martes, 18 de mayo de 2010

El libro de los amores ridículos


Para ampliar un poco mis conocimientos en la materia y, ¿Porqué no?, mejorar un pelín mi currículo que, dicho sea de paso, nunca viene mal, estoy haciendo un curso de lectura, por lo que esta y las próximas reseñas se saldrán de mis gusto personal mostrado hasta ahora y estarán encaminadas en la línea que me dicta el curso. Cosa que, por otro lado, no viene mal, ya que me hace descubrir autores y libros que estarían un tanto perdidos en la vorágine de libros pendientes por leer que campan por las alacenas de mi mente.

El libro de los amores ridículos nos sumerge en siete paroxísticas pero no tan extrañas historias de amor y sexo, ya que a poco que buceemos en su interior, seguro que encontraremos similitudes con algún colega o conocido.

En "Nadie se va a reír" un crítico de arte al que le solicitan una opinión favorable para la edición de un artículo decide dar excusas en lugar de explicar que el estudio es una basura. La excusa implicará a su pareja y acabará complicando su existencia.
En "La dorada manzana del deseo" dos amigos quedan con unas chicas para pasar el fin de semana, finalmente se verá que lo único que les produce excitación es el acto de la seducción.
En "El falso autostop" una pareja que inocentemente juega a los roles de la autoestopista y el conductor desconocido perderán los papeles y se meterán de lleno en sus personalidades inventadas.
En "Symposio" un grupo de médicos mantiene una distendida reunión en la que las insinuaciones y los agravios estallan a flor de piel. El resultado final, un intento de suicidio que no lo es, varios malentendidos y sexo no esperado.
En "Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes" un hombre y una mujer se encuentran después de muchos años. Los recuerdos vuelven a hacer saltar la chispa, pero la mujer siente recelo, pues teme que a su antiguo amante no le guste el cambio que el tiempo ha operado en su cuerpo.
En "El doctor Havel 20 años después" uno de los protagonistas del cuarto relato ha envejecido y se interna unos días en un centro de rehabilitación. Abatido porque ha perdido el gran poder seductor que poseía, recuperará la autoestima al aconsejar a un joven y ver el cambio operado en las enfermeras cuando conocen a su bella y famosa mujer.
En "Eduard y Dios" Eduard es un profesor al que le gusta una chica que por religión se niega a mantener relaciones sexuales. Para conseguirlo Eduard falseará sus creencias, lo que le llevará a tener problemas en el colegio, de fuerte carácter ateo (como es normal en un régimen comunista). El simbolismo religioso conseguirá que se acueste con otra mujer, pero las creencias ficticias terminarán por convertirse en reales y perderá la ilusión por la persona que deseaba cuando al fin consigue lo que tanto anhelaba.

La escritura de Milan Kundera es ágil y distendida. Anima a leer rápidamente. La narración es muy fluida y se presta a varios niveles de lectura, pudiéndose leer como forma puramente de entretenimiento o escarbar un poco más en los entresijos filosóficos que llevan a los personajes a los actos que aquí reproducen.
Kundera nos sumerge, en las poquitas páginas de cada cuento, en un amplio número de emociones escondidas y soterradas, en los pensamientos de índole sexual que guían nuestros actos, por mal que nos pese reconocerlo: La ambientación de sentirnos superior y demostrarlo aunque haya que mentir y dañar; la ilusión por saber que seguimos siendo seductores a pesar de tener pareja, de sentirnos deseados por otras mujeres u hombres; de fundirnos en las fantasías más oscuras; tener poder para rechazar sexualmente a alguien simplemente porque algún aspecto exterior nos desagrade; los temores de la vejez, la influencia del deterioro del cuerpo en nuestra vida sexual; el temor a lo que pensarán de nosotros; mentir lo necesario sin importar las consecuencias con tal de relacionarse sexualmente, etc.

En definitiva, un libro bastante agradable y sencillo de leer. Observo que hay muchas opiniones con respecto a que el primer cuento abre muchas expectativas que luego no se cumplen... no sé, a mi no me ha pasado eso, sino justo lo contrario: el primero ha sido uno de los que menos me ha gustado.

Una agradable alternativa a mis gustos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Maske: Taeria


Vance. Poco he leído de Vance: creo recordar que la trilogía de Lyonesse y algún que otro cuento. Por eso me decidía leer Maske: Taeria, porque sus cuentos me gustan bastante más que sus obras más largas, y Maske se aproxima más a una novela corta. era la ocasión de darle a este Gran Maestro una nueva oportunidad, pues si bien la trilogía de Lyonesse me había gustado, me había defraudado en cuanto a técnica literaria, resultándome una escritura algo infantil, no sé, desdibujada o mejor dicho, demasiado desenfadada y alegre.
Maske: Taeria me ha vuelto a mostrar ciertas carencias, pero en general he quedado contento con la novela.

Jubal Droad es el hijo menor del Clan Droad, de Glentlin. A la muerte de su padre el título nobiliario pasará a manos de su hermano y él partirá a Taeria con la idea de hacer fortuna. Con la carta de referencia que le entrega su tío llegará a la ciudad, llegando justo en el momento en el que su previsto futuro mecenas se encuentra en una importante reunión del Consejo. Allí, descubrirá que el hombre que estuvo a punto de matarlo tiempo atrás es un importante miembro del Consejo: su nombre es Ramus Ymph. Tras contarle a Nai el Hever lo que sabe de éste, se ganará su favor (favor condicionado) y será contratado en el departamento tercero de la oficina de Seguridad e Higiene.
Pero Jubal no se contenta con un puesto de escasa importancia y al conocerse que Ramus Ymph ha partido de viaje, se le encomendará seguirlo y espiarlo. Esto le hará viajar a remotos y muy diferentes lugares. sus pesquisas le harán descubrir una trama que poco a poco se complicará hasta intrincarse en su propia persona.

El estilo agil y dinámico de Vance, unido a las coloristas ambientaciones y a las pocas páginas,
hacen que esta novela se lea muy rápido y no aburra, aunque también es cierto que la incursión de Vance en la propia misión de Jubal Droad es demasiado simple y no incita a maravillarse.
Dicho de otro modo, Jubal Droad exhibe unos pasos en la persecución bastante simples; la mayoría de ellos completamente intuitivos y viscerales, guiados, sin ningún tipo de tratamiento deductivo serio. En muchos casos estas deducciones quedan completamente escondidas al lector.
Pero evidentemente, es en el background creativo donde a Vance siempre se le ha reconocido su buen hacer, y aunque en esta obra no hace alarde excesivo de buen "xenosociólogo", si que crea unas bases sociales bastante llamativas e interesantes:
* La sociedad Tariota, con sus claras distinciones entre clases. Una burocracia firme y cerrada que prima por encima de cualquier valor.
* La sociedad de Eiselbar, en la que lo único realmente importante son las transacciones comerciales. El volumen de negocio es la base de la sociedad. Resulta muy interesante y llamativo, aunque quizá (poniéndome en su lugar) sea insoportable a largo medio o largo plazo, el sistema utilizado para crear la condición emocional: todo el mundo lleva un complejo sistema musical que emite sintonías de acorde a un estado emocional deseado, de tal modo que existe la posibilidad de un condicionamiento emocional para una situación u otra de acuerdo a lo que nos interese.
* El pueblo Wael, en el que existe una sintonía total con la naturaleza.
* La nación del mar. Marinos independientes, mal considerados y que se autodefinen como una nación por derecho propio.

por otro lado están los personajes, a cual más odioso. Entre los personajes principales ni uno solo me ha parecido atractivo; todos son personajes ruines y ambiciosos. En algún caso, como en el del protagonista de la historia, Jubal Droad, llega a resultar mezquino, avaricioso en extremo y cargante a más no poder con sus insinuaciones continuas de querer más dinero y beneficios.

He de decir que la novela no está mal del todo y resulta entretenida, aunque tras leer el capítulo introductorio se me había hecho la boca agua y esperaba algo más que una pequeña novela pseudo-detectivesca.

De nuevo como podéis ver, la entrada es más corta de lo habitual, pero entre lo liado que estoy y que poco a poco voy perdiendo las ganas...

sábado, 1 de mayo de 2010

Placeres prohibidos

Ante la andanada vampírica de los últimos tiempos, los libros de Laurell K. Hamilton y su personaje Anita Blake, me parecía que podían ser algo más originales y menos empalagosos que la mayoría y por eso me decidí a leer el primero de la serie, y es cierto que, al principio me pareció bastante interesante, pero esta sensación se fue diluyendo poco a poco hasta que me resultó completamente anodino.

El vampirismo es legal. Los vampiros han sido aceptados por la sociedad y se les admite como miembros de pleno derecho. Anita Blake es una resucitadora, como suena, ni más ni menos. Utiliza sus especiales habilidades en una agencia dedicada exclusivamente a ello. No obstante, también es llamada "La ejecutora" entre los vampiros, pues es utilizada como tal por la policía, siempre de forma legal: cuando recibe una orden de ejecución fundada, la efectúa y punto. Mediante diversas artimañas será obligada a investigar los recientes casos de vampiros asesinados en San Luis. El único problema es que, esta vez, sus jefes serán esos mismos vampiros con los que no confraterniza y de los que no se puede fiar.

La novela comienza de forma ágil y activa, con acción y narrada con fuerza, lo que hace que rápidamente nos interesemos por la historia y nos ajustemos el cinturón de seguridad a la vista de las curvas que vamos a sortear, pero poco a poco, a medida que vamos conociendo los pocos entresijos del nuevo mundo que se nos deja ver, nos lo vamos aflojando (al menos yo). ¿Porqué? En mi humilde opinión por diversos motivos:
El personaje de Anita Blake está bastante bien representado y se observa una evolución a lo largo del libro que, aunque fuese ese el propósito de Hamilton, a mi no me ha gustado lo más mínimo. Anita parte como una tía dura, acostumbrada a bailar con el más feo y con esos toques de humor sarcástico tan propios de la novela negra, pero se va desdibujando paulatinamente a medida que avanza la narración, y acaba pareciendo una mujer débil y con miles de dudas en la cabeza. Un personaje que pone lo humano por encima de todo lo demás ¡Bien por ella! y cuyo juicio es capaz de nublarse ante un tiarrón como el Phillip ese (tal y cómo lo describen debe estar como un hiper mega queso y, teniendo en cuenta que sólo como pescado, ya es mucho decir) que hace que las reticencias iniciales porque sea un yonki del vampirismo acaben por deshacerse en ríos de lágrimas. Me parece además que el personaje de Anita está profundamente desaprovechado, pues es "vinculada" (entendiendo como tal el haber recibido sangre de un vampiro y por lo tanto estando más cerca de quedar esclavizada), demasiado rápido y esto le resta credibilidad a su planta de tipa dura. Digo yo ¿No se podría haber esperado que esto pasase más adelante en la saga? Yo creo que habría ganado en emoción. Si a esto le sumamos que llega un momento en que sus frasecitas y baladronadas llegan a resultar cargantes ¡apaga y vámonos!
Me ha resultado muchísimo más interesante Edward, apodado "La muerte", especialista en matar vampiros, no sé si más adelante continuará.
En cuanto a los vampiros, no están mal. Rudos, fuertes y sabiéndose superiores. En una sociedad que los ha aceptado e integrado, la inmensa mayoría de los que aparecen en este libro son unos hijos de puta de cuidado. La verdad es que se echa en falta una más amplia presencia de la sociedad vampírica, imagino que irá revelándose poco a poco a lo largo de la saga, pero me ha recordado algo al juego de rol de "La mascarada" (en cuanto a ambientación me refiero).

Como nota positiva... El marcado perfume a novela negra que se respira durante toda la obra.

La verdad es que últimamente estoy muy, muy liado y no tengo demasiadas ganas de ponerme con las reseñas, así que como conclusión ahí va mi opinión general:
Un libro para entretenerse leyéndolo y olvidarlo una vez acabado. Del que se podría sacar más partido; tal vez al avanzar la serie mejore todo, pero no me esperéis a mí, que yo no voy a seguir, aquí la aparco. A pesar de esto, si os interesa la "nueva movida vampireña", os gustará. Creo yo, vamos.

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