martes, 25 de diciembre de 2012

Meridiano de sangre

 Descubrí a Cormac McCarthy hace un par de años gracias a La carretera. Quedé fascinado. Continué, poco después, con No es país para viejos pero, tras la soberbia actuación de Bardem en la adaptación de la gran pantalla, me decepcionó un poco, pues se trataba de una de las poquísimas novelas cuya versión cinematográfica se ajusta al dedillo y gana con la interpretación. A mi parecer, claro.
Dejé correr el tiempo,hasta que llegó Meridiano de sangre que, en principio, no trataba un tema que me atrajese en exceso pero que seguro me iba a producir fuertes sensaciones, teniendo en cuenta el estilo del autor.

Meridiano de sangre narra la historia de "el chaval" un joven fugitivo que acabará enrolándose en un grupo de filibusteros contratados para aniquilar indios. Tras la batida, que resultará fallida y acabará en una masacre para los americanos, "el chaval" se alistará a un grupo paramilitar contratado para acabar, de nuevo, con los indios en la frontera de México. Capitaneado por Joel Glanton y con el apoyo espiritual del Juez Holden, pronto comenzarán a prevalecer los instintos depredadores del cazador, y la locura y sed de sangre se apoderarán del grupo, que comenzará a masacrar a indios y mexicanos por igual.

Novelón. Si por algo se caracteriza la literatura de McCarthy es por su especial prosa. Un estilo cargado de frases cortas. Cortas y cortantes como una navaja, pues McCarthy economiza el lenguaje de una forma como no he visto hacer a nadie. Elimina artículos, sustantivos, sujetos o verbos según sea necesario con el fin de eliminar lo superfluo y cargar las frases de fuerza. Haciendo uso de unas elipsis brutales consigue crear una mayor potencia en lo que esconden sus palabras, algo realmente importante en McCarthy cuya lectura entre líneas comporta una novela muy diferente a la leída de forma superficial.
McCarthy posee un estilo cortante, como he dicho, con frases aceradas que imprimen fuerza y dinamismo y con diálogos imbricados en la escena. Mezclando tiempos verbales y frases que laceran, con escenas de un lirismo desgarrador. Una prosa plagada de metáforas y otras formas retóricas convierten la lectura en densa y difícil pero, en arrebatadora y adictiva.

Leer a McCarthy, al menos en Meridiano, es prepararte para un abismo del que sabes que cuando llegues al fondo no saldrás ileso pues el autor despliega un sobrio pero contundente abanico lingüístico para mostrarnos la crueldad más infame, sin piedad ni pudor, de tal modo que sientes las palabras como patadas en el estómago que te recorren todo el cuerpo y te dejan sin aliento.
A este respecto es obligado hablar del que llegará a ser, sin lugar a dudas, el protagonista más recordado de esta novela, el Juez Holden. Un ser que sólo por su aspecto físico, albino, lampiño, grande y obeso, ya inspira mal fario pero, además, es un ser depravado, cruel, amoral e inusualmente inteligente.
El juez Holden corrompe todo lo que toca y, poco a poco, conseguirá que prácticamente  la totalidad del grupo se abandone a sus instintos más destructores.
pero a pesar del salvajismo y las imágenes brutales McCarthy consigue que las partes más duras respecto al personaje sean las que surgen de nuestra mente, pues deja numerosas perlas que implicitan su comportamiento dejándolo abierto a nuestra lectura.
Los otros personajes que se oponen a él son: Joel Glanton, que intenta mantener su hegemonía y control sobre el grupo, pero le resulta imposible detener la verborreica y psicopatológica personalidad de Holden, capaz de imbuir terror y de influir sobre cualquiera; y "el chaval", el verdadero protagonista en la sombra, el antihéroe que luchará contra la voluntad del juez y que intentará mantenerse al margen de las atrocidades cometidas pero cuyo enfrentamiento McCarthy nos lo muestra de forma velada, de nuevo intentando hacernos pensar y deducir, para conseguir una lucha emotiva y contundente.

No cabe duda de que nos encontramos ante una clara crítica hacia la historia militar americana y ofrece una seria reflexión hacia la oscuridad inherente al hombre. Esa oscuridad que surge al anular la moral por primera vez y observar que produce un beneficio personal, sobre todo psicológico. Una vez alcanzado este nivel, es imposible volver atrás.

En cuanto al marco histórico, es evidente que McCarthy es un apasionado de aquella época, y consigue transmitir de forma enérgica la crudeza de un lugar y una época en que conviven la hambruna, la miseria, las manos junto al arma dispuestas a desenfundar a la mínima provocación, un suelo duro y correoso necesitado de lluvia, pueblos abandonados y con gente escondida por miedo, indios luchando por sus derechos, matando y siendo muertos de forma salvaje. Territorio inhóspito y hostil el de la frontera mexicana en el siglo XIX, que se convierte en un personaje esencial y principal de la novela pues, junto a la potencia mordiente de la palabra salvaje de McCarthy, tenemos también escenas de una prosa bellísima que paseará el lugar ante nuestros ojos como si allí mismo estuviéramos.

Nos encontramos ante una obra maestra. Contundente. Visceral. Desgarradora. Cruel. Un infierno desatado de una brillante belleza que conseguirá que las imágenes se conviertan en reales. Una obra difícil, no cabe duda, pero con una recompensa que durará siempre. 
Creo que hay que tener valor para enfrentarse a ella pero, si os es posible, hacedlo. Por favor.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Prospectivas. Antología del cuento de Ciencia Ficción español actual

 Como he dicho varias veces, de un tiempo a esta parte me apetece mucho leer cuentos. Pero necesito también cierto grado de fantasía, así que la antología editada hace poco por Salto de Página que da título a esta entrada me pareció perfecta. Cuentos de españoles, prospectivos, es decir, con un toque de especulación que permita la reflexión, con el toque necesario de fantástico y, sobre todo, que me hagan pasar un buen rato.
La antología está compuesta por 18 cuentos. Tan sólo dos de ellos inéditos. Es probable que no despierte el interés deseado, ya que casi todos los cuentos están recogidos en algún que otro libro o colección pero, en mi caso, que tan sólo había leído dos de ellos, me ha encantado y, por otro lado, me parece una oportunidad estupenda para tenerlos todos en un único volumen.

Para empezar nos encontramos con un prólogo a cargo de Fernando Ángel Moreno acercándonos un poco a la teoría de la ciencia ficción y a su historia aquí en España. En mi opinión, tan bueno como el mejor de los cuentos de esta colección.
Como siempre suelo hacer haré una breve exposición de los cuentos aquí recogidos con la salvedad de el rebaño y Brigada Diógenes, los cuales ya comenté en su momento, así que para no alargarme demasiado en estos dos cuentos simplemente indicaré la reseña donde están recogidos en este blog.

* El rebaño, de Cesar Mallorquí: Aquí. Leí este cuento hace un par de años y, tiempo después, reconozco que me ha gustado aún más que la primera vez.
* La estrella, de Elia Barceló: Un grupo explorador de Nueva Tierra aterriza en el planeta Terra (la antigua Tierra) para observar lo que queda tras un milenio de su destrucción. Allí se encontrarán con lo que no esperan. ¿Aún existe vida? o ¿es todo una alucinación? Un cuento que pone en la palestra la filosofía de la teoría del Punto Omega, que profetiza (como tantos otros) la destrucción del planeta por el hombre, que habla del fanatismo del ser humano y de una grandísima belleza lírica.
* Mein Führer, de Rafael Marín: El asesinato de Hitler cambiará la historia conocida, lo que desencadenará una concatenación de viajes en el tiempo, a ese instante de la historia. Un cuento lleno de guiños culturales y con una estereotipación de los movimientos radicales que despierta la sonrisa.
* Besos de alacrán, de León Arsenal: Cuando las alienigenas de la raza Caravenig quedan embarazadas, matan a sus machos. De esto nos enteraremos cuando un joven colono humano llega a una base espacial solicitando ayuda contra su esposa extraterrestre. Un cuento de contacto xenofilo que es una auténtica gozada psicológica.
* Todo lo que un hombre puede imaginar, de Juan Miguel Aguilera: Un Jules Verne anciano, cansado de la vida, recibe la visita de un misterioso joven que pretende recordarle lo maravilloso de la vida. Un cuento sobre la teoría del Punto Omega con el mismísimo Pierre Teilhard de Chardin.
* Arcan, de Manuel Vilas: En el año 2198 regresa a la tierra el Arcángel San Gabriel y quiere entrevistarse con Elegidos, Radiantes, Poetas y Médiums, las nuevas élites espirituales que dominan la Tierra. Metaficción que no me ha gustado. ¿Pretende ser gracioso? A mi no me la ha hecho, pero yo soy yo, claro.
* La carretera, de Rodolfo Martínez: Una compañía selecciona entre gente falta de cordura, personal para explorar el recientemente descubierto planeta Blueyiey (creo que se escribe así, ahora mismo no lo recuerdo). Entre las normas se encuentra la de no salirse jamás de la carretera, pase lo que pase.
* Dragones en el centro, de Joaquín Revuelta: Un equipo de exploración galáctica aterriza su nave en una taberna perdida en el espacio-tiempo. Taberna donde en una ocasión uno de sus miembros quedo atrapado sin remisión en un bucle infinito entre dos realidades. Un cuento hard que juega con las p-branas de la teoría de cuerdas.
* Enseñando a un marciano, de Daniel Mares: David, único superviviente del genocidio humano debe enseñar a los extraterrestres causantes del mismo la tecnología terrestre. Descubrirán que la imaginación humana nos convierte, al menos a David, en una raza superior. Muy en la línea de Douglas Adams y su autoestopista galáctico.
* Patrick Hannahan y las guerras secretas, de Eduardo Vaquerizo: La construcción de una supermáquina de procesamiento de datos y la supermente relacional de un hombre se unen para crear una mega obra de potente contenido metafísico capaz de acabar con las guerras metaliterarias de las grandes potencias de la guerra fría.
* Tren, de Julian Díez: Rafa García es el único superviviente de un atentado terrorista. Ha sido cronosalvado por la brigada de cronoajustes, que opera 12 años en el futuro. Este hecho lo convertirá en famoso en dicho futuro, pero ¿tal vez su vida anterior habría sido mejor, incluso muriendo?
* El olor profundo de la tierra, de Juan Antonio Fernández Madrigal: Tras el fin de las bolsas de petróleo, las mafias rusas implantan chips específicos en los bebes con la esperanza de que en unos pocos años consigan oler el crudo remanente en pequeños pozos.
* Días de otoño, de Santiago Eximeno: Un anciano hace repaso a su vida mientras intenta conseguir el vale que lo enviará a las nuevas colonias en el transbordador espacial.
* Brigada Diógenes, de Juan Jacinto Muñoz Rengel: Aquí.
* Poetik GmbH, de Carlos Pavón: Para evitar el dolor por la pérdida de su madre, un hombre decide someterse aun proceso que la hará desaparecer de su vida para siempre. Pese a querer ofrecernos un relato con bases extremadamente científicas me ha parecido el cuento menos creíble de todos por eso mismo.
* Últimas páginas de una biografía, de Roberto Bartual: Ucronía en la que dos importantísimos personajes de la primera mitad de siglo intercambian sus papeles históricos.
* El extraño, de Matías Candeira: Un hombre sufre una transformación monstruosa al ser mordido por un insecto mutante. El dilema surgirá cuando comprueba que se le quiere y respeta más con este monstruoso físico que con el anterior.
* Neo Tokyo blues, de José Ramón Vázquez: En una escuela de Tokyo se adiestra a un grupo de muchachas que serán la élite intelectual y militar del país. Un proyecto científico experimental con un presupuesto incalculable. Cuando el profesor de las muchachas entabla relación con una de ellas el programa es puesto en evidencia.

Nos encontramos con una magnífica selección de relatos que toca, prácticamente, todos los temas de la ciencia ficción especulativa. Se observa una clara predominancia distópica, comprensible si se tiene en cuenta el rumbo de la humanidad y la posibilidad de plantear escenarios prospectivos al respecto, pero no se echa falta la ucronía, el thriller futurista, las aventuras, el hard o la sátira.
En algunos casos, las lecturas obtenidas son bastante dolientes y, a mi parecer, enriquecedoras, como en el caso de El rebaño, Tren, Todo lo que un hombre pudiera desear o, El extraño.
En otras, a pesar de la reflexión inherente, prima la diversión, como en el caso de Enseñando a un marciano, Besos de alacrán, Mein Führer o Neo tokyo blues.
Hay algunos cuentos que, a mi modo de ver, entran con calzador en esta selección de relatos, como Arcan, demasiado mística-pop para mi gusto, o Poetik GmbH, quizás el más increíble de todos, pues aporta una terminología científica muy selectiva y experta, pero unos procedimientos y una utilización de los mismos impensables, incluso con los recientes y meteóricos avances en genómica actuales.  
Destaco, por tanto, El rebaño, La estrella y Tren, como los tres que más me han gustado. Y, Arcan, Poetik GmbH y Patrick Hannahan como los que menos.

   En general se trata de una colección imprescindible que aguantará muchas lecturas y, me da la impresión, de que resistirá muy dignamente el paso del tiempo. Altamente recomendable para los amantes de la ciencia ficción. Visto lo visto, ya me he hecho con las otras dos antologías de Salto de Página: Perturbaciones y Aquelarre.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Premio Libros y Literatura 2012

Según he terminado de subir la reseña de Los que duermen, me acabo de encontrar por casualidad con el concurso que organiza el blog Libros y Literatura (http://www.librosyliteratura.escon la intención de promover los blogs literarios. La verdad es que por un lado, he tenido una suerte infinita, pues por lo pronto queda media hora para que finalice el plazo y, por otro, es una putada porque no da tiempo a que nadie se apunte al concurso a través de mi blog. Bueno, en cualquier caso me voy a apuntar y ya que el libro que más me ha gustado este año ha sido Una soledad demasiado ruidosa participaré con esta reseña, a ver si suena la flauta.





Los premios son los siguientes:


- 1er ganador escogido por el jurado: eReader + lote de 20 libros (Mira los títulos aquí)
- 2º ganador escogido por el jurado: lote de 20 libros (Mira los títulos aquí)
- 1er ganador escogido por votación popular: eReader + lote de 20 libros (Mira los títulos aquí)
- 2º ganador escogido por votación popular: lote de 20 libros (Mira los títulos aquí)



Bueno, pues aquí dejo el enlace de la reseña con la que voy a participar

Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal.





Mucha suerte a todos los participantes

Los que duermen

No esperaba nada de este libro. No conocía para nada a su autor, pero las breves notas que se daban de sus relatos en la web de Salto de página (poco antes de salir a las librerías), me llamaron mucho la atención, a lo que la editorial se avino amablemente a enviármelo para su reseña.
Normalmente, cuando se trata de una colección de relatos, suelo desarrollar un poquito cada cuento pero, en este caso, por tratarse de cuentos muy breves, en algún caso minicuentos, y por las conexiones entre los mismos, no lo voy a hacer pues creo que rompería la magia y el encanto de los mismos, así que lo comentaré en su conjunto.

Como si de un lienzo se tratase, Juan Gómez Bárcena utiliza las palabras cual pinceladas, libres pero calculadas, que holísticamente conforman un exquisito mosaico. Su prosa, elegante, cuidada, casi poética pero alejada de los barroquismos que pudieran convertirla en una pieza densa y ajada.
Cada uno de los cuentos es un microcosmos en sí mismo del que pueden obtenerse múltiples matices y en los que constituye una delicia encontrar los guiños, las palabras, las conexiones que amalgaman de alguna forma los cuentos, consiguiendo que al final podamos extraer un pensamiento común e intentar visualizar una lección: la imposibilidad del hombre para aprender de sus errores.

Los cuentos de Gómez Bárcena juegan con el relativismo que nos ofrece la historia, los pensamientos y los logros del hombre a través del tiempo, unos hechos que siempre dependen de aquel que lo narre o del ángulo en que los mire. Con la precisión de un espadachín , Gómez Bárcena utiliza las palabras evitando todo aquello insustancial, logrando un conjunto poético y armonioso como si de un baile de esgrima se tratase. De hecho, uno de sus cuentos trata sobre este profundo amor por las palabra en la forma de una tribu que comercia con ellas.
Los cuentos de la presente colección no presentan un hilo conductor claro, salvo la propia historia del hombre a través de los eones y, así, podemos encontrar fábulas deliciosas de viajes en el tiempo, como El mercader de betunes, en el que se le da una visión muy particular y original al mito de Aquiles, o en Como si, en la que los hombres han de desaprender todo lo aprendido, y es que es este hecho otro de los axiomas importantes de los cuentos de Gómez Bárcena. La constatación de que el aprendizaje ha hecho que la humanidad esté próxima a la autodestrucción, y tan sólo el hecho de desaprender pueda constituir el camino a la redención.
El autor también es capaz de emocionar y sacar el sonrojo y la tristeza a flor de piel creando cuentos tan vívidos y desgarradores como Las buenas intenciones, en el que una hija inventa una nueva vida para su madre enferma de Alzheimer, o en Hitler le regala una ciudad a los judíos, en el que con el trasfondo histórico de un campo de concentración, los presos judíos vivirán una semana a cuerpo de rey a cambio de interpretar una obra de teatro muy particular, o también en Fábula de tiempo, en el que descubriremos el amor más allá del tiempo de una princesa.
Como no podía ser de otra forma, en este viaje por el ser humano no puede olvidarse la religión. La espiritualidad, las doctrinas religiosas están presentes en casi todos los cuentos, bien sea en forma de vírgenes, visiones, de la esperanza de redención, de Dios hecho hombre o del Hombre hecho Dios, jugando en este punto con la metafísica, como en El regreso, donde un sacrificio ritual podrá desencadenar la aparición de nuevas leyendas, o en La leyenda del rey Aktasar, donde a través de un viaje a través de las eras descubriremos la creación de los dioses.
Tampoco se puede olvidar el futuro tecnológico, donde existen robots que se enfrentan a las mismas dudas existenciales que sus creadores, o personas que tras despertar a la criogenización se encuentran en un mundo del que desesperan.

Estos y otros cuentos hacen de esta colección una bella joya en la que la apariencia gana poder frente a la verdad, en la que la poesía de las palabras pretende ocultar el horror apodíctico que puede producir la propia indefensión del ser humano ante su creencia de sentirse divino. 
Cuentos a los que volveremos de nuevo al encontrar un detalle que nos reconduce o explica alguno anterior y ante lo que no podemos evitar sonreír sin sorprendernos por la sutileza de la jugada.
Pero he aquí el talón de Aquiles de esta colección. Se trata de una obra absolutamente evocadora y original que vuelca la filosofía en la literatura y que exige el máximo por parte del lector. Un libro que busca la reflexión y que economiza al máximo la superfluidad, lo que puede hacer que no sea ésta una obra apta para todos los públicos, pues pese a la aparente rapidez de su lectura requiere lentitud para su aprehensión, algo de lo que no andamos sobrados en estos tiempos.
Se trata de una obra que busca el guiño cómplice del lector, del que, en muchos casos, ama más el como se dice, que lo que se dice; del que busca la evasión en una ficción prospectiva.
Si eres de este tipo de lector, sin duda te apasionará.
Si no, si sólo quieres diversión tal vez este libro no te guste, pero Los que duermen seguirá siendo una experiencia inolvidable que deberías leer. Al fin y al cabo son apenas 120 páginas.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Nacidos de la bruma I: El imperio final

 Tres años llevaba este libro acumulando polvo en la estantería. Tres años en los que al principio pensaba, "a ver cuando está publicada la trilogía completa para leerlo" y, una vez publicada, pese a que ansiaba leerlo, siempre había algún otro libro que se cruzaba en la lista y era preciso leerlo antes. Pero esto se acabó, una vez se ha editado Alianza de Ley, ya no he podido esperar más y me lancé a por él. Dios, ¡qué ganas! Dios, ¡qué gustazo me he dado! Dios, ¡qué portada más horrenda! De las peores que he visto nunca.
No en vano Brandon Sanderson es uno de los autores del fantástico que más consigue hacerme viajar. Tal vez no sea perfecto pero crea auténticas estrellas en mi cabeza que visito con la boca abierta.

Hace 1000 años que el Lord Legislador venció a la Profundidad. Momento en el que se convirtió en Dios absoluto. Desde entonces el mundo ha perdido el color y se ha sumido en el gris: el aire está continuamente poblado de cenizas, nada florece y las brumas nocturnas esconden monstruos de leyenda.
Durante esos 1000 años el legislador es dios y déspota, y con su mandato sobre obligadores e inquisidores de acero mantiene a los skaa esclavizados mientras los nobles disfrutan del poder y de la magia, la alomancia. Pero pese a las leyes del Lord Legislador, los nobles han yacido con las mujeres skaa y algunos bastardos han heredado los poderes. 
En este panorama reaparece Kelsier, el único skaa que ha sobrevivido a la tortura de los pozos de Hathsin y, junto a su grupo de alománticos y a la recién encontrada, Vin, se proponen derrocar al Lord Legislador.

Sanderson es un escritor que escribe para las masa. ¿Qué quiero decir? Que no es necesario tener un nivel de cultura muy elevado ni precisar de un gusto refinado por la literatura para seguirlo. La relativa sencillez de su prosa, unido a la facilidad para la creación de tramas, giros argumentales y su capacidad para la evasión, lo convierten en un autor asequible y disfrutable por todos los públicos, como creo que es. Sanderson posee una prosa sencilla, pero rápida que mantiene la tensión en el lector, y sus novelas plagadas de momentos emocionantes hacen que no puedas parar de leer.

Nos encontramos en esta ocasión con la típica historia de opresión en la que el héroe escapado se opone al sistema y busca la justicia que libere al pueblo. Si bien la finalidad en sí no es nada nuevo, Sanderson se las ingenia para mantenernos en vilo. Por un lado el trasfondo tanto geográfico como histórico de la ficción es más que interesante. Del mundo poco se sabe, ya que la novela se desarrolla casi exclusivamente en Lutadel, la capital, pero se deja entrever la existencia de otras zonas, y no deja de maravillar la tristeza del panorama que produce la ceniza reinante y esas brumas misteriosas que traen, tanto monstruos como magos, de los que hablaré en un momento.
En cuanto a la historia, Sanderson sabe dejar caer las perlas suficientes como para querer saber más, por medio de pequeños fragmentos al comenzar cada capítulo y con la ayuda de un secundario que suele servir de nexo con el pasado. 
Por otro lado están los personajes. Personajes dotados de vida y en los que se puede apreciar claramente como evolucionan a través de las circunstancias. Esto se observa en la transformación general de Vin, que verá como su mundo de miedos y engaños, de miseria, da paso a un mundo en el que la confianza es lo más importante para subsistir. Se observará también en los altibajos de Kelsier, pero también en las dudas que acarrearán sus compañeros de fatigas, así como en las factibles grietas de la nobleza.

Es fácil engancharse a una trama como la descrita en El Imperio Final. Basta leer el inicio, en el que un simple hombre es capaz de acabar con la guarnición al completo del castillo de un noble para intuir que se va a cocer algo interesante.
Un héroe en parte antihérore que pretende derrocar al más poderosos gobernante del más legendario imperio y para ello se rodeará de una cuadrilla de estafadores en aras de conseguir el plan que persigue.
Sanderson se encarga de llevar adecuadamente el tempo narrativo y junto a la elevada carga aventurera nos ofrecerá varios giros en los acontecimientos que obligan a no perder comba y que alimentan la tensión no dejando que se apague. A esto le sumamos un sistema de magia realmente innovador. No ya en los efectos, los cuales pudieran resultar simples y con poca variedad, así como poco originales, sino en cuanto a metodología arcana y la vistosidad conceptual.
Y es éste, uno de los puntos más interesantes de la novela, pues Sanderson inventa un sistema en el que ciertas personas tienen el poder de obtener poderes tras la manipulación de diversos metales. Estos metales, una vez ingeridos son "quemados" a voluntad para obtener determinados efectos "mágicos". Poco más quiero contar del sistema, prefiero que lo descubráis por vosotros mismos (si es que aún queda alguien que no lo haya hecho ya).
Podemos distinguir entonces, dos tipos de utilizadores de magia: los brumosos, aquellos que sólo pueden extraer los efectos de un metal y, los nacidos de la bruma, que pueden utilizarlos todos y que pasean sin miedo entre las brumas nocturnas.
Un sistema, a mi modo de ver, muy original y que constituye uno de los puntos fuertes del autor: el desarrollo de sistemas mágicos simples pero coloristas y llamativos, como la alomancia y la ferruquimia (leedlo para descubrirla) de El Imperio final; la elevación biocromática, del Aliento de los dioses; o la maldición que elimina la magia, de Elantris.

Por último, todo el imperio final está rodeado de un halo religioso que facilita la inquina hacia el Lord Legislador, pues se nos muestra como un ser todopoderoso que en su calidad de redentor tiene, no sólo la excusa, sino también la convicción para oprimir al pueblo skaa. El fervor religioso se observa también en el fanatismo de los inquisidores de acero  y en la lealtad a las normas de los obligadores. También se despierta cierto temor reverencial a la llegada de la noche y a lo que esconden las sombras como parte del misticismo religioso.

Sigo pensando que, pese a que hay mejores escritores y mejores historias que ésta, El imperio final es la muestra clara de por qué (para mi) Brandon Sanderson es el mayor exponente de la fantasía épica actual. Un escritor capaz de alcanzar cotas de maravilla olvidadas hoy en día y que consigue mantener la tensión y el ansía lectora página tras página por muchas que contenga el libro (sin desmerecer a Bakker, Erikson, Sapkowsky, Kearney, Guillém López, y alguno más).

En definitiva, ya he dejado claro lo que pienso. Está claro que me encanta Brandon Sanderson y no puedo hacer otra cosa más que recomendárselo encarecidamente a los lectores de fantasía aunque, a estas alturas, no creo que haya nadie que no lo haya leído.

jueves, 6 de diciembre de 2012

De repente en lo profundo del bosque


Nunca me había interesado Amos Oz. Cuando veía un libro suyo en una librería, mi vista no se detenía ni por un momento, continuaba recorriendo, incansable, la estantería a la caza de algo que me gustase. Pero un día, por error, cogí un librito suyo, el que da título a esta entrada y, teniendo en cuenta que era una novela corta, leí la sinopsis, la cual me llamó mucho la atención pues se trataba de una especie de fábula con tintes fantásticos que así, a bote pronto, me recordó ligeramente a la peli de "El bosque" de Shamaylan.

En una pequeña aldea hace bastante tiempo que desaparecieron todos los animales. Todos, todos. Los mayores se niegan a hablar de ello y ante las preguntas de los niños, se limitan a responder que fue la maldición de Nehi y que no deben acercarse al bosque bajo ningún pretexto.
Tan sólo un par de adultos muestra sus recuerdos en torno a los animales, pero son mirados con suspicacia por el resto de adultos.
Ante esta situación, un par de niños serán superados por su curiosidad y se adentrarán en el bosque.

Amos Oz utiliza una prosa engañosamente fácil que nos ayuda a avanzar rápidamente por la obra, dejando pequeños post-it en el cerebro. Post-it que una vez leídos nos indicarán que la fábula que el señor Oz nos cuenta tiene muchas valoraciones éticas y múltiples puntos de reflexión.
Ya desde el primer capítulo nos encontramos con el primero, pues observaremos el miedo a lo diferente, la idea de apartar de nuestro camino todo lo que no es como nosotros, en la figura de Nimi y su relinchitis y, por otro lado, observaremos también el sentimiento de potente exclusión por esta situación. Pero Nimi tiene un secreto y no se deja intimidar. No le importa el rechazo del rebaño, como suele suceder, de hecho, incluso a los animales de esta historia (esos mismos que no aparecen en ella), serán presas de este sentimiento en un determinado momento.
Se puede observar también una cierta crítica a la sociedad en sí. Esa sociedad que cierra los ojos ante todo lo que no le incumbe directamente y que prefiere hacer como que no sucede nada, que prefiere vivir una vida a medio gas a una vida con el tanque lleno. Así nos encontraremos con que la inmensa mayoría de los adultos no quiere saber nada de los animales, intenta hacer oídos sordos a la curiosidad de los niños y pensar que todo es como debe ser antes que enfrentarse cara a cara con los problemas e intentar resolverlos por miedo al rechazo.
Pero claro, ¿Quién puede acallar dicha curiosidad? Maya y Mati son dos niños que se adentran en el bosque para averiguar que sucede y demuestran su valentía al salirse del rebaño de la gente común. Tienen el valor de pensar por sí mismos. Algo que hoy en día no es fácil de encontrar pese a que pueda parecer axiomático.
Y que podemos decir de Nehi, el demonio. Un ser que utiliza su poder para vengarse de la crueldad de los hombres. En parte adoptará algunos de los defectos del hombre, aunque lo justifique en el bien y en la venganza hacia ellos pero, a pesar de esto, no me ha inspirado temor, y junto con Maya y Mati y Nimi, forman un cuarteto que, a mi, me ha parecido encantador.
Una novela con un profundo respecto por la ecología y con una enorme carga de esperanza de cambio: Siempre hay que mejorar, aunque sea retrocediendo, pero nunca hay que conformarse con lo que se tiene si es pero de lo que fue. (Entiéndase esta mejora como relativa a los valores humanos, no de forma económica o profesional).

En definitiva, una novela tierna. Con protagonistas infantiles que ofrecen la dosis necesaria de razón.
Imagino que no será la obra central en la bibliografía de Oz pero, desde luego, es una excelente novela para aventurarse a leerlo. No defrauda.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Memorias de un amante sarnoso

 "Quienquiera que compre este libro habrá de considerarse expoliado si se ha dejado engatusar por el título...
...Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector, es saber que el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libidinosidad de millones de compatriotas".

Con este fragmento de la introducción ya nos podemos hacer una idea de lo que nos depara el libro del gran Groucho Marx.
Siempre me ha gustado el humor tonto. Cuanto más absurda la broma, más chorra el gag, más me gustaba pero, de un tiempo a esta parte, cuando ya debería empezar a pintar canas si tuviera flequillo, me gusta cada vez en mayor medida el humor negro. Los monólogos cáusticos, los humoristas serios, incisivos y políticamente incorrectos son los que me cautivan en estos momentos de crisis a todos los niveles. Por ello me lancé con esta novela de Groucho Marx. No esperaba nada de él, pues aunque auna varios de los elementos que he considerado me gustan en un humorista, chorra pero mordaz, desconocía su faceta como escritor.

En Memorias de un amante sarnosos Groucho describe con el desparpajo que muestra en la gran pantalla, sus intentos por entablar contacto, siempre con un fin carnal, con el sexo opuesto. Es imposible no carcajearse ante los sarcásticos comentarios y mordaces críticas que efectúa. Groucho no deja títere con cabeza, tiene para todo y para todos incluso, y sobre todo, para sí mismo.
De esta forma nos encontraremos con sus primeros intentos de causar impresión a una moza, en este caso, su propia tía; de como seduce a una compañera corista y la graciosa situación que generan las palomas en la habitación del hotel; o la cita a ciegas con una superatractiva aunque escandalosa modelo; pasando por la autoadministración de hormonas y suplementos alimenticios a fin de ponerse lustroso y que le salió rana.
Sus hermanos aparecerán en escena en un par de ocasiones con divertidas anécdotas, como el dejar pelado a un rival de poker que fue quemando todos los muebles de la casa para continuar la partida, por ejemplo.

La segunda parte constituye una graciosa teoría acerca del origen del amor, o tal vez debiera decir sexo. En ella, Groucho se aproxima de forma irónica y atrevida, no exenta de un cierto eco de veracidad, a como debieron surgir los primeros encuentros entre un hombre y una  mujer en la prehistoria de los tiempos. Esta es la parte junto con la última que, quizás, me haya resultado menos graciosa.

La tercera parte de la obra nos presenta una visión envenenada y provocadora de los hábitos comunes de la sociedad civilizada. Aquí Groucho arremete claramente contra la hipocresía de la clase culta y la sociedad hollywoodiense, incluyéndose a sí mismo. De hecho, se autodenomina "paria de Hollywood", pero es difícil no coincidir con sus impopulares opiniones aunque nos partamos de risa con sus definiciones.

La cuarta parte se desarrolla como ocho casos sucedidos a diversas personas y resulta una parte de nuevo desternillante. Sin saber si caminamos por la senda de la realidad o de la ficción será aquí donde nos entraremos con el caso de la partida de poker mencionada anteriormente; la jugarreta que le hacen las muchachas de un burdel al ofrecérselo y dejarle encerrado en una sala llena de ratas; o como se enfrentan los tres hermanos Marx más conocidos a una chica rolliza enamorada de Groucho pero que les prepara todos los días el mismo almuerzo, entre otras anécdotas.

Casi para terminar Groucho se mete de lleno en la política explicando lo que para él es el Marxismo y lo que el país necesita. De nuevo se mostrará socarrón y políticamente incorrecto, pero buceando entre las letras se puede observar que no todo es como lo pinta y que se trataba de una persona mucho más comprometida y preocupada con la situación de lo que quiere aparentar y es que, he aquí una de las claves de este libro: Groucho, ¿pretende aparentar lo que cuenta? o ¿pretende contar lo que aparenta?, pues existe un velo de verdad y de razón en todas sus palabras y pese a ese tono jocoso y gamberro, subyacen entre sus palabras varías líneas de reflexión más seria, y ya desde el principio nos advierte de ello con su chanza habitual:
"Escribí este libro durante las interminables horas que empleé esperando a que mi mujer acabará de vestirse para salir. Si hubiera andado siempre desnuda, nunca habría tenido la oportunidad de escribirlo"

Y por último, un epílogo lleno de fuerza y magníficamente narrado que nos muestra el verdadero talento literario del autor.

Un libro que animo a leer. Es imposible no partirse de risa y, además, está muy bien escrito. Yo, lo tengo claro, en cuanto pueda me haré con Groucho y yo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Golem XIV

 Golem XIV es el nombre que ha recibido una máquina pensante, una supercomputadora mental, dotada de una inteligencia superior a la de cualquier humano, y cuya misión es la de servir a los constructores en sus operaciones bélicas. Sin embargo, una vez conectada, se dota de conciencia, se rebela y se entrega a la elucubración acerca de la condición de los hombres, del universo y de sí misma en relación con ambos. Golem XIV ha diseñado su propio fin, que será un completo misterio para los científicos encargados de su cuidados, pero previamente expondrá sin la menor piedad sus conclusiones, y charlará con las mentes más preclaras de su época acerca del posible futuro biológico e intelectual de la humanidad.

No había leído ninguno de los libros de la famosa biblioteca del siglo XXI de Lem, pes los creía ensayos demasiado técnicos para mis gustos, pero la sinopsis de este libro, último de biblioteca me parecía más que interesante, así que me lance a por él y, me ha dejado patidifuso. ¿Por qué? Por que me ha podido. El regusto que me ha dejado ha sido excesivamente agridulce. Por un lado, Lem me encanta. Su prosa me parece exquisita y de forma sutil siempre te conduce a donde pretende. Es como un relojero que va poniendo piececitas con suma precisión en un mecanismo. Piezas tan pequeñas que no puedes ver pero que en conjunto forman un todo armonioso y sensacional. Por otro lado, Lem es uno de los autores de ciencia ficción más prospectivos que conozco. Un autor capaz de imbricar la psicología y la filosofía tan profundamente en la historia que narra, que crea un telar sin fisuras. Pero en este caso me ha sobrepasado y, la verdad, no lo esperaba.
La dificultad de este texto viene avalado por la calidad literaria de Lem como ensayista, que ofrece una prosa casi hipnótica, y por el tono filosofo-profético de Golem, que predica la verdad sobre la turbada mente del hombre.
Como se dice en el prefacio del libro: "La mayoría de los enunciados de Golem no sirve para ser publicado debido, por un lado, a su carácter incomprensible para la totalidad de los seres vivos, así como por otro, a la necesidad de poseer n muy alto nivel de conocimientos específicos".
Y realmente, veo que ha sido así, tal vez más adelante, al releerlo me encuentre con otra disposición mental más preclara y perceptiva.

En primer lugar nos encontramos con un prólogo que nos avanza la historia del nacimiento de las Inteligencias Artificiales. Como la línea de I. A. Golem se desarrollo con un propósito militar pero se les escapó de  las manos al observar la capacidad filosófica de los últimos especímenes producidos.
En este prefacio se explicará el modus operandi de los textos que leeremos a continuación:
Las preguntas de los científicos pasarán por un filtro y en caso de ser electas se les permitirá participar en charlas con la I. A. Conferencias en las que Golem dará respuesta a las grandes preguntas de la humanidad de acuerdo con su superior inteligencia.

Posteriormente entraremos en materia con dos conferencias ofrecidas por el modelo Golem XIV. La primera de ellas, la conferencia inaugural nos mostrará la opinión seria, razonada, y con un elevado componente metafísico acerca del universo, la evolución y el ser humano como accidente planificado de la misma.
Lem, o Golem, postula que el ser humano fue creado por La Evolución como cualquier otro ser vivo, con la única diferencia de que se le otorgo la inteligencia y mucha libertad, lo que lo predisponía a imaginar situaciones que al resto de creaciones les venían impuestas.
considera asimismo la importancia del código evolutivo por encima de cualquier organismo y otorga, por tanto, una búsqueda imperfecta del organismo frente al código creador. A esto habría que añadir una exposición y conclusiones mucho más amplias, por supuesto, pero la mayoría incomprendidas por mi incapaz intelecto.


Esta conferencia dará paso a otra en la que Golem hablará sobre sí mismo, del modo en que tomo conciencia de sí mismo como I. A., así como de su relación con otras inteligencias, tanto artificiales (sus antecesores y su superior, Honnest Annie), como naturales, en el caso de la humana.

En definitiva, un libro realmente brillante pero, que se me ha atragantado por su complejidad. Pese a ello, ya que lo más fácil parecería abortar su lectura, Golem XIV me ha mantenido en el sitio sin poder apartar los ojos de la letra impresa.

jueves, 22 de noviembre de 2012

El lector

Cuando hace un par de años me senté en el sillón para ver la cinta basada en el libro de Bernard Schlink, el lector, lo hice con la única intención de ver una película que le gustase a mi chica, pues no consideraba que fuese a ser de mi gusto, así que comencé a verla con un libro en la mano. Paulatinamente mi chica se fue quedando dormida y yo fui aparcando el libro hasta que, finalmente, quedé encantado con la película y prometí que leería el libro. Tiempo después, he aquí mi opinión de su lectura.

El joven Michael Berg se siente mal al volver del colegio. Al pararse a vomitar en un portal es auxiliado por una mujer, Hanna, que lo dobla en edad.
Agradecido, Michael volverá para regalarle un ramo de flores. Este será el inicio de una relación erótica con un ritual muy preciso: baño, sexo y lectura. Hanna pondrá como condición el que Michael lea para ella en voz alta antes de hacer el amor y, así, poco a poco, irá conociendo a Schiller, Goethe, Tolstoi, Dickens, etc.
Hasta que un buen día, Hanna desaparecerá sin despedirse de Michael.
Algún tiempo después, Michael volverá a encontrase con su antigua amante. Éste estudia derecho y  Hanna se sienta en el banquillo de los acusados. Junto a otras cinco mujeres se la acusa de crímenes de guerra nazis.

Nos encontramos ante la vivencia amorosa que marcará de por vida a un joven, por mal que le pese, y necesariamente ha de ser él quien nos lo cuente, pues nadie como él mismo puede saber lo que arrostra su corazón.
Schlink nos ofrece la oportunidad de entrar en el corazón de un joven de 15 años y fusionarlo posteriormente con la mente del adulto en que se ha convertido, consiguiendo un tierno pero duro relato, sin fisuras, y en el que tanto los sentimientos más puros como los más egoístas resultan muy creíbles y cercanos, y ofrecen una enorme posibilidad empática durante la transición de sentimientos que abarca una relación fallida en la adolescencia y que, siempre, será recordada.
El libro intercala capítulos de pubertad, juventud y madurez descolocando un poco la primera vez, pero nada que resulte complicado una vez pasado el primer estupor.
De este modo, podemos analizar el lector en tres líneas de reflexión: Por un lado nos encontramos con un joven enamorado de un adulto.
Con ella descubrirá el sexo y, como con todo amor de juventud, se sentirá pleno y pletórico, olvidando por completo la razón y abandonándose al deseo, al tiempo que en su faceta como lector, como estudiante, se sentirá útil y, quizás, algo superior por ello.
En segundo lugar aparece un Michael Berg más adulto, tanto en su fase de estudiante universitario como en la de maduro abogado, ya casado y divorciado. En este segundo intervalo nos encontramos con un hombre que hace todo lo posible por enterrar a su amante, por condenarla y odiarla siempre que es posible, pero con un dejo de amargura subyacente que siempre le hace recurrir a su recuerdo. Un hombre que usa la dureza hacia los demás como un camino hacia la redención de su alma, que siente miserable. Más adelante se habrá convertido en un adulto que nunca podrá abandonar el recuerdo de aquel amor y que, ahora, sabedor de que es un error, lo mantendrá como el ideal inalcanzable que lo obligará a fallar en todas sus relaciones con el sexo opuesto. Ponerse en su lugar resulta duro, sin duda.
Para terminar, todo encaja en un complejo lógico y racional que obliga más que el resto a  reflexiones serias. Una tercera parte centrada en la voluntad de acción del ser humano, en su libertad de elección en cuanto a decisiones difíciles como las planteadas ante los mandatos nazis. El lector nos enfrente ante preguntas de compleja índole moral:  ¿Se es menos culpable ante un acto perverso por el mero hecho de cumplir órdenes? O, por el contrario ¿El ser un subordinado no exime de responsabilidad?  Ante una situación extrema ¿Debe predominar la humanidad frente al deber? Pero, ¿Qué es el deber? ¿Lo qué te ordenan? ¿Lo qué te dicta tu código moral? Un acto bondadoso, por interesado que sea, ¿Elimina todo acto malvado?, etc.
Es importante la reflexión que nos obliga a hacer Schlink, y resulta difícil posicionarse de forma contundente.

En general me parece una novela magnífica. Una novela que ataca los sentimientos. Dulce y picante, a la vez que te obliga a reflexionar duramente.

 Ay!! La mujer, los hijos, la edad, el desempleo... me da que me estoy volviendo muy blandito.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Mil cosas que no te dije antes de perderte

 Este libro, como podéis imaginar los que me hayáis seguido, no entraría dentro de mis gustos literarios pero, ha sido la primera y única vez que un autor se ha puesto en contacto conmigo para enviarme su libro. Le gustaban mis reseñas, sobre todo las más cañeras, según dijo. Lo malo es que se puede convertir en un arma de doble filo y que salgas malparado, pues no es un libro de mi estilo, le contesté. A día de hoy, y una vez leído, sigo pensando que este libro no está entre mis lecturas y que ni siquiera lo miraría si lo viera en la estantería de una librería, las cosas como son. Pero vamos a ello, pretendo ser sincero y explicar lo que me ha parecido pero, OJO, como digo siempre: esta es mi opinión. Personal e intransferible, válida únicamente para mi. Que conste.

David es un joven que subsiste en el castizo barrio de Lavapiés gracias a los artículos semanales que escribe para un periódico de tercera y, sobre todo, a la asignación que sigue recibiendo de sus padres, pese a haberse marchado hace tiempo de casa y haber interrumpido cualquier tipo de comunicación con ellos.
Inesperadamente recibe la llamada de su madre, con quien ya he dicho que lleva varios años sin hablar. Su padre, un importante empresario granadino, ha fallecido.
David vuelve a Granada para el entierro.
En un principio los recuerdos le asaltan la mente pero, tras la lectura del testamento de su padre, la verdad irá saliendo a la luz y David se verá envuelto en una turbia trama familiar y empresarial que no había imaginado.

¿Qué puedo decir de esta novela? En primer lugar se observa una notable falta de madurez en el estilo de Benito Olmo. Una prosa demasiado coloquial y simplona hace ver desde el principio que el punto fuerte de la novela no será la calidad del verbo.
No obstante, los primeros capítulos generan suficiente curiosidad como para que la narrativa gane en fuerza, lo que, acompañado con la sencillez y velocidad de lectura, hace que apetezca seguir leyendo. La lástima es que, pasadas las primeras 70 páginas, esta emoción se va diluyendo y convirtiéndose en una historia previsible, sosa y repetitiva.
En mi humilde opinión, salvo el principio, ciertamente interesante, la novela carece de cualquier otro punto de interés, como pudiera ser escenario, personajes, estilo narrativo o trama.
El escenario me ha resultado decepcionante. Por un lado, conozco medianamente bien el barrio de Lavapiés, y no lo he reconocido más que de forma superficial en las alusiones que hace el autor. Por otro lado, he tenido la oportunidad de conocer Granada este mismo año, y quedé enamorado de ella. En este libro la he echado en falta por completo. No basta con decir "se pasea por tal o cual calle" o "estaba enfrente de tal edificio". Una ciudad como Granada constituye un escenario del que se puede obtener una magnífica percepción narrativa. En el caso de Granada se puede sacar una imagen evocadora y preciosa que no ha sabido reflejar Benito Olmo, lo que me ha decepcionado profundamente pues es algo que pretendía encontrar para positivar de alguna forma la obra.
En segundo lugar los personajes resultan absolutamente planos. Se observa la intención de Olmo de dotar de profundidad a los mismos, sobre todo a David pero, en mi opinión resulta fallido pues en ningún momento me ha parecido creíble. Como no me han parecido creíbles los sentimientos despertados en David con respecto a su padre, ni con respecto a la relación de Alicia; ni me he creído el papel de Julio; ni siquiera me ha interesado el resultado final. Los continuos lloriqueos mentales de David y la interminable alusión a Alicia como "mi amiga" me han resultado propios de un autor novel y, como consecuencia, David me ha parecido un personaje patético por lo repetitivo y poco creíble, consiguiendo que, al final, no me importase nada la suerte de ninguno de los personajes.
En cuanto al estilo narrativo ya he hablado de él. Sin estilo. Excesivamente simplón y carente de formas retóricas. Quizás sea comprensible teniendo en cuenta que está escrito en primera persona, en la voz de David y, por tanto, pudiera ser ésta su forma de expresarse, pero difícilmente creíble si pensamos en las veces que se dice que David es un articulista caustico y potente. Poco más he de decir.
Ciertamente se salva un poco la trama, pues resulta interesante y se podría haber sacado mucho más partido de ella si el resto de elementos le hubieran acompañado. De nuevo se observa el empeño del autor por salirse del guión y ofrecer algún giro inesperado, como en cierta visita de David a la morgue, pero vuelve a resultar fallido por innecesario. El conjunto final resulta elongado en casi la mitad de las páginas de que consta la novela.

En mi opinión y sin ánimo de ofender en modo alguno, creo que es una novela para jóvenes que ronden los 16-22 años, preferiblemente mujeres, pero no creo que para mucho más. Posteriormente he buceado algo en la red para comprobar si mi opinión era refrendada por alguien. He podido comprobar que no lo es, normalmente es un libro que "encanta", aunque también es muy cierto que todas las opiniones positivas se ajustaban a blogs cuyas lecturas encajab con el del perfil que acabo de mencionar.
No he pretendido que esto sea una crítica destructiva pues está todo dicho sin ánimo de ofensa pero, tampoco pretende ser constructiva pues, está claro, que no soy un profesional y poco puedo aportar al autor. Aun así, creo que el autor tiene mucho, muchísimo margen de mejora.
También es probable que, a falta de un par de meses, esta sea mi peor lectura del año 2012.
Aun así, debo agradecer a Benito Olmo el que me lo haya enviado. Me gustó el detalle y me hizo mucha ilusión. Muchas gracias por la oportunidad.

Y finalmente, una reflexión: siempre he pensado que el invertir el tiempo de lectura de un libro justificaba una reseña, ya fuese buena o mala. Ahora, tras leer este libro, empiezo a pensar que no  aporta nada el compartir estas opiniones y no sé si realmente vale la pena comentar de forma analítica un libro que no me ha merecido ni el tiempo dedicado. ¿Qué opináis?

viernes, 9 de noviembre de 2012

La librería

Antes de enfrentarme con El inicio de la primavera, de Penelope Fitzgerald, novela que me apetece mucho leer aunque siga acumulando polvo en la estantería, me encontré con esta pequeña novelita en una librería de viejo. Una novelita con una historia que me enganchó, ya que me puedo considerar uno de aquellos que da sentido al dicho de que a todo el que le gustan los libros le gustaría tener una librería. Mi profesión, muy alejada de este mundillo, me encanta, pero siempre he fantaseado con la idea de poseer una librería especializada, en la que pudiera aconsejar a la gente d e acuerdo con sus gustos y personalidad con sólo haberlos visto un par de veces. Pues bien, esta novela me daría la oportunidad de conocer a P. Fitzgerald como antesala para El inicio de la primavera. Y utilizaré como sinopsis el texto de contraportada pues me parece muy bien diseñado: deja una idea clarísima de lo que vamos a encontrar, acariciando todos los matices necesarios pero sin presionarlos demasiado.
Una vez terminada la reseña observo que, tal vez, haya incluido algún spoiler, pero no demasiado importante. No obstante, si estás próximo a leer esta novela, a lo mejor no te interese conocer muchos detalles. Queda a tu elección.

Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk, que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por "lo que no tiene". Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla.
Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear el negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.

Lo primero que llama la atención es la elegancia de la prosa de Fitzgerald. Cuidada pero sencilla, haciendo parecer fácil lo difícil, y con un discurrir suave que facilita la lectura.
A esto le añadimos una historia tierna y sencilla en la que si bien podemos decir que es bastante estática en cuanto a acción (realmente parece que no pasa nada), tenemos varios elementos que hacen de esta novela una lectura deliciosa. Por ejemplo: 
* La ubicación de Old House: el utilizar un antiguo almacén de secado de pescado resulta atípico pero otorga cierto exotismo.
* Una casa, por cierto, con su propio poltergeist, chorra, pero gracioso en definitiva.
* El ambiente de hostilidad manifiesta resulta en las distancias cortas sutil, demasiado quizás, pese a que el final sea el que es. En este sentido echo en falta un ataque mucho más potente pero, claro, no casaría con el ambiente british de la novela.
* La ambientación está muy bien lograda y se respira la flema británica por los cuatro costados permitiéndonos visualizar la vida de un pequeño pueblo británico de mediados del XX. Me ha llamado la atención, entre otras cosas, la importancia en la educación: como el no superar las pruebas de acceso para la educación secundaria, relegaba a la formación profesional y, con ello, a la marginación y el ostracismo casi seguro.
* La irrupción del Lolita de Nabokov resulta encantadora aunque, en mi opinión, está desaprovechada.
* Y, como no, unos personajes carismáticos y que constituyen lo mejor de la novela.

Florence es una inglesa de pura cepa, con carácter, empeño e ilusión. Una mujer emprendedora que observa lo necesario en un pueblo y que no duda en llevarlo a cabo pese a los contratiempos. Que pondrá en marcha su negocio, abrirá una biblioteca e intentará incentivar el tejido mercantil entre el pueblo y la ciudad. Una mujer que utilizará su enorme fuerza de voluntad en aras de un sueño.
Su némesis, Lady Violet Gamart es la arquetípica inglesa de la aristocracia, que no ceja en su empeño de salirse con la suya, pero siempre de forma sibilina. El poder en la sombra, aunque un poder algo light, me parece a mi.
El esposo de Lady Gamart, El General, como siempre se lo nombra. Un viejo ex soldado beligerante, y que se hace el distraído más de lo que realmente es.
Milo North, un joven excesivamente extrovertido, un tipo de dundee que nunca se sabe a ciencia cierta que es lo que se propone.
El Sr. Brundish, el hombre misterioso que nunca sale de casa y uno de los poquísimos aliados de Florence.
Y, por supuesto, Christine, la pequeña ayudante de la librería, que con tan sólo 10 años muestra un carácter y una madurez propia de alguien mucho mayor y que, aunque a regañadientes, acabará repudiando a Florence tras su fracaso en la prueba educativa de fin de curso.

Una novela sumamente agradable. Como he dicho con una importante vena british y que hará las delicias de los que gusten de este género y de aquellos apasionados de los libros, o sea, de todos.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Si una noche de invierno un viajero

 Me apetecía mucho volver a leer a Italo Calvino. Lo último suyo que me eché a la neurona fue Las Ciudades invisibles, y ya ha llovido desde entonces. ¿Entonces, qué libro leer ahora? Varias voces me aconsejaron Si una noche de invierno un viajero. Sólo por el extraño título ya me llamó la atención.

En esta novela, un lector comprará la última novela de Italo Calvino, titulada Si una noche de invierno un viajero. Comenzará a leerla entusiasmado pero, al poco, observará un error de edición al cortarse la novela de Calvino y comenzar un capítulo de una novela de otro autor. 
En la misma situación se encontrará otra lectora, con la que se encontrará a su vez el lector y, juntos, emprenderán la búsqueda de la novela original para hallarse sumidos en una trama de espionaje y contrabando de falsificaciones literarias, que los hace comenzar novela tras novela sin llegar nunca a terminarla, al tiempo que su propia búsqueda comienza a convertirse en una relación a la que, sobre todo, al lector le gustaría poner un final feliz.

He demorado demasiado tiempo el escribir esta reseña. El motivo es bien sencillo: Si una noche de invierno, no es lo que esperaba pero, me ha sorprendido tanto que me encuentro completamente falto de recursos para poder, no ya sólo deshuesar la novela, sino también para expresar lo que he experimentado con su lectura.
Esta magnífica obra constituye un ejercicio notable de metaliteratura en su concepto más amplio. Metaliteratura y metanarración, metafantasía, metaficción e hipermetarealidad en la que Calvino nos introduce en virtud de la búsqueda de un libro, el que estamos leyendo nosotros, lectores de esta realidad no ficticia, pero que como sucede al lector protagonista de esta novela, y que es tú y yo  mismo, no podrá acabar y se verá sumergido en la vorágine literaria que supone empezar una novela tras otra, picándole la curiosidad en todas, ansiando leerlas todas ellas y no culminando ninguna.
La historia así vista, compleja ya de por sí, suficiente para echar atrás a muchos pero, también para apuntalar la curiosidad de muchos otros, se irá complicando aún más, pues comenzaremos con una búsqueda tradicional entre ámbitos pseudo y sesudo-académicos y con el inicio de una relación entre lector y lectora que no parece tan tradicional, para pasar poco a poco a una experiencia de innovación y originalidad extrema en la que nos veremos inmersos en una trama de copias y falsificaciones creadas para convertir el mundo en  una perversión de lo que es. Perversión quizás mucho más real que la propia realidad, pues Calvino nos mete de lleno en lo superfluo de esta civilización consumista, y convierte la seriedad de un mundo caótico en una hilarante sucesión de disparates a cual más paradójico por lo realista.
No debe olvidarse la relación entre lector y lectora pues, si al principio resulta rarilla, se convertirá también en una aventura surrealista que nos embarcará en aviones asaltados, en el harén de un rajá o en una sudamericana casa solariega pretendiendo la escritura de dos novelas por dos escritores que pretenden serlo mientras lector y lectora se cruzan continuamente asumiendo dichos papeles. Quizá sea finalmente, una relación que cualquier lector empedernido gustaría de experimentar.  Veo que me lío yo mismo...

Por otro lado, la novela de Calvino constituye un ejercicio de experimentación mucho más sesudo que lo que mis palabras son capaces de reflejar, ya que se convierte en una fiesta para los amantes de las comunicaciones en un original ensayo especulativo sobre las teorías y lenguajes de la comunicación.
Un ensayo que juega con aquel que lee esta novela física, abriendo en su mente la ontológica idea de la lectura como ente creador. La relación entre lector y lectura es mucho más amplia de lo que podamos pensar a priori y es necesario saber como se complementan y que se deben cada uno.

Es, en suma, una obra muy divertida pero, al mismo tiempo, compleja y que puede echar atrás a muchos lectores ávidos de más evasión y menos pajas mentales.
En base a esto, imagino que tendrá tantos admiradores como detractores pero, de algún modo, considero la lectura de Si una noche de invierno... como una experiencia que obligatoriamente ha de ser vivida. Creo que es imprescindible, aunque todavía no tengo claro por qué.
En cualquier caso, probad a leer las primeras páginas, el llamamiento acomodaticio para afrontar la lectura me parece impagable.

domingo, 14 de octubre de 2012

La librería ambulante


Me encontré este libro en la red por pura casualidad y, como el título me llamó la atención, me fijé instantaneamente en él. La sinopsis me pareció interesante y decidí hacerme con él.

Helen McGill es una cuarentona soltera que después de pasar sus años mozos como institutriz decide dedicarse a cuidar de su granja y de su hermano Andrew, un hombre que a pasado de granjero a escritor de best-sellers de la noche a la mañana.
La vida es dura, monótona y solitaria para Helen, hasta que un día, un pequeño hombre, el profesor Mifflin, acompañado de un perro y de un caballo que tira de una carreta, el parnaso de la cultura, se presenta en su casa. El profesor Mifflin se gana la vida como marchante literario, recorriendo Nueva Inglaterra para vender conocimiento de su librería ambulante, su parnaso, pero ha decidido retirarse y considera que el Sr. McGill, con su amor por los libros debe ser la persona indicada a quien traspasar el negocio.
Aprovechando que Andrew no está en la casa, Helen decidirá comprarlo ella y vivir la experiencia por sí misma. Estás serán sus primeras vacaciones en muchos años.

No me he parado a investigar la realidad o ficción inherente a la novela pero, el enganche de la misma para ser contada, consiste en una edición en tercera persona, es decir, en el texto escrito por la protagonista para recordar esta vivencia que una vez dejado a un tercero decide editarlo pues considera una pérdida irreparable el no hacerlo.
La historia en sí es bastante agradable de leer, pero me ha dejado un tanto frío. Esperaba bastante más pero, claro, la nueva aventura de la Srta. McGill, como tal, apenas dura una semana, por lo que el grueso de la obra queda relegado a las relaciones humanas entre los tres protagonistas principales. Relaciones cercanas entre Helen y el profesor y más distantes con Andrew.
Christopher Morley utiliza un lenguaje sobrio y sencillo para mostrarnos con un tono agradable y jocoso no exento de ironía, la vida rural de Nueva Inglaterra a través de los ojos de la protagonista.
De este modo recorreremos los poblados de la zona acompañados de los personajes principales y de la sombra que se cierne sobre Helen con los impedimentos que su hermano pone en la distancia para hacerla regresar a sus obligaciones como ama de casa. Una experiencia agradable y simpática pero,  a mi modo de ver, exenta de la aventura que indica la contraportada.
No obstante, la historia presentará un giro cuando poco a poco pase a convertirse en una historia de amor. Amor que me resultó algo difícil de creer en un principio pero que entendí después desde la óptica de la rebelde novedad, la libertad y la amistad, no desde la pasión.

No se trata fundamentalmente de una novela sobre el amor a los libros, aunque la figura del profesor bien pudiera dar esa impresión, pero si que contiene una intención educadora en función de este personaje y de las numerosas alusiones a autores y citas literarias.
Posee al mismo tiempo un cierto tono moralizante, en la medida en que se muestra la sumisión a que se somete Helen y al trato que recibe por parte de su hermano, quien representa bien su papel de hombre de la casa sin responsabilidad alguna al respecto.

En definitiva, me ha parecido una novelita (por extensión, ¡eh!) interesante con la que me lo he pasado bien (poco más), pero que se lee en un santiamén y que nos anima a perseguir nuestros sueños, por ridículos que parezcan a los demás.

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿Fue él?

Llevaba mucho sin leer a Zweig y ya lo echaba de menos. Por eso me lancé con otra obra cortita. Sin leer el texto de contraportada creí que me iba a encontrar con una historia sobre los celos y, así fue, pero me equivoqué en cuanto al foco de dichos celos.

Una pareja de ancianos que lleva una vida tranquila y feliz, observa que su vecina pasa el día sola en casa, con la tristeza reflejada en los ojos, esperando la vuelta a casa de su marido tras el trabajo.
El marido es un hombre encantador, pero excesivamente entusiasta. Su grado de entusiasmo por todo lo que lo rodea es tan abrumador que llega a cansar a todos aquellos que están junto a él.
El hombre volcará su inmenso amor sobre Ponto, el cachorro que los ancianos han regalado a su mujer para que le acompañe en su soledad, sin llegar a sospechar las terribles consecuencias de tan tremenda carga afectiva.

De nuevo Zweig nos sumerge en un relato en que las pasiones afloran como las nubes en la tormenta. En esta ocasión, nos encontramos con un amor sin fronteras que pervierte lo bueno que espera conseguir y, de este modo, observamos que la entrega desmedida de cualquier tipo de sentimiento, y más si se trata de uno tan poderoso como el cariño y el amor, suele aportar un resultado diferente del esperado. Y aquí nos preguntamos ¿No es, entonces, correcto entregarnos por completo a la figura de nuestra adoración? Difícil respuesta, pues es difícil pensar que si no mostramos todo no seremos del todo sinceros pero, como siempre, el ser humano es desconfiado por naturaleza y, salvo contadas excepciones, personas realmente generosas y altruistas como el protagonista de la novela, siempre solemos esconder una carta bajo la manga, una última baza, por si acaso. Y cuando, además, somos sustituidos por una tercera persona los sentimientos explotan y el amor puede verse acorralado por la rabia y la venganza y convertirlo todo en una mierda de épicas proporciones.
Entiendo que tal vez esté resultando algo críptico pero intento no revelar nada importante de la obra que reseño, lo que me dificulta dicha acción, por cierto.

En realidad, Zweig nos vuelve a poner al límite de nuestros sentimientos y los confronta con la razón a la que normalmente no atendemos cuando nos ciega cualquier tipo de pasión. En dichos momentos, tal vez resulte demasiado tópico pero, es cierto que el cerebro se nubla por completo y tan sólo el corazón guía las acciones pese a la posibilidad de sucumbir a un horrible final.

No es ni de lejos la novela que más me ha gustado de Stefan Zweig pero, como siempre, he obtenido lo que buscaba: una prosa elegante y mimada, un rato de abstracción total, y un serio momento de reflexión interna.
Como he venido haciendo siempre que he reseñado a este autor, no puedo hacer otra cosa más que recomendar la lectura de la obra de Stefan Zweig. Si no has leído nada suyo, prueba con ¿Fue él? En el peor de los casos, esta novela corta no te llevará más de una hora.

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