Esta última entrega comienza donde terminó la anterior, y aquí ya no hay tapujos. La suerte está echada y todos se preparan para la gran batalla. La batalla que acabará con el juego del ciclo de los nueve mil años.
Esta es la entrega más oscura de las tres, así como la que más acción despliega.
Bajo mi punto de vista es la mejor de las tres pero, en mi propia experiencia, ha resultado la menos satisfactoria, como antónimo de gratificante, que no como sinónimo de baja calidad. Es así, porque intenta dar una explicación demasiado esotérica y pueril al mismo tiempo al cielo de la no-magia. Pero sin embargo es la mejor de las tres, pues despliega por fin, el entramado que esconde la no.magia y el Oscuro, y acarrea una buena dosis de acción y epicidad pero, como he dicho, en mi caso, ha terminado defraudándome el resultado. No sé, esperaba otra cosa, y más.
La novela sigue tres líneas argumentales diferentes: Por un lado el No-Mago y la Dama que, ayudados por Pit, se convertirán en El Señor de las Profundidades, y combatirán al avatar del Oscuro; Por otro lado, el grupo de Matei y cia. que seguirán en su empeño por descubrir las runas de Randole; y en tercer lugar, nos encontramos con el grupo que ha estado dirigiendo todo el cotarro: Los integrantes del juego. Un grupo de seres legendarios que mantienen el pulso del universo y mueven a las personas a su antojo como si de títeres se tratasen para asegurar no sólo la estabilidad del universo, sino también su propia diversión.
En esta ocasión creo que Maryson se apoyó más en los personajes. Les ofreció un carácter más definido y unas metas más claras. Del mismo modo, con su juego de los ), los solitarios, y la raza más antigua, quiso dotar al mundo de una importante cosmología propia. Imagino que con la intención de poder continuar desarrollándola en futuras novelas, pero que a mi no ha terminado de gustarme a día de hoy pues me ha parecido demasiado improvisada y (para hoy en día) poco original.
Hay momentos realmente épicos y originales, como el Ser que en realidad es El Señor de las Profundidades, ¡nunca se me hubiera pasado por la cabeza! Su batalla con el Dragón del Oscuro resulta increíble y sorprendente pues nos encontramos ante una fantasía heroica con tonos de ciencia ficción en este punto, ya que el propio Señor de las... se convierte en una especie de nave pilotada por las mentes de Lethe y la Dama. Este aspecto me ha gustado sobremanera, así como los oscuros y poéticos momentos que suponen la partida del alma del cuerpo de Lethe o la Dama.
Se continúa con la trama política, y la ciudad de Romander es sometida a un golpe de estado y a un posterior ataque que será capeado con maestría por la llegada de poderosos magos en una batalla mágica realmente espectacular.
Sin ánimo de levantar más spoilers que los que ya habré soltado, he de decir que la novela cierra un ciclo. Con la llegad de Lethe y su uso del Poder y manejo de su cabalgadura, se cierra el ciclo de las eras y se inicia una nueva época que podría haber continuado futuriblemente si el autor no hubiese fallecido. Las puertas estaban claramente abiertas para esto.
En general me parece una muy buena trilogía, aunque reconozco que (me repito) a día de hoy no me ha dicho gran cosa. Tengo claro que hace 20 años, cuando mis lecturas seguían derroteros dragonlantinos, ésta me habría parecido una grandísima trilogía, por lo innovador y original. Creo que he llegado 20 años tarde.
Muy recomendable para iniciarse en la fantasía y buscar un estilo de fantástico menos explícito en todo que el actual; un fantástico que invite a soñar y a leer entre líneas: a imaginar, en una palabra.
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