argumentales diferentes: Por un lado el No-Mago y la Dama que, ayudados por Pit, se convertirán en El Señor de las Profundidades, y combatirán al avatar del Oscuro; Por otro lado, el grupo de Matei y cia. que seguirán en su empeño por descubrir las runas de Randole; y en tercer lugar, nos encontramos con el grupo que ha estado dirigiendo todo el cotarro: Los integrantes del juego. Un grupo de seres legendarios que mantienen el pulso del universo y mueven a las personas a su antojo como si de títeres se tratasen para asegurar no sólo la estabilidad del universo, sino también su propia diversión.

En esta ocasión creo que Maryson se apoyó más en los personajes. Les ofreció un carácter más definido y unas metas más claras. Del mismo modo, con su juego de los ), los solitarios, y la raza más antigua, quiso dotar al mundo de una importante cosmología propia. Imagino que con la intención de poder continuar desarrollándola en futuras novelas, pero que a mi no ha terminado de gustarme a día de hoy pues me ha parecido demasiado improvisada y (para hoy en día) poco original.

Hay momentos realmente épicos y originales, como el Ser que en realidad es El Señor de las Profundidades, ¡nunca se me hubiera pasado por la cabeza! Su batalla con el Dragón del Oscuro resulta increíble y sorprendente pues nos encontramos ante una fantasía heroica con tonos de ciencia ficción en este punto, ya que el propio Señor de las... se convierte en una especie de nave pilotada por las mentes de Lethe y la Dama. Este aspecto me ha gustado sobremanera, así como los oscuros y poéticos momentos que suponen la partida del alma del cuerpo de Lethe o la Dama.
Se continúa con la trama política, y la ciudad de Romander es sometida a un golpe de estado y a un posterior ataque que será capeado con maestría por la llegada de poderosos magos en una batalla mágica realmente espectacular.

Sin ánimo de levantar más spoilers que los que ya habré soltado, he de decir que la novela cierra un ciclo. Con la llegad de Lethe y su uso del Poder y manejo de su cabalgadura, se cierra el ciclo de las eras y se inicia una nueva época que podría haber continuado futuriblemente si el autor no hubiese fallecido. Las puertas estaban claramente abiertas para esto.

En general me parece una muy buena trilogía, aunque reconozco que (me repito) a día de hoy no me ha dicho gran cosa. Tengo claro que hace 20 años, cuando mis lecturas seguían derroteros dragonlantinos, ésta me habría parecido una grandísima trilogía, por lo innovador y original. Creo que he llegado 20 años tarde.

Muy recomendable para iniciarse en la fantasía y buscar un estilo de fantástico menos explícito en todo que el actual; un fantástico que invite a soñar y a leer entre líneas: a imaginar, en una palabra.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Peña Amaya

No me habría enterado de la aparición de este libro (entonces) si no hubiera sido por que el propio escritor me preguntó través de Facebook si estaría interesado en comentarlo.
No lo dudé, pues a pesar de que estaba muy liado laboralmente, el anterior libro que había leído de Pedro Santamaría, El Águila y la Lambda, me había gustado mucho.
Lo recibí 2 ó 3 días más tarde y, como punto de partida, debo decir que me gustó la edición. Como todo lo que saca al mercado la editorial Pamies, el libro llamaba la atención por su cuidada edición; con un aspecto sólido y que apetece tocar, una tipografía agradable y, como siempre, una portada que atrae a primera vista.
No obstante y, a pesar de esto, he de decir que el libro no me ha gustado tanto como esperaba. Es una buena novela, no cabe duda, pero hay cierto aspecto que me ha escamado un poco por cansancio, y ha hecho que la novela me defraude en cierto sentido.

Año 572 D. C. El rey visigodo Leovigildo acaba de conquistar Córdoba, y con ella prácticamente todo el territorio íbero está bajo su mandato. Tan sólo los reinos del norte se le resisten.
Tras el infructuoso intento de someter a los cántabros por la vía de la negociación política, no le queda más remedio que declarar la guerra.
Los cántabros se refugian en Peña Amaya, enclave hasta ahora inexpugnable, para resistir.
Peña Amaya narra la lucha de los últimos cántabros libres, contra el invasor y contra sí mismos.

La escritura de Pedro Santamaría resulta, como ya lo fuera en El Águila y la Lambda, muy atractiva. De sencilla lectura pero con la agradable elegancia estilística de un vocabulario cuidado pero alejado de barroquismos. En este sentido Peña Amaya es una lectura realmente amena y que se lee fácil y rápidamente.
La novela está narrada en tres registros diferentes: uno de ellos tan sólo durará unos capítulos, los primeros, en los que uno de los protagonistas, Tomás, contará un poco lo que lo ha llevado a Amaya. El resto de la narración está dividido entre los capítulos en tercera persona, que parecen situarse del bando de los cántabros, pues la mayor parte de las narraciones se centran en ellos; y los capítulos del bando visigodo, narrados por un escriba a modo de crónica. Por este motivo, son capítulos de menor extensión aunque realmente interesantes.

Santamaría ha creado una novela de personajes en la que se aprecia claramente que el leitmotiv es el coraje y el orgullo de un pueblo a colonizar, contra la codicia y, también el orgullo, del pueblo invasor. La lucha entre dos fieros rivales que tratan de no perderse; uno siendo absorbido por el extranjero y perdiendo así su futuro; y otro, que trata de continuar adelante para demostrar su fuerza y unificar toda la península bajo su ley, que dice traerá paz y prosperidad.

Pero es también una novela de identidades y, e aquí la parte que no me ha gustado, aquella de la que ya estoy hastiado, pues se repite en multitud de novelas. Los cántabros deben luchar contra el cambio. El cristianismo, de la mano de Tomás y Emiliano (San Millán) han llegado a la península, a Peña Amaya, para quedarse, y nada podrá remediarlo. No dudo de la veracidad histórica de las palabras de San Millán, ni de las argucias cristianas para que con su mentirosa verdad y su escondida pero vengativa paz, consigan fieles, pero novela tras novela (la Tabla Redonda, el mundo celta, las sagas vikingas, etc.) siempre encontramos estas hechuras que nos predisponen contra el cristianismo, lo cual al principio está muy bien, pero ya me acaba cansando, sinceramente.
Sin embargo, me parece muy interesante el enfrentamiento entre cristianismo y arrianismo. Es un aspecto poco tratado en la literatura de ficción y resulta muy aleccionador el observar como los propios cristianos convertidos muestran tanta inquina contra el hereje arriano representado por los visigodos.

Otro aspecto importante de la novela es el enclave que la da título. Un bastión que se yergue inexpugnable y, como suele suceder, no cae sino por la traición interna. No se trata de un lugar descrito a conciencia para conseguir que lo conozcamos al dedillo, sino que Santamaría lo presenta sutil pero firmemente. Se busca otra emoción. Peña Amaya se alza imponente y te hace sentir protegido y orgulloso de defender.

Es de destacar la gran labor de documentación llevada a cabo por Santamaría, de la que se aprenden bastantes cosas pues, tal vez me equivoque, no lo sé, pero no creo que haya mucha literatura acerca de este período histórico.
Realmente he sentido la arrogancia y la fuerza de Leovigildo; sus ansias de poder, pero también de paz. Con Necón he disfrutado de la raza de un pueblo que quiere mantener su identidad a toda costa. En este sentido, la novela me ha parecido que cumple con creces lo que promete y es capaz de transportarte a la época y lugar.

Como puntos negativos destacaría un par de ellos: el primero ya lo he comentado: el enervante y manido enfrentamiento cristianismo-paganismo. El segundo, el tema de la traición cántabra. A mi modo de ver, resulta fácil adivinar la identidad del traidor desde muy temprano.

Pese a esto, recomiendo la novela a aquellos que quieran acercarse a este período histórico y que busquen un hecho concreto, no un marco ampliado y más generalista y que, a su vez, quieran disfrutar de una pluma amena y sencilla, alejada de la multitud de referencias históricas que acompañan a este tipo de novelas.

martes, 18 de noviembre de 2014

El unicornio

El unicornio es el primer libro que leo de Iris Murdoch. Guiado por la sinopsis de contraportada, la cual me indujo a pensar que me encontraría ante una bella historia gótica de misterio fantasmal (a día de hoy, no sé en que parte del texto resumen fui capaz de entrever esto). No ha sido así y, si bien he de decir que está maravillosamente escrito, desde luego no ha sido lo que esperaba.

Una joven institutriz cuyo futuro laboral ve un tanto incierto, y que alberga cierta frustración en el terreno sentimental, decide aceptar una oferta de trabajo.
El puesto la sitúa en un paraje solitario en la costa inglesa. En una zona que, según los mapas, parece alejado de todo y abandonado en el tiempo. Pese a todo, la oferta le parece una oportunidad que no puede rechazar. Tal vez le aporte una experiencia profesional insustituible, y la separación de su pareja, la ayude a centrar su vida y fijar sus prioridades. Lo único que no sospecha es que su alumnado no será infantil, sino la propia señora de la mansión.

La soltura narrativa de Iris Murdoch me ha dejado patidifuso. Nos encontramos ante un estilo, limpio, completamente transparente, que nos lleva en volandas de una frase a la siguiente; muy sencillo de leer, pero que encierra una gran calidad estética. En cada palabra se aprecia que Murdoch era una escritora perfeccionista que no pegaba puntada sin hilo. Pese a ser tremendamente ágil, se observa una clara tendencia a la elegancia y a la corrección formal.
Al principio de la novela parece entreverse un cierto aire de misterio que lo hace interesante en su contenido. El misterio que encierra a Hannah nos hace creer en algún aspecto gótico pero, en poco tiempo, esto se aleja de nuestra mente al percibir que el misterio en cuestión no es otro que una historia de amor y violencia marital. Tal vez, como consecuencia de infidelidades y celos o, tal vez (y también) por causa de tratarse de un matrimonio inglés cerrado y clasista que debe mantener las apariencias y ceñirse a estrictas normas incomprensibles para la gente normal.

A pesar de esta trama que, ya digo, no es la que esperaba, la novela gana mucha fuerza en el terreno descriptivo. Nos hallamos ante una novela de personajes, de profunda fuerza y que atraen hacia sí toda la carga narrativa, por encima de los devenires de la historia.
Todos los personajes, sin excepción, presentan una fuerza arrolladora, e incluso los que aparecen tan sólo mencionados allende los mares, son capaces de despertar emociones. Dependiendo de la experiencia de cada cual, empatizaremos más con uno u otro, amaremos u odiaremos más a éste o a aquella pero, me atrevo a aventurar que difícil será si los sentimos tal y como Murdoch los pensó, pues nos encontramos ante una doble realidad. Aquella a la que juegan los personajes haciendo que la escena siempre esté entreverada, con las frases a medio decir y las imágenes a medio mostrar, que consiguen el efecto de mantener la tensión constante; y aquella otra, metafórica, en la que la tensión, las emociones, los miedos, el mundo exterior y el sentido de la culpa narran la verdadera historia que subyace bajo la trama, pues me he visto ante una novela de una potente carga simbólica en la que la expiación de los pecados, el sentimiento de culpa, es capaz de nublar el juicio del ser humano, obsesionándolo consigo mismo y encerrándolo en un miedo eterno al exterior. Un miedo que crea un mundo insólito y particular. Extraño, pero hermoso a la vez.
No puedo olvidar mencionar el castillo de Gaze. Ese castillo que se alza imperturbable sobre las personas como un avatar ominoso y guardan de los secretos en los que se desarrolla toda la novela. De nuevo, y como sucede en la novelas en las que la descripción del entorno y el ambiente generado priman sobre la aventura y la acción, el castillo se convierte en un personaje más, que dota de sentido la existencia de Hannah y la novela.

En definitiva, otra novela que recomendar de Impedimenta. Una más de tantas. Reconozco que tal vez me haya defraudado un poquito en lo que esperaba, pero su lectura ha resultado altamente satisfactoria y no puedo sino alabar el estilo de Iris Murdoch, quien me ha parecido una autora de una brillante inteligencia y una pluma exquisita.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Cuentos para Algernon. Año I

Como conté cuando reseñé Hic Sunt Dracones, Cuentos para Algernon era, a mi juicio, otra de las grandes iniciativas editoriales de este año. En mi opinión, la más grande: Por un lado es una antología multiautor extraordinaria, y por otro es gratuita. Se puede pedir muy poco más.
Si tenemos en cuenta que, Marcheto, la webmaster y traductora, no cobra nada por su trabajo y, para poder traducir estos fabulosos cuentos, tiene que lidiar con los autores para pedirles su autorización y, además, hemos de reconocer que la traducción es excelente, es obligado dar la máxima nota posible.

Haré, como siempre, un pequeño resumen de los cuentos que comprenden este primer volumen.

* Quedarse atrás, de Ken Liu: Cada vez la singularidad se apodera más rápido de la humanidad. Cada vez son más los humanos que adoptan esta horma de vida, abandonar su cuerpo físico para integrar su mente en un soporte informático colectivo que los hace inmortales. Aun así sigue habiendo románticos que sienten el aspecto físico de la vida como la única realidad posible.

* Un diez con una bandera, de Joseph Paul Haines: Los niños son tasados con una puntuación durante su período de gestación. Esta puntuación indicará su utilidad futura para la sociedad, y puede aportar beneficios o desgracia para la familia.
Hasta que, en una familia, ocurre un caso excepcional. El hijo nonato de ambos es calificado con un diez y una bandera, dos puntuaciones casi incompatibles.

* Otro final del Impero, de Tim Pratt: El Señor del Mal, preocupado por una profecía que dice acabará con su reinado, busca una solución ingeniosa para salir airoso de ese aciago destino.

* Radiante mañana, de Jeffrey Ford: El propio autor actúa de protagonista y nos ofrece un sencillo pero magnífico homenaje al genio de Kafka a través de un cuento de éste leído algún tiempo atrás que, posteriormente, parece no haber existido nunca.

* La hija de Frankenstein, de Maureen McHugh: Un pequeño fragmento de una familia cuyos padres están separados, con un hijo adolescente en rebeldía que quiere hacerse notar, y una hija clonada, la primera de todos.

* 26 monos, además del abismo, de Kij Johnson: La historia d un circo cuyos protagonistas son 26 monos capaces de desaparecer. Un circo que cambia de propietario cuando éste ya no necesita de su ayuda.

* Las siete pérdidas de Na Re, de Rose Lemberg: Un cuento algo críptico y muy breve que narra siete episodios de pérdida personal de una niña judía en la Rusia comunista-

* Cerbo un Vitra Ujo, de Mary Robinette Kowal: Una pareja se separa cuando a él lo aceptan en una academia de La Tierra. La Tierra está muy lejos de la base espacial en la que viven, pero Grete descubre que su novio no se encuentra allí, sino en una base cercana. Ignorando a sus padres y robando los datos de su tarjeta, se embarca para ir a buscarlo. Cuando lo encuentra, descubre que el lugar no sólo no es el que esperaba, sino que es realmente peligroso.

* Halo, de Annette Binder: Un joven es capaz de ver halos encima de determinadas personas. Sombras oscuras que predicen su pronta muerte.

* Caída de una mariposa al amanecer, de Aliette de Boddard: En un mundo ucrónico realmente interesante (para mi), se investiga el asesinato de una joven expatriada.

* Los ojos de Dios, de Peter Watts: Uno de los cuentos que más necesitaba releer para esta reseña. En esta segunda lectura creo que me he enterado todavía menos que en la primera. Lo siento.

* Loup-Garou, de R. B. Russell: Aprovechando un par de horas que tiene libres, el protagonista decide ver una película. Dicha película, de nombre Loup-Garou, lo entusiasmará y se convertirá para él en una película de culto que recomendaría a todo el mundo. Muchos años más tardes, cuando tiene la oportunidad de volverla a ver, no será exactamente como recordaba.

Nos encontramos ante una selección que ya debería ser conocida por cualquier aficionado al género, en virtud del tiempo transcurrido desde su edición y del boom rupturista que ha supuesto la llegada de Marcheto al mundillo.
Una muestra rica y variada que, como siempre y es normal, presenta altibajos. Con cuentos en la cresta de la ola y otros no tan buenos, así como con alguno que cuesta encuadrarlo en la categoría de ciencia-ficción, como por ejemplo La hija de Frankenstein, que incluso Ted Chiang nos habla de este aspecto en el addendum que acompaña al cuento.

Cuentos que ahondan en el aspecto humano y en el enfrentamiento de esta humanidad con los nuevos valores artificiales, más pragmáticos, longevos y materiales, como Quedarse atrás, de Ken Liu; que ahondan en las consecuencias de conocer el futuro de una persona, como en el cuento de Haines; claves de humor como en el magnífico cuento de Pratt que, con formato cómico, nos adentra en las consecuencias de querer cambiar el futuro; homenajes como Radiante mañana, un cuento excelentemente narrado, como suele ser habitual en Ford, y con un regusto de misterio mas que interesante, y que guarda cierta relación o parecido con el cuento de Russell, en un caso sobre un libro y en el otro sobre un film.

La versión más fantástica corre a cargo de Kij Johnson y sus 26 monos; y la más tétrica proviene de la pluma de M. R. Kowal, con escenas de sexo explícito y un desenlace que, a pesar de ser previsible, resulta aterrador.
En el lado de los cuentos que me han decepcionado se encuentra el de Aliette de Boddard, pues pese a interesarme su ucrónico mundo, me ha parecido un buen cuento pero un poco fuera de lugar en esta selección, así como el de Anette Binder que no me ha dicho demasiado.
Pero sin duda me han gustado mas que el cuento de Lemberg que, si bien puedo arrastrar dudar acerca de la inclusión en el género del cuento de McHugh, en este caso, no soy capaz de verlo para nada. Y como colofón Los ojos de Dios, de Watts, del que no he entendido ni jota. Tengo pendiente de leer visión ciega y este cuento ha hecho que me aterre lo que puedo encontrar.

A pesar de estos, para mí, altibajos, no puedo sino aplaudir y agradecer la excelente labor de este blog y su administradora, con sus excelentes traducciones y el acercamiento al habla hispana de grandes autores con dificultades para ser aquí publicados.

Una colección que quien no la haya leído ya está tardando, pues realmente merece la pena, y más si cabe, teniendo en cuenta que el blog de Marcheto no para y ya ha acumulado suficiente material para una segunda antología.
Os animo a todos los que aún no lo hayáis hecho a leer los cuentos, individualmente o como antología. No os arrepentiréis.

Enhorabuena Marcheto.



martes, 16 de septiembre de 2014

El país imaginado

No tenía ni idea de que iba este libro. Estoy cansado de decir que me gusta mucho Impedimenta pero este El país imaginado no estaba entre mis futuribles pero, lo vi cortito, y lo cogí prestado en la biblioteca. Oh, que gran sorpresa. Me ha gustado mucho más de lo que esperaba. De nuevo, un libro del que no he oído hablar, no me defrauda sino que me sorprende.

El país imaginado nos cuenta la historia de la pequeña Ling, de 14 años, quien admira a la joven Xiaomei, hija del comerciante ciego Fei Hong.
Xiaomei se convierte en un símbolo de la feminidad para Ling y no entiende que su hermano no se enamore de ella.
Finalmente, los hermanos se enamorarán, pero en ningún caso de quien esperan sus padres que, obligados por la tradición y la superstición, tienen otra visión de las cosas.
Ling se siente además apoyada por las visitas que recibe de su difunta abuela desde el país imaginado de los muertos.

Como ya he dicho al principio, El país imaginado me ha sorprendido gratamente.
Eduardo Berti nos presenta una historia escrita con mucha sensibilidad en la que podemos observar el choque entre la mentalidad de una adolescente y las tradiciones impuestas por una cultura ancestral.
Berti escribe de una forma tranquila y elegante que hace querer avanzar y, en mi caso, te hace sentir relajado. No sé, ha sido una sensación rara. Me ha hecho sentir arropado, abrazado por las palabras.
Los primeros capítulos son los relacionados con la muerte de la abuela. Muerte que actuará a modo de hilo-guía de toda la novela, pues se aparecerá a Ling desde el imaginado país de la muerte y le dará consejos a través de sus palabras.

Los personajes resultan muy bien hilados. Tanto Xiaomei como Ling son personajes sensibles y bien construidos. En el caso de Xiaomei, se trata de un personaje tímido, que inspira cariño y ternura. Ling, en cambio, representa la frescura de la inocencia. Nos aporta un personaje de crecimiento. Ling inspira confianza a la vez que sensibilidad y, a través de sus ojos, podemos percibir el avanzar del pensamiento racional de una niña en una sociedad constreñida por las supersticiones y las tradiciones milenarias.
Ling tiene, además, un hermano ya en etapa juvenil cuyo estilo de vida, pese a estar también retenido por las tradiciones, es más alocado e independiente, como es lógico a su edad. Por un lado tendrá suerte pues se enamorará de una muchacha cuyo casamiento interés a su familia, pero una enfermedad acabará con ella. Esta desgracia hará que este muchacho se convierta también en el protagonista de la escena más macabra y aterradora de la novela: el casamiento con la difunta (¡OJO!, que ya os veo correr para leer esta escena. Macabra y aterradora por lo que representa, no por la forma de narración).

La relación entre Ling y Xiaomei es cada vez más estrecha, hasta el punto de que Ling quedará prendado de ella. Su relación se tornará todo lo cercana que puede estarlo una relación entre dos jóvenes sin que exista contacto carnal aunque, en cierto momento, Xiaomei parecerá sentirse interesada por el hermano de ésta.
Finalmente, y de nuevo ligado a la tradición, las vidas de los tres personajes principales tomarán derroteros distintos, y cada uno de ellos será obligado a casarse por interés con alguien a quien deberá respetar y acabar amando.

La historia está narrada por una Ling adulta, lo que le añade calidad a la historia pues no serán tan sólo los sentimientos de una niña deslumbrada por un amor, sino que se añadirán las impresiones ya objetivas de la mujer adulta en que se ha convertido y con el paso del tiempo y experiencia ha podido pensar en ello.

De nuevo Impedimenta nos trae una magnífica novela cargada de profundidad y de ritos ancestrales. Una novela, de verdad, cargada de sensibilidad y ternura que me ha sorprendido y encantado.
Se lee de un tirón y está muy bien escrita. Hay mucho que leer a pesar del pequeño número de páginas que soportan la historia, por tanto, no puedo hacer otra cosa que recomendarla.
A mi me ha servido para conocer al argentino Eduardo Berti, de quien no sabía absolutamente nada.

sábado, 13 de septiembre de 2014

La increíble historia de la abuela ganster

Bueno, allá vamos, os presento la tercera colaboración de mi hijo Álvaro. En esta ocasión se trata de La increíble historia de la abuela gánster, un libro que le regaló su madre en su cumpleaños. En aquel momento se pilló un mosqueo cojonudo pues no había oído hablar del libro, la portada le parecía feísima y decía que tenía que ser un rollo total. El libro ha estado aparcado en la estantería sin abrir siquiera la portada casi un año, hasta que este verano lo hemos llevado a la playa y, forzándolo, lo he convencido para leerlo. Accedió, pero únicamente si era yo quien se lo leía por las noches. Así lo hemos hecho y el resultado no ha sido el que él esperaba. Os dejo con su opinión.



Me he leído el libro por que mi madre me lo compró por mi cumpleaños. Entonces, en estas vacaciones, mi padre y yo nos hemos decidido a leerlo. Al principio creía que iba a ser un libro muy aburrido, pero a medida que lo vas leyendo se hace más interesante. 

Ben es un niño de 11 años que odia ir a casa de la abuela todos los viernes, por que es muy aburrida debido a que sólo quiere jugar al Scrabble y comer sopa de repollo, ensalada de repollo, tortilla de repollo, crema de repollo, pastel de repollo, etc. Vamos, hay una peste a repollo en la casa que tira para atrás. Ben tiene que ir a casa de su abuela porque sus padres prefieren ir a ver el programa "Baile de estrellas", el cual lo presenta Flavio Flavioli, antes que quedarse con su propio hijo. Pero Ben no sabe una cosa sobre su abuela. ¡Es una ladrona de guante blanco, y el mismo va a protagonizar el robo más osado de la historia. 

Este libro es muy divertido en algunos puntos, pero hay otros también muy tristes. Se lee muy rápido por que las palabras que utiliza son muy fáciles por que son las que dicen los niños hoy en día. Lo que más me ha gustado ha sido cuando Ben planea el robo de las joyas de la corona, utilizando todas sus revistas de fontanería y en el colegio preguntando cosas sobre la Torre de Londres y demásPara terminar, lo que menos me ha gustado ha sido al final por que se te hace un nudo en la garganta. No lo voy a desvelar, aunque seguramente haya quien ya se lo pueda imaginar.
STALACTITA
Comparto su opinión, pero está claro que yo he visto más cosas que él, o al menos, me parecen lo suficientemente importantes como para contarlas.

Un libro que, yo diría, esta indicado para niños de entre 9 y 13 años, menos resultaría aburrido, y más yo creo que sería ñoño, aunque quien sabe, depende del niño en cuestión. 
Recomendaban este libro, en las típicas frases de marketing, comparando a David Walliams con Roahl Dahl. A ver, Roahl Dahl sólo hay uno, y punto. Pero es cierto que Walliams nos ofrece un libro en la línea de aquel, bien escrito y muy apto para los más jóvenes, tanto en estilo como en atractivo pero que, sobre todo, tiene papel didáctico y guarda un mensaje claro y contundente que, no sólo los niños olvidan, sino también los adultos con respecto a sus mayores. 
Es un libro plagado de amor en el que si bien por un lado vemos el desapego que los padres sienten hacia su hijo en base a una pasión (el baile), veremos finalmente que no lo hacen por falta de amor, sino  por que el ritmo de la vida te hace pensar en cosas para tu disfrute e ignorar lo que de verdad tenemos al lado, aquello que realmente nos hace felices con su sola presencia, una presencia que cambia demasiado rápido, hasta que un día desaparece para convertirse en otra cosa. Todos vivimos sumidos en la asquerosa vorágine laboral y queremos nuestros propios ratos de asueto privados pero se nos olvida que el tiempo pasa y la gente a la que queremos, e incluso nosotros mismos, somos simples segundos en el cauce temporal.
Por otro lado, también nos ofrece la visión complementaria pero contraria de la vejez. Aquellos a quienes abandonamos por que tenemos nuestras propias vidas. De quienes nos aprovechamos para lo que nos interesa pero, excusándonos de nuevo, en nuestros "tremendos" quehaceres dedicamos muy poco tiempo. Pero las personas de la llamada tercera edad, viven otro tipo de juventud con los nietos. Ellos ya pasaron por la infancia, la adolescencia, y también por la experiencia de ser padres, ahora quieren otra cosa, pero no nos damos cuenta de esto y despreciamos su dedicación, cuando en realidad no están más que mostrándonos su cariño y darían su vida por nosotros, nietos, e hijos.
Este libro pretende hacer comprender esto a los niños. Los abuelos son gente con vida propia, que tiene cosas que hacer, no tan sólo comer, dormir y esperar la muerte. Quieren disfrutar, sentir y vivir con los niños y, a veces, los sacrificios que hacen para ellos son mucho mayores de lo que pensamos.
Bueno, ya no más, pues al escribir este pequeño trocito, recuero la conclusión del libro, lo hago mío, y se me escapan las lágrimas.

Buenas lecturas y: "Niños del mundo, os recomiendo este libro. Puede parecer aburrido al principio, pero si lo lees con la entonación adecuada y la mente abierta, puede resultar muy divertido."

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¡Y van 5!


Pues si, hoy El tintero cumple 5 añitos.
5 añitos con altibajos constantes en los que cuesta mantener el ritmo. 5 añitos de satisfacción personal, aunque también de pereza insufrible que se va tornando inabarcable.
5 añitos que disfruto y celebro con vosotros.

martes, 9 de septiembre de 2014

Las luminosas

Después del potente boca a boca que ha suscitado Las luminosas, de Lauren Beukes, tenía claro que era un libro que tarde o temprano acabaría leyendo.
El libro de Beukes es el tercer libro que leo de la extinta colección fantástica de RBA, y cada vez tengo más claro que abogaban por una literatura de calidad pero de extraña factura. Las tres novelas que he leído arrostran premios consigo pero ninguno de ellos lo recomendaría fervientemente, ni siquiera a lectores habituales  de novelas de género.

Harper Curtis es un hombre violento que de casualidad se encuentra con una casa asombrosa. Una casa con una puerta que permite viajes en el tiempo.
Gracias a ella, Harper volcará su violencia enfermiza en asesinar a muchachas escogidas por poseer una luminosidad especial.
Se convierte así en el asesino perfecto, que mata a través de décadas sin que se le siga la pista.
Hasta que 60 años más tarde en la secuencia temporal real, comete un error que lo pondrá contra la espada y la pared.

Últimamente me siento bastante torpe en lo que a leer se refiere. Lo digo porque son muchos los libros que se me resisten. Con Las luminosas me ha vuelto a suceder lo mismo (tal vez sea que me esté haciendo mayor y me cueste más concentrarme en registros que requieren cierta complejidad intelectual). Un libro que al final me ha gustado pero que se me ha resistido. Me ha costado leerlo.

La novela está repartida en capítulos encabezados por el protagonista de ese capítulo (asesino, víctima o investigadores) y por una fecha: aquella en la que suceden los hechos.
Este estilo de narración hace que la lectura se vuelva más adictiva, pues los capítulos son bastante cortos y el salto entre personajes te hace cambiar de punto de vista continuamente.
No me había acercado anteriormente a la novela y, por tanto, comencé su lectura como cualquier otra novela, y tardé bastante en darme cuenta de que requería de la toma de notas, pues son tantos los saltos temporales que es fácil perderse ya que Harper vuelve en repetidas ocasiones al mismo tiempo a lo largo del libro. La toma de notas, pues Harper deja pistas con cada visita y asesinato, y esas pistas son de nuevo mostradas en el futuro, imagino que debe ayudar mucho a la hora de seguir el hilo y no perderse con las secuencias temporales (como podéis suponer, yo no tomé notas, y me arrepiento).

La trama ha discurrido mucho más lenta de lo que esperaba y, si bien es cierto que, resulta muy interesante y da que pensar acerca del uso de un viaje temporal, la acción transcurre lentamente y creo que se bordea peligrosamente el límite de la paradoja temporal en la conclusión de la novela.
Es cierto que las últimas 100 páginas resultan muy satisfactorias pues la novela funciona más ágilmente y ya se ha cogido el tranquillo al estilo y la trama.
Una trama soportada principalmente por dos figuras, Harper y Kirby, personajes con carácter y presencia. Ambos muy bien definidos y con mucha fuerza.
Estos dos personajes ofrecen la carga de tensión y acción necesaria para llamar la atención del lector, ya que nos encontramos ante un juego bilateral en el que el criminal intenta rematar a la víctima cuyo asesinato resultó fallido y, a su vez, la víctima se embarca en una investigación a través del tiempo para cazar a su presunto asesino.
La verdad es que uno de los motivos principales por los que he acabado la novela era que estaba muy intrigado por Las luminosas del título. Necesitaba saber a que se refería Harper con la luminosidad de las elegidas pero creo que, al final, me he quedado con las ganas. Nada de esto se explica, y creo que realmente no es más que la excusa para matar de la perturbada y calenturienta mente de un hombre que siente un profundo placer sexual al recordar sus asesinatos.

En definitiva, no siento necesidad de añadir mucho más. Se trata de una novela interesante, de lectura no demasiado fácil y que invita al lector al juego de pistas a través del tiempo y que, una vez acabado, ha dejado un buen poso en mi memoria (de hecho, mejora con el paso del tiempo) pero, como dije al principio, no es una novela que recomendaría a cualquiera.

domingo, 31 de agosto de 2014

La tumba de las luciérnagas. Las algas americanas

De casualidad me encontré con ese pequeñito volumen mientras hojeaba entre las novedades de Acantilado colocadas en la estantería de una librería de gran superficie.
La mera autoría de un japonés ya me llamó la atención. La sinopsis me llamó más aún, pero nunca pensé que me impresionaría tanto.
La tumba de las luciérnagas y Las algas americanas supone mi vuelta a la literatura japonesa.

En La tumba de las luciérnagas asistimos a los últimos días de Seita, un muchacho que perderá a su madre y su casa por los bombardeos americanos. Intentará salvar a su hermana de 4 años pero, ya desde el principio, sabemos que todo será en vano.
En Las algas americanas veremos como un hombre que considera América la culpable de todas las desgracias, de verá acoger en su casa a una pareja de jubilados americanos. Su odio se verá transformado en algo que lo hará actuar de forma diferente a la esperada.

La primera historia me ha parecido brutal. Me ha costado un par de páginas entrar en ella pero, una vez dentro, ha sido una vorágine de imágenes macabras asaltando mi mente. Me ha parecido un cuento bellísimo, pero de una belleza tan trágica que encoge el corazón.
Seita es un muchacho luchador pero, cargando con una niña de 4 años, tendrá que hacer frente a la escasez de la guerra y al egoísmo de aquellos que, lo poco que tienen no lo quieren compartir ni siquiera con un niño por miedo a sufrir ellos la misma suerte. Tiene que hacer frente a la hipocresía de un pueblo que pone el bien de la patria por encima de la del propio individuo, pero que ante una situación de necesidad vital, convierte al individuo en un ser como el resto, y que tan sólo piensa en sobrevivir él mismo.
El cuento está lleno de imágenes potentísimas desde el principio, como la de los cuerpos de los huérfanos muertos en la estación; la ansiedad y hambre de Seita al, inconscientemente, comerse la grasa de sus propias espinillas; o la mismísima imagen de la muerte de Setsuko, la hermana de Seita.

Akiyuki Nosaka escribe de una forma durísima. Prácticamente se trata del mismo párrafo del principio al final y con una sucesión de imágenes en carrerilla que llegan al fondo del cerebro y del corazón, pues reconozco que los ojos se me han llegado a anegar.
Escribe con pasión, y se percibe el odio hacia esa guerra cruenta y malsana del que este cuento está, en cierto modo, extraído de sus propias experiencias.
Una novela corta, cruel y descarnada en la que se pueden apreciar los horrores de la guerra desde los ojos de un niño que no ha hecho nada para merecer lo que se le viene encima.
Nos escribe esta historia de forma lúcida pues, aunque desde el principio sabemos de la muerte de Seita, el cuento está narrado de una forma tan visual y realista, que el autor nos engaña haciéndonos creer que existirá un final feliz y consigue que no dejemos de leer, alentados por nuestro propio sentimentalismo de que a un ser inocente siempre le espera un final feliz.

Por otro lado nos encontramos con Las algas americanas, el cuento más largo de los dos, y diametralmente opuesto en estilo e intención.
Toshio es un hombre que ha de acoger en su casa a una pareja de americanos que su mujer conoció en Hawaii. Toshio está convencido de que no claudicará ante los enemigos de su patria y que hará lo que sea necesario para hacerles la vida imposible.
Resulta muy interesante el trato que dan los pueblerinos japoneses a los soldados americanos: prácticamente es como si asistiéramos al encuentro con una especie extraterrestre, tan altos, fuertes y diferentes encuentran los japoneses a los americanos.
También como, a pesar de la guerra, se esfuerzan por complacerlos y tratan de sacar la poca ventaja económica que puedan de estos titanes que traen dinero y necesitan víveres y placeres.
Toshio, a pesar de sus opiniones y convicciones, una vez acabada la guerra, también actuará de un modo parecido. Su única preocupación será hacer pasar una estancia agradable a su huésped masculino, y no vacilará en invitarle a mujeres y bebida a destajo.

Al fin y al cabo, es esta una dura crítica hacia una guerra y una sociedad que, en su ancestral orgullo, no supo pasar página y que vive a la sombra del Gran Hermano, con el miedo a que en un futuro pudiera suceder algo parecido y, por tanto, pese a guardar un tremendo rector, intentan no enojarlos.
Este cuento me ha gustado menos que el anterior, evidentemente debido a la honda impresión del primero pero, aún así, se trata de un cuento muy disfrutable y que también se lee de una sentada.

Dicho esto, no puedo sino recomendar este pequeño volumen que recoge dos joyitas de gran calibre. Dos cuentos que hacen sufrir y disfrutar a partes iguales. Muy recomendable.

Flipo: Al buscar imágenes en Google para añadir a este comentario, me encuentro con que existe una película animada, nada más y nada menos que de Estudios Ghibli. He empezado a salivar y los recuerdos del cuento me han invadido, ¿Alguien ha visto la película? ¿Produce una impresión tan honda como el libro, o se trata de algo mucho más comercial?

miércoles, 27 de agosto de 2014

Hic sunt dracones: Cuentos imposibles

Si he de entrar en la pomada (que con el tiempo que hace que este debate está en el aire, ya era hora de que me pronunciase), debo decir que no suelo comprar libros en formato digital ( en papel ya compro los míos y los de medio Madrid). Pero en e-book, lo siento, me parece que las editoriales españolas (la amplia mayoría) tienen la cabeza metida en el culo, y una política que raya la usura, y no me da la gana darles ni un puto euro, por muy ilegal que sean las descargas y que atenten contra los derechos de los autores. En inglés si he comprado varios, pero los precios suelen acompañar, y suele haber ofertas más que interesantes por tiempo limitado.
Pero de un tiempo a esta parte van surgiendo proyectos a este respecto que tiran por tierra la labor, trabajo y palabrería de las grandes editoriales para mantener los precios: por un lado, el gran trabajo de la editorial Sportula, que esta ampliando su catálogo con una muy buena selección, y a un precio magnífico, de novelas en formato electrónico que por su temática o extensión no tendrían cabida en otro formato; por otro, el blog Cuentos para Algernon, de Marcheto y del que cuya primera recopilación anual reseñaré más adelante y cuya política editorial, por decirlo de alguna manera, se trata de seleccionar relatos de género fantástico, de autores casi siempre inéditos o poco conocidos en España, y a precio 0, si 0, gratuito; Y en tercer lugar, pero no por ello menos importante, la editorial formada por dos jóvenes (una doctora en teoría de la literatura y una licenciada en filología inglesa) que traducen bueno, bonito y sobre todo muy barato. Hablo de Fata Libelli, y no creo que haya nadie a estas alturas que no conozca esta editorial on line, de relato y con precios justos y asequibles.
De hecho, mi visión al respecto va cambiando tan rápido que no sólo compré Hic Sunt Dracones, sino que la iniciativa me parecía tan buena y me apetecía tanto apoyarla que, sin haber leído aún el libro de Tim Pratt, ya me había suscrito para la producción completa de este 2014.

Hic sunt dracones que el libro que elegí para empezar con la editorial por varios motivos: 
1º Había leído algún cuento de Tim Pratt en el blog Cuentos para Algernon, y me habían parecido excelentes.
2º Las críticas que había leído en Goodreads eran muy buenas.
3º Me fié de la opinión de los chicos del podcast los Verdhugos, que tachaban el libro de excelente, junto con el de Peter Watts.

En total son siete cuentos, de los que os haré un brevísimo resumen:

* Sueños imposibles: Pete es un apasionado del cine. Un día encuentra un videoclub muy especial. Un videoclub en el que nunca se había fijado y que tiene películas en teoría imposibles.
* Hart y Boot: Hart y Boot son una pareja al más puro estilo de Bonnie y Clyde. Hart es una tia dura, dura de verdad. Boot es el hombre que, de repente, aparece en su vida, y tiene una habilidad muy especial.
* Vida petrificada: Zealand es un aventurero que se propone realizar la mayor hazaña: acabar con Archibald Grace, un asesino que ha vivido incontables siglos.
* Vida con la arpía: Una muchacha convive con una compañera de piso muy especial. Nunca la ha visto, pero dice llamarse Arpía. 
Desde que viven juntas, la joven triunfa en la vida, tanto en lo personal como en lo laboral. Todo empieza a cambiar cuando conoce a una muchacha en un bar y empieza a salir con ella.
* El sótano del mundo: Morgan solicita ayuda a Rob en virtud de una vieja promesa. En el sótano de su casa hay una puerta a otro mundo, a un mundo vertedero lleno de escombros y basuras. Allí habita el Dragón. Aquel que se ha llevado a su hijo.
* La copa y la mesa: La mesa, una organización legendaria, está gobernada por monstruos cuya misión es encontrar y custodiar la copa. Una copa muy anterior al Santo Grial y que dicen contiene la sangre de Dios.
* El pez limpiafondos: Un joven pretende matar al pez que vive en la charca tras su casa. Se trata de algún tipo de pez del conocimiento, pues por cada objeto que le echas te devuelve otro relacionado con aquél.

Como podéis ver, se trata de una muestra de fantasía bastante ecléctica pero que, en mi opinión, empieza muy fuerte con los dos primeros cuentos pero que se va poco a poco diluyendo y cada vez resultan menos interesantes.
Los cuentos están bien escritos y son agradables pero, tal vez, me hayan podido las elevadas expectativas que llevaba encima.
El primer cuento me gustó, pero no me sorprendió. El segundo me gustó casi más que el primero, pues sí que me pareció original; a partir de ahí, cada cuento me ha ido gustando menos.
Como he dicho llevaba expectativas bastante altas para esta recopilación pues, como he dicho antes, además de las buenas críticas, había leído un par de cuentos publicado por Marcheto, y ambos me habían gustado mucho, más que cualquiera de los de esta selección que, por otro lado, no puedo dejar de recomendar pues pese a mi opinión, reconozco que el trabajo realizado por Fata Libelli ha sido muy bueno. Pero vuelvo a repetir, se ha de leer con afán de divertirse, no con el de maravillarse, pues tampoco es la panacea del relato fantástico. Si tuviera que valorarlo no podría darle más que un notable bajo.

martes, 26 de agosto de 2014

El poder de las tinieblas

Tras Todo lo que muere, primera parte de la saga protagonizada por Charlie Parker, he tardado más de lo que pretendía en volver a leer a John Connolly. La secuencia lógica, aunque no imprescindible, era El poder de las tinieblas, y así lo hice.

En El poder de las tinieblas, Charlie "Bird" Parker, tendrá que enfrentarse, de nuevo, a casos entrecruzados.
Un matón de poca monta ha escamoteado un importante dinero a la mafia. "Bird" trabaja como amigo, para la ex-mujer de este granuja en la obtención de una paga para ella y su hijo.
La cosa se complicará cuando ambos aparecen muertos, el ex-marido desaparecido, y la hija de su antiguo jefe desaparece sin dejar rastro en una zona en la que se han producido varios asesinatos.

Connolly me ha vuelto a sorprender. Desde la primera página a acción se despliega a sus anchas.
Con una prosa ágil y fluida, Connolly consigue introducirnos ce lleno en la visión de ese detective acabado que, por más que lo intenta, no puede olvidar a su mujer e hija y este recuerdo le pesa como una losa sobre los hombros.
Rápidamente se irán tejiendo los hilos de dos casos: uno aparcado en los archivos del tiempo; y el otro, reciente pero que, como si a través de un telar se tratase, acabarán convirtiéndose en desencadenan uno del otro. Hecho este que, por bine hilado que esté, no deja de resultar un tanto chocante y traído por los pelos, pero que realmente funciona.
Desde luego, el caso archivado, un caso que persiguió el abuelo de Parker, resulta mucho más interesante, tanto por misterioso como por violento, y aunque hacia mediados de la novela es fácil hacerse una idea de lo que realmente va el rollo, no es hasta el final que la trama queda completamente descubierta, habiendo hecho florecer de nuevo a un asesino que habría seguido latente de no ser por la salida a la luz de los datos referentes al robo a la mafia.
Este caso, si bien resulta interesante desde un punto de vista detectives y, como no puede ser de otra manera, siempre es de agradece el tener a la mafia en juego, no es más que un caso de relleno con que poder dar el pistoletazo de salida para la búsqueda del asesinos realmente tendrá en jaque a Bird Parker, el caso de Caleb Kyle.

Pero, como es habitual en Connolly, o al menos en las tres novelas que he leído suyas, la llegada de la mafia trae asociado a una pareja de sádicos personajes del más rancio abolengo e ínfima catadura moral. Dos asesinos a sueldo que perseguirán al ladrón  que obtienen un gran placer al producir dolor a personas, ya sean o no culpables: si son inocentes mejor. Nos dejaran alguna que otra imagen realmente grotesca y no apta para mentes sensibles.
Como no, la llegada de estos dos perturbados criminales sacará lo mejor de otra pareja de criminales pero que, esta vez, se puede decir que son de los buenos (si es que se puede decir eso de cualquier asesino). Hablo de Angel y Louis, que vuelven a resultar geniales y, en mi opinión, siguen siendo la mejor creación de Connolly, lo que le da el juguillo a esta serie, y una de las dos cosas (luego comentaré la otra) que lo diferencian de otras series de este género, pues forman una pareja adorable a un tiempo, y cañera al otro. Una pareja que funciona realmente como una pareja, con sus cariñitos y sus peleas, y que resultan sumamente creíbles, y que son además un par de tíos (principalmente uno) cañeros a tope y que despiertan acción a raudales.

En general Connolly consigue hacer crecer a todos sus personajes en esta segunda entrega y todos ellos van ganando en carisma y coherencia.
Si en Todo lo que muere Parker tiene muy presente lo sucedido a su familia, en esta segunda parte tendrá que enfrentarse con un pasado más remoto, un antiguo romance y un marido celoso y muy rencoroso y con autoridad en el pueblo; así como con los recuerdos de su abuelo, el policía obsesionado con el asesino que no consiguió capturar.
Al mismo tiempo, tendrá que tragarse su orgullo y pedir ayuda a Rachel, la psicóloga que, por la violencia intrínseca de Bird no quiso continuar una relación emocional.

Por otro lado, personalmente encuentro un segundo elemento que diferencia la saga del resto de este género: la mezcla de novela negra, con aspectos paranormales pues, en esta segunda entrega, el efecto de las visiones fantasmagóricas que percibe Bird es más frecuente y determinante pues, en ocasiones, le sirven de premonición y en otras dejan una frialdad tangible en el ambiente. Por lo que veo, poco a poco el aspecto paranormal va ganando fuerza en la saga pues recuerdo que en Perfil asesino (tercero de la saga pero primero que leí), este efecto está mucho más presente y crea un aura más misteriosa a la novela. No sé si es del gusto de los puristas del género pero a mi me mola bastante.

Ya para terminar, no puedo sino recomendar esta novela y saga. Me vienen ahora a la memoria algunas escenas en los bosques, en la fábrica abandonada, o en la emboscada en la comisaría, que me ponen los pelos de punta.
En definitiva, leedlo. Es una gozada.

viernes, 1 de agosto de 2014

El brillo de las lanzas

Las buenas críticas de la anterior novela de Ramón Muñoz, unido a una portada muy atractiva, y a tratarse de un fragmento de la historia del que no conozco nada (uno de tantísimos), me hicieron desear leer El brillo de las lanzas. Raudo y veloz me lancé a solicitar un ejemplar a la editorial Pamies, que me lo enviaron rápidamente. Bastante más de lo que he sido yo al escribir esta reseña que me ha costado dios y ayuda. Casi tanto como acabar la novela.

Siglo X d. C.
El califa Abderramán III está acabando una por una con las rebeliones que pusieron en peligro la integridad de Al-Andalus, pero aún quedan algunos rebeldes que, impulsados por el deseo de venganza o el ansia de libertad, están dispuestos a desafiar la autoridad de Córdoba.
Uno de ellos, Álvaro de Monterrubio, pretende reavivar en la mismísima capital del califato el fuego de la insurrección que encabezó el legendario Ibn Hafsún, mientras la beréber Dihya y los demás habitantes de Badajoz se preparan para resistir el asedio de las tropas del soberano, que pretende acabar con su independencia.
El destino acabará reuniendo a estos personajes, inicialmente distantes entre sí, para conducirles a una aventura que les llevará mucho más lejos, en todos los sentidos, de lo que ellos nunca hubieran imaginado.

Y quien hubiera imaginado que con estos mimbres pudiera encontrarme con algo que me haya decepcionado tantísimo.
¿Por qué? Por todo.
Los dos primeros párrafos de esta sinopsis se resuelven rápido y de un modo bastante descafeinado.
al principio, si no conoces la época, resulta algo confuso entender el motivo que guía a Álvaro y las diferencias entre clanes. Poco a poco se hace la luz cuando le comenta a su amigo su plan, pero este plan se verá reducido a cenizas rápidamente y, a partir de aquí, por más que personaje y autor se lo crean, se acabó lo que se daba en cuanto a venganzas hafsuníes.
El 2º párrafo se ve reducido a un par de encontronazos y reuniones, y antes de que nos demos cuenta, Badajoz ha sido tomada. Así, sin más.

Ramón Muñoz escribe bien, no tengo ninguna duda al respecto. Su estilo está muy cuidado y su lenguaje es elegante, pero la historia pierde fuelle a pasos agigantados. La que esperaba fuera una aventura me ha producido un estado de sopor continuo.
La llegada de los personajes a África parece que va a aportar la verdadera chicha de la novela, y pensé, "Si señor, ya era hora de que empezase lo bueno. Voy a seguir a ver que pasa". Pero me he ido comiendo las uñas esperando que empezase y vas pasando las hojas, y lees más y más líneas y nunca sales del letargo al que has sido inducido.

Reconozco que me he perdido en demasía ante la gran cantidad de tribus o clanes existentes y las rencillas entre ellas. Reconozco que me ha sorprendido la historia de los dos califatos (básicamente porque lo desconocía), pero en conjunto me ha parecido una historia muy pobre que no cumple con lo esperado. Me ha dejado completamente frío y no veía la hora de acabarla. Entenderéis ahora que me se me haya resistido la reseña.

De los personajes poco puedo decir. Me han parecido completamente desdibujados y sus motivaciones y fines me han resultado poco creíbles pero, también es verdad que, ante lo que me estaba aburriendo la historia, les he prestado poca atención. Me importaba bien poco su destino.

A pesar de todo, le daré una oportunidad a La tierra dividida pues, como dije al principio las críticas son buenas y, el propio Pedro Santamaría me dijo que era bueno.

Como siempre no puedo dejar de recordar que esta es mi opinión particular y debéis perdonarme si hablo en segunda persona en lugar de en primera pero así me resulta más fácil.

No puedo decir más, para mi ha sido un ladrillo de plomo, un auténtico tostón. Lo siento.

martes, 29 de julio de 2014

Entre extraños

Segundo libro que leo de la extinta colección fantástica de RBA. El primero, Osama, no me gustó. El segundo, me ha dejado un regusto agridulce. 
Me gusta Jo Walton. Me gustó con Garras y Colmillos y me encantó con El círculo de Farthing. Con Entre extraños se adentra un paso más en los límites entre los géneros, consiguiendo una novela muy difícil de encasillar, y que alcanza cotas de alta literatura. 
Pero pese a estas palabras de alabanza no puedo decir que todo sea oro. Me he quedado entre el sol y la sombra, pues me ha gustado mucho, pero reconozco que se me ha hecho muy cansina también.
¿Incongruente? Tal vez, pero de todo hay en la viña del Señor.

Morwenna, Mor, es una adolescente que ha tenido que huir de su madre.
Tras el enfrentamiento de Mor y su hermana gemela (también llamada Mor), con su madre, una malvada bruja, como la define Mor, nuestra protagonista saldrá malparada, con un bastón que deberá llevar de por vida, mientras que la peor parte se la llevará su hermana, que acabará muerta.
Morwenna huirá de su Gales natal para refugiarse en Inglaterra, en casa de su padre, Daniel. Un padre a quien hace mucho que no ve y apenas recuerda. Allí convivirá también con sus tías (brujas también, según ella), y será internada en el colegio apea señorita de Arlinghurst, donde deberá estudiar para sacar provecho de su vida.
Es en este ambiente donde nos encontramos con una niña que se siente diferente a todos y se encuentra completamente rodeada de extraños.


Nos encontramos ante una novela ampliamente galardonada, de la que se ha escrito mucho ya y que, evidentemente, ha generado mucha controversia, pues son tantos los admiradores como los detractores. No se si merecerá tanto premio pero no puedo ignorar que se trata de una novela de gran calidad.
Walton escribe meticulosa y elegantemente, de forma concisa y serena, cayendo (para mi gusto) en algún momento, en una excesiva frialdad.
Estructurada a modo de diario, cada una de las entradas nos muestra la vida vista desde el cristal por el que mira su narradora, Morwenna. Una narradora que resulta difícil creer en la fidelidad d ellos hechos que narra. Una muchacha retraída, objeto de burlas por parte de sus compañeras, en virtud de su acento y de sus diferentes gustos, pero avanzada para su edad, pues parece haber vivido experiencias muy especiales.
Morwenna se siente entre extraños, ya sean estos sus tíos, sus compañeras de escuela, o los libros que va leyendo, pues Morwenna es, ante todo, una lectora voraz, de esas que todos aquellos que disfrutamos con la lectura quisiéramos ser. Una friki la llamaríamos hoy día a tenor de la pasión que siente por la ciencia ficción.
Una ciencia ficción que iremos recorriendo con ella a través de sus entradas, pues gracias a los prestamos bibliotecarios y a las librerías, Morwenna dispondrá de continuos libros para leer que nos irá indicando, al tiempo que sin pelos en la lengua aportará sus opciones aceda de autores como Tolkien, Samuel R. Delany, Hainlein, Le Guin, y un largo etcétera. Opiniones y gustos que imagino corresponden con los de la autora de la novela.
Es por ello que no yerran quien consideran esta novela como un catálogo de la literatura de ciencia ficción de los 60s y 70s, pues al acabar su lectura habrán pasado por sus páginas más de 150 novelas de género.
Y es en este punto donde te paras a pensar "¿tiene razón sobre Heinlein? ¿Y sobre Dick? Bueno, yo no lo habría visto así pero, en realidad ¿Qué es lo que yo he leído? Esto es la historia de la Ci-Fi y no he leído casi nada."
Me he sentido en este aspecto muy identificado con la protagonista, pero no cuando yo tenía su edad, sino ahora, cuarentón de pro. Es ahora cuando ansío soledad y tranquilidad. Cuando busco la palabra escrita y me acongojo ante la enormidad de páginas que pueblan un mundo que sólo quiero conocer a través de ellas. Un mundo, otros mundos, muchos otros mundos.

Pero Mor tiene otra faceta más, la mágica, pues dice poder ver y comunicarse con las hadas. Dice poder hacer magia a través de hechizos tan sencillos como caprichosos, pero que en casi todos los casos son perfectamente explicables sin recurrir a la magia.
Hadas y magia que tan sólo ve ella y que Walton se encarga de describir a través de neblinas de ahumadas que ofuscan nuestra mente y resultan confusos hasta el punto de no tener claro si todo es tan real como Mor lo cuenta o si no es más que la fantasía de una mente adolescente enajenada y ansiosa por vivir una vida plena y con sentido más allá del ordinario.
He aquí donde se encuentra uno de los puntos fuertes de la novela, pues Walton nos mantiene siempre en la duda. Nunca se tiene claro si la propia historia de Mor es real o fruto de la situación que vive, pues no olvidemos que lo que realmente se esconde detrás de esta novela es el crecimiento de Mor, el ascenso a la madurez tanto física como mental de una muchacha impedida físicamente en un ambiente poco familiar, rodeado de extraños y encerrada en su propio mundo en virtud de sus diferentes gustos.
Un crecimiento en el que veremos sus claros ideales que la convierten en madura para su edad, asistiremos al despertar de su apetito sexual, a los celos de adolescencia, y a la alegría d encontrar alguien con quien compartir aficiones, alguien que te hace no sentirte tan solo en el mundo.

Se me acaban las palabras, y probablemente me quede algo en el tintero, pues he tardado muchos días en escribir la reseña y algunas ideas que me han recorrido la bóveda craneal las he perdido por no apuntarlas pero, sobre todo, algo que no he mencionado hasta ahora es lo que real, realmente constituye el alma de esa novela, que no es otra cosa más que un sincero agradecimiento al mundo del libro: bibliotecas, librerías, sistemas de préstamos, autores, pero por encima de todo, a nosotros, los lectores, sin los que no existiría este maravilloso y exclusivo universo. A todos los lectores, es cierto, pero está claro que en especial a aquellos aficionados a la ciencia ficción.

Ahora, leyendo lo que he escrito a posteriori, me doy cuenta de que tal vez haya mostrado más entusiasmo del que pretendía en un principio. Ello es debido a que, si bien es cierto, la novela no me ha llenado del todo, si que ha ido calando en mayor medida según sido pasando el tiempo y se ha aposentado en mis recuerdos. Tal vez por ello esta reseña parezca mucho más efusiva de lo que en realidad lo siento.

¿Recomendarla? Sí, la recomiendo pero con reservas. No es para todo el mundo y no tengo claro a quien va a gustar. Creo que a pocos que busquen ciencia ficción o fantasía.

domingo, 20 de julio de 2014

La leyenda de la piedra

Hace unos cuantos años ya que leí Puente de pájaros, de Barry Hughart. En aquel momento, seducido por las buenas críticas, y antes de haberlo leído, decidí comprar también la segunda entrega de la saga del maestro Li. 
No me gustó la primera parte, no pude con ella. Reconozco que me costó infinito entrar en la historia, motivo por el cual he tardado casi 5 años en leer La leyenda de la piedra. Os adelanto que mi opinión será corta. Tengo poco que decir pues me ha sucedido lo mismo que con Puente de pájaros y no he sido capaz de entrar en esta segunda parte, ni en la primera ni en la última página, y lo lamento, la verdad, pues realmente quería que me gustase

El maestro Li, el mejor detective de toda China, y su ex cliente y actual ayudante Buy Número Diez se enfrentan a un nuevo caso. Buey es un campesino de corazón puro, y Li un viejo erudito… con un ligero defecto en su carácter.

En el monasterio del Valle de las Penas, el bibliotecario ha aparecido asesinado mientras trabajaba en un antiguo pergamino que además ha sido robado. Las pruebas apuntan inconfundiblemente a que el culpable es el infame Príncipe Risuelo, un noble despótico y torturados que desea ocultar el conocimiento de una fabulosa piedra para sus propios fines.

Sólo hay un problema: el Príncipe Risueño lleva muerto más de siete siglos… y el rostro del bibliotecario asesinado refleja todos los horrores del Infierno.

En mi opinión Barry Hughart escribe cojonudamente. Se nota en un estilo elegante, pleno de figuras retóricas pero muy alejado de la presuntuosidad y el recargamiento propio de quien quiere demostrar lo bien que sabe escribir cuando en realidad no tiene ni puta idea.
Desconozco si Hughart imita el estilo narrativo de la antigua China o si lo conoce profundamente, pues no me ha parado a conocer su biografía pero, lo que si es cierto, es que consigue ese tono poético y melancólico pero a la vez muy aventurero y cargado de humor propio de las leyendas chinas.
Un humor extremadamente ácido y picarón, subidito de tono en ocasiones y con muchas referencias culturales y políticas que, como en mi caso, no te hacen reír si no conoces un poco la historia de China.
La novela está plagada de subtramas y pequeños cuentos, leyendas y acertijos que el maestro Li y Buey número 10 deben resolver para alcanzara la recompensa final.
Y esto es lo que, para mi, constituye el aspecto principal para que la novela no resulte satisfactoria y no la haya disfrutado lo más mínimo. Me explico. Es tal la profusión de anécdotas, cuentos, leyendas, acertijos, escenarios que me he perdido continuamente. Han sido muchísimas, pero muchísimas, las ocasiones en las que he perdido el hilo y no sabía ni lo que estaba leyendo. Nos encongamos ante, para mi, una novela muy compleja de leer (pese a la aparente facilidad que desprende) con un componente psicodélico que ha hecho que me encontrase mirando la novela por un pequeño agujerito, a través de un tubo en el que según vayas girando la novela, va cambiando la trama, construyendo formas geométricas con eje simétrico que me han agobiado como si se tratase de una novela hiperactiva que no he sido capaz de agarrar en mi tranquilidad.
Una novela plagada de personajes interesantes. Sin más evolución que esta propia novela, en muchos casos, unas pocas páginas, pero cargados de historia que narrados por Hughart me han desconcertado más aún, aunque los cuatro personajes principales son grandes personajes en su originalidad y desenvoltura pero que se mezclan en el batiburrillo de mi mente.
como he dicho hay escenas muy poéticas que se aprecian en fragmentos épicos de viejas leyendas pero que el desconocimiento de la tradición y mitología chinas no me han permitido disfrutar y de nuevo me han hecho perderme, por ejemplo, hay un fragmento en el que el Maestro Li viaja al infierno para "entrevistar" a la diosa de las prostitutas, que ha conseguido que, de verdad, no me enterase ni de donde estaba.

No puedo decir más. Tal vez sea una buena novela que no he sabido interpretar correctamente, pues la mayoría de las críticas que he leído son muy buenas (recuerdo una respuesta de Egan en facebook a mi reseña de La sombra fuera del tiempo que me iluminó un poco respecto a dicha novela). En cualquier caso, no puedo recomendarla pues no la he disfrutado. Al menos tengo claro que no leeré la tercera parte.

jueves, 26 de junio de 2014

Los dientes de los ángeles

 Jonathan Carroll es, para mí, epítome de disfrute. En esta ocasión, Los dientes de los ángeles, como no podía ser de otra manera, me ha gustado, pero supone una seria bajada de listón frente a otras novelas suyas mucho más entretenidas e interesantes. Menos mal que he empezado diciendo que J. C. era epítome de disfrute ¿no?

En mitad de sus vacaciones en Cerdeña, Ian McGann conoce a la Muerte en un sueño. Esta promete responderle cualquier pregunta que le formule, pero si él no consigue comprender sus respuestas, tendrá que pagarlo con la vida.

En Los Ángeles, la actriz Arlen Ford ha dejado de ser feliz. Lo abandona todo y se traslada a Austria, donde encuentra a un apasionado corresponsal de guerra. Desde el principio, Arlen se da cuenta de que se trata del hombre al que ha estado esperando toda la vida.

Y en Viena, Wyatt Leonard, enfermo terminal, descubre de repente que posee el poder de resucitar a los muertos. La convergencia de estos tres destinos conforma el núcleo de esta novela.

Así reza la sinopsis de contraportada de este Los dientes de los ángeles.
antes de continuar, os aviso que tal vez sea fácil encontrar algún spoiler.

Si no recuerdo mal, Bones of the moon fue el primer libro que leí de Carroll. Por aquel entonces no tenía el blog (creo que ni siquiera sabía lo que eran, aunque no hace tantos años de aquello ;) ) y no recuerdo casi nada de lo que iba pero, recuerdo que me gustó tanto, me pareció tan fresco, fantástico y realista a la vez; el estilo de Carroll me pareció tan engañosamente sencillo, y el sentido de la maravilla del que se habla tanto últimamente, impregnaba cada página que no pude resistirme a hacerme con otras dos novelas suyas en inglés, Sleeping in flame y The land of laughs, ante las que caí rendido. Continué por esta línea, y me hice con White apples y Glass soup (este último si llegué a reseñar aquí). En ese momento Carroll ocupó un lugar de privilegio en mi biblioteca. 
Decidí cambiar el norte, por comodidad más que otra cosa, y empezar a leerlo en español. Tan sólo he leído dos novelas traducidas, y ninguna de ellas me ha impresionado tanto como las leídas en su idioma materno. El mar de madera me pareció buenísima, realmente buena, pero el surrealismo me pareció mucho más pretendido; más potente pero también más buscado a propósito, no sé si me sé explicar. Una buenísima novela repito, pero no me impactó tanto.
Ahora me lanzó con Los dientes de los ángeles, en el que Carroll aborda el tema de la muerte. Un tema recurrente en la bota del autor, ya que todas las novelas anteriores han sido visitadas por la dama de negro y, en todas ellas, hay un elemento fantástico-exóterico, cuasi filosófico que intenta mostrar significados alternativos a los grandes enigmas ocultos de la vida y el espíritu.

En principio esto era lo que pensaba, y lo que me animo a empezar por Los dientes antes que por El museo del perro o El fantasma enamorado, ambos en la recámara.
Pero me equivoqué. ¿Quiere esto decir que es una mala novela?
Para mi no lo es, pero me reconozco fan irredento del autor y, por tanto, algo parcial en mis opiniones al respecto.

En esta ocasión el autor continua desplegando con su pluma una novela muy agradable de leer. Carroll escribe de tal forma que las palabras parecen cantadas más que leídas y, antes de que te des cuenta, has leído un capítulo y otro y otro.
La premisa de partida resulta también muy atractiva, y anima a leer, a la espera de encontrar el detonante que convierta la aventura en un tour de force psicodélico, pero ese momento no llega y, poco a poco, la novela se va convirtiendo en un ente lineal, sencillo y agradable de leer pero que no nos dice nada.
Los capítulos, en si mismos, gustan, y resulta muy interesante el cambio de voces en los mismos, ya que Carroll introduce narraciones epistolares y grabaciones de audio alternados con capítulos en primera persona.
También los personajes resultan "majos" pero algo simplones ya que ambos están hastiados de vivir y, deprimidos, observan el mundo que les rodea con ojos ya nublados.
En cambio, en esta novela, el heraldo de la muerte me ha resultado un gilipollas integral y pese a las perrerías que pueda hacer para joder una vida, el concepto que propone Carroll respecto al trato que la muerte dispensa a una u otra persona en función de como le diga según lo vivido en un remedo kármico, no ha terminado de convencerme.

En general me ha parecido más una novela a medio camino de un ensayo en la que Carroll se permite disfrutar de la muerte como elemento fantástico siempre presente que, además, decide el destino de muchas de nuestras acciones inmiscuyéndose en ellas.
no puedo decir que sea una mala novela ya que a mi me ha gustado pero, desde luego no está a la altura de las anteriores.
Creo que la novela está bien pero las expectativas que crea el autor y el inicio de la novela, van diluyéndose poco a poco hasta convertirse en una especie de diálogo entre la muerte y dos moribundos en los que la primera deja claro que siempre hemos estado a su merced.

Leedla, si queréis, es entretenida pero, si no habéis leído nada de este autor antes, empezad mejor por El mar de madera, y si se os da bien el idioma de Shakespeare, lanzaos sin duda a por una de sus obras sin traducir.

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