A día de hoy sigo sin tener demasiado claro porqué leí esta novela. Simplemente leí un artículo en alguna parte, que hablaba de una nueva generación de escritores: la generación Alt Lit, que incorpora a su literatura las jergas y modos de la nueva tecnología, así como las últimas modas y tendencias juveniles.
Tenía otros autores en mente, pero no quería comprar ningún libro de este estilo, no me apetecía albergar ninguno de sus libros en mis estanterías, al menos de momento, así que busqué en la biblioteca del barrio y encontré este Saliendo de la estación de Atocha, de Ben Lerner, cuyos elogios de contraportada me llamaron la atención. Es una buena novela, no lo voy a negar, que me enganchó pese a no pertenecer a mi gusto literario y, por tanto, tampoco la voy a recomendar, pues creo que ciertamente me atrapó pero pasado el tiempo (casi un año) no quedan posos en mi memoria que me hagan alabarla aunque guarde muy buen recuerdo de ella.
Todo lo contrario que el vino con el que acompañé su lectura: La multa, un vino de Norrel Robertson, "el escocés volante" que al primer trago me hizo soltar un "¡Ostias, qué fuerte!" y, poco a poco, me fue maravillando hasta tal punto que quedé absolutamente fascinado, aunque tampoco se lo recomendaría a nadie así de primeras.
La novela trata de un joven estudiante americano que se traslada a Madrid para efectuar unos estudios de investigación sobre literatura española influenciada por la Guerra Civil. Reside muy cerca de la estación de Atocha, de ahí el título del libro, y desde este punto partirá par darnos a conocer el barrio y a sus gentes, al tiempo que se relaciona con círculos de intelectuales tanto en exposiciones como en fiestas.
Vamos, algo así. Tampoco es que lo recuerde demasiado bien.
Ben Lerner me pareció un buen escritor. Con una prosa aguda y afilada pero, sobre todo, certera. Va a los hechos sin poner un renglón de más pero consiguiendo llenar de imágenes sus palabras. Su estilo resulta elegante pero, al mismo tiempo, muy moderno dentro de una cierta intelectualidad, claro.
Resulta muy interesante como Lerner refleja la realidad de los jóvenes intelectuales de hoy en día, aquellos sobradamente preparados que salen de sus ciudades y países para mejorar su formación pero que, con ayudas económicas externas, ponen esta formación en segundo lugar para, en primer orden, situar el ansia de vivir y disfrutar de los placeres de su juventud y ubicación geográfica.
De hecho sus estudios servirán de excusa al protagonista para codearse y disfrutar de la vida con otros animales con las mismas inquietudes que él.
En este momento no puedo evitar recordar como disfruté yo de la botella de vino que bebía lo largo de la lectura de este libro: La multa. Es más, os lo voy a contar y luego sigo con el libro.
Se trata de un vino monovarietal de Garnacha de viñas viejas de la D. O. Calatayud. Es un vino barato (5,50€). La añada 2013 presentaba en el momento de su degustación un color rubí brillante y limpio muy vivo y conservaba ciertos tonos cardenales en el ribete. Capa alta, es decir, imposible ver letras a su través.
Se trata de un vino potente que, en primera instancia, llena la boca de alcohol. La fruta ocupa un segundo lugar pero se percibe claramente, aunque predominan las especias (pimienta, clavo) y los tostados con un claro tono licor oso.
Es un vino con cuerpo, cálido, amable pero agradable para mi gusto. Presenta buena acidez que llega a confundirse con salinidad. Finalmente unos taninos buenos aunque algunos rudos dejan el regusto final a una fruta fresca en la boca. Es un vino muy complejo e interesante pero, reconozco que, no para todo el mundo.
Bueno, y después de explicar lo tonto que me pongo con un vino, volvamos a la novela.
Como decía, el protagonista disfruta de los placeres de la vida, fiestas, tabaco, ciertas drogas, sexo, etc. De hecho uno de los puntos que no he soportado de la novela ha sido éste. No hay ni una sola escena, ni una sola página en la que Adam no se encienda un cigarrillo o un porro. No me importa que lo haga pero, ¡Joder, ¿tantas veces?!
De este modo, Adam se paseará por Chueca o la Plaza de Santa Ana utilizando la marihuana como una excusa para reflexionar acerca de sus estudios, su valía y su identidad, y la de todo lo que lo rodea.
Se verá asimismo inmerso en los importantes hechos del 11-M y las conversaciones telefónicas con sus padres nos darán una visión también de la ideología de la juventud americana frente a la de sus padres.
Pero todo esto no hace que nos encontremos ante una novela seria. Se trata en realidad de una novela de aprendizaje, de evolución personal pero visto desde un prisma satírico, pues el autor se encarga de desmitificarlo todos los estereotipos multiculturales que acompañan a la "clase" intelectual.
Así, nos encontraremos con un estudiante que es tratar como un poeta por el mero hecho de ser un estudiante americano mientras él, se plantea si realmente esta preparado para asumir la responsabilidad de dicha disciplina.
Nos encontramos con un personaje más perdido que una paraguaya en Madrid, que no entiende la mitad de lo que le dicen en castellano y que, aun así, intenta salir adelante como puede.Lo veremos leer literatura clásica española, y sentarse en la azotea de su edificio a ver pasar las horas mientras fuma porros (una envidiable escena, en mi opinión); lo veremos divertirse y poco estudiar pero, sobre todo, en el fondo, para quien lo quiera ver, nos mostrará una realidad que está en la sociedad que nos rodea y dentro de cada uno de nosotros: la de saber quien somos, que hacemos, y que queremos hacer.
IMHO una novela bien escrita, divertida y entretenida, que no es poco.
El título de la entrada me llamó mucho la atención, y es ciertamente verosímil xD
ResponderEliminarUna pregunta, ¿la historia transcurre durante los atentados de Atocha (el 11M) o quizá te refieres al 15M y las protestas y acampada en Sol? Leyendo la reseña no lo veo claro, de ahí que lo pregunte.
Un saludo.
Hola Neo. El 11-M. NO es que la novela se centre exactamente en este hecho, pero sucede y, por tanto, de refilón, la narración queda tocada por ello.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte.
OK, es que por el contexto juvenil de la historia me "pegaba" más el 15-M.
EliminarRe-saludos.