Joe es un detective contratado para encontrar a Mike Longshot, el misterioso editor de las novelas sobre Osama Bin Laden, un personaje de novela de serie menos que b, medio terrorista, medio héroe que apasiona a los pequeños grupúsculos de friáis, truculentos y subversivos personajes que lo leen.
Con un apartado de correos como punto de partida, Joe comenzará su investigación, pero la estela de editor y editorial es difícil de seguir y parecen estar envueltos en un halo de misterio que confunde ficción con realidad.
He de empezar el comentario diciendo, como he dicho antes, que no me ha gustado. Eso hará que la reseña sea corta, pues tengo poco que decir, pero es que me ha aburrido bastante, y sólo lo he terminado por el puro e irracional orgullo de decir que he leído un libro más y, aunque habrá mucha gente que no piense así, en mi caso no ha sido más que un inútil consumo de tiempo.
La novela comienza con una historia de detectives que poco a poco va perdiendo fuelle y cambiando a otra cosa, una amalgama de géneros que no sé bien como definir. Reconozco que Lavie Tidhar escribe con garra, y que nos presenta un ejercicio de estilo interesante que, además, se lee con facilidad, pero también reconozco que se me ha hecho muy pesada. Las continuas, para mi, "interrupciones de la trama" a modo de cliffhangers de la historia general con fragmentos de atentados de las novelas, me han resultado aburridas y, en mi opinión, no consiguen el efecto deseado de criminalizar el terrorismo, y al no llegar a ninguna parte en concreto, me han resultado un auténtico incordio.
Me ha parecido una historia narrada de forma incongruente y que a mi me ha producido desconcierto a la par que desidia pues, ni siquiera los pocos personajes que aparecen en la novela, presentan el suficiente carisma como para que me haya importado su destino; ni el avanzar de la trama resulta creíble ni progresivo, pues la narración se efectúa a saltos, y resultan en exceso repetitivas las escenas de bares, cigarrillos, obtención de información de prostitutas y bármanes, así como los guiños a novelas de fantasía que inducen a la ilusión de la realidad.
El final, pese a ser lo más sorprendente resulta también lo más predecible al anular la suspensión de incredulidad, tan propio de escritores novatos con finales falsos como sueños, realidades alternativas, locuras, etc. Me ha resultado especialmente manido y, por consiguiente, fallido. No me ha convencido en absoluto.
Osama ha sido la primera novela que leo de la casi desahuciada línea fantástica de RBA y, pese a que me parece una línea editorial con muchísima calidad, creo que he hecho una mala elección y, sinceramente, como siempre, esta es mi opinión, pero no entiendo como esta novela se ha podido llevar un premio tan importante como el World Award Fantasy.
¿Qué la novela o el autor tienen potencial? Pues la verdad es que no lo sé, a mi me ha parecido un auténtico coñazo y no puedo concederle ningún mérito a la novela, al autor, tal vez.
Tengo próximo en la pila otro premio de la misma editorial, Entre otros, de Jo Walton que espero que me guste más.
Y aquí lo dejo por que me parece que ya he embadurnado con bastante cera la novela y no me apetece seguir diciendo cosas negativas, pues seguro que algo positivo tendrá para haber conseguido tantas alabanzas.
Eso de empezar un libro y que no te guste por más que avanzas en la historia, jode. Yo también soy de los que se lo leen hasta el final por cabezonería.
ResponderEliminarSeguro que para el próximo hay más suerte.
Saludos.