sábado, 3 de marzo de 2012

La leyenda del navegante

Antes de embarcarme con El Navegante, había leído tres novelas de Rafael Marín, a saber: Elemental, querido Chaplin; Juglar; y Mundo de dioses; y, la verdad, las tres me habían gustado pero no lo suficiente y valoraba mucho más su oficio como traductor que como narrador. Una vez leído La leyenda del navegante, sigo considerando a Rafael como un magnífico traductor pero, esta vez, he de reconocer que La leyenda no sólo me ha gustado sino que me ha encantado. A falta de leer Lágrimas de luz, que pasa por ser según las críticas que he leído, la mejor novela de Marín, me quedo con La leyenda como lo mejor que he leído de este autor. ¡Una novelaza!

Ysemeden Elsinor, hija de un próspero comerciante de Crisei nos contará en primera persona la historia de Salther Ladane, autoexiliado heredero al trono de Genave.
De su llegada a Crisei y su matrimonio con ella misma; de como conquistó la espada del brujo Manul Rinn Ghall en la cima de la Torre de Lindisfarne; de como sobrevivirán a la bruja Coridween; de su viaje en el tiempo al continente perdido de Eressea; y de como acabará con la revolución de Genave, antes de su final y de convertirse en eterna leyenda.

Probablemente, el estilo de Rafael Marín en esta novela sea lo más criticable para muchos lectores, un estilo recargado y ampuloso, propio de clases cultas y con reminiscencias renacentistas intensificado, quizás, con el uso de la primera persona, hacen de esta novela una experiencia nada fácil de leer que requiere de la paciencia y la atención del lector. Este punto, es en mi caso uno de los puntos más positivos, pues gusto de este tipo de narraciones recargadas y barrocas en las que cada palabra se queda pegada cono la miel a los dientes y dificulta la pronunciación de la siguiente. De hecho, fueron las primeras frases de este estilo las que me impidieron parar de leer y me fascinaron desde el primer momento en que Elsinore se enfrente a un par de estafadores en el puerto.
El formato de edición que yo he leído es el último que publicó Minotauro hace algunos años, y que coincide con la concepción inicial del autor pero anteriormente, cuando se publicó pro primera vez en los 90's de la mano de Miraguano, lo hizo como una trilogía, algo que no es completamente descabellado pues, además del riesgo comercial que, supongo supondría en aquel momento una novela de 600 páginas, la novela se subdivide en tres libros perfectamente definidos y que coinciden con marcos geográficos e hitos diferentes en las andanzas de Salther Ladane.
En primer lugar conoceremos Crisei, cuna de la casa Elsinore. Crisei se muestra como un trasunto de la Venecia renacentista, plagada de comerciantes y trovadores en calles adoquinadas y con la vista puesta permanentemente en el mar. Primeramente conoceremos a Salther al interceder en una pelea en la que Elsinore parece llevar las de perder y a merced de este duelo, Salther se quedará prendado de la dama e iniciará un incesante acoso de seducción que poco a poco acabará logrando su objetivo.
Salther se hará con el mando del Navegante, el buque insignia de la Casa Elsinore y cargado de sueños y afán de protagonismo se lanzará a la mar para acabar con la leyenda de la espada en la torre, algo que como no podría ser de otro modo, logrará habiendo tenido antes que enfrentarse por casualidad con la bruja de la isla de La Aparecida (en la que no cree) y conseguir escapar de milagro, hechos estos que forjarán el inicio de su leyenda.
El conocimiento de que el príncipe que abandonó su trono (apelativo utilizado en exceso para mi gusto) está en Crisei, correrá como la pólvora y todo el mundo acudirá a proponerle nuevas hazañas, pero Salther decidirá tomarse su tiempo pues quiere vivir una vida tranquila ahora que ha encontrado esposa y próximamente familia. No será así por mucho tiempo pues tras se cruzará en su periplo marino con Ennio Tabbala, a quien vencerán en abordaje y de quien recuperarán una máscara de oro con idénticos rasgos a los de Salther. A partir de aquí, ya entrados en el segundo libro, Marín hace alarde de su buen hacer y mezcla la fantasía con la ciencia ficción mediante un viaje en el tiempo, al trasladar a nuestros personajes de lugar y época. Una época anterior en la que tendrán que derrotar a la bruja que dará lugar a la destrucción de la antigua isla de Arce y que sirve de explicación para la desaparición reciente del material que produce la magia. Una parte que mezcla la fantasía de espada y brujería con la técnica de las paradojas temporales y que nos hará pensar detenidamente en determinados momentos de la trama.
La tercera parte, Genave, supone la vuelta a su tiempo de Salther y su equipo pero, el mundo ha cambiado y se avecinan tiempos de guerra. Salther viajará en solitario a su otrora reino para hablar con su hermano, el Rey, al saber que se ha desatado una guerra civil. Allí descubrirá que la Iglesia de Brecan está directamente implicada como desencadenante de estos acontecimientos. Una situación en la que intentará mediar para su arreglo pero que pondrá fin a su vida y encumbrará a Salther en leyenda. En esta tercera parte encontraremos una nueva evolución de la historia con la llegada de la pólvora, que se mezclará con el acero y dará inicio a una nueva época, consiguiendo un efecto que dota de realismo el viaje en el tiempo anterior y a los cambios que se han producido por los hechos allí acaecidos.

Después de todo esto, como no mencionar el buen trabajo del autor con los personakes: Salther Ladane, un hombre necesitado de aventuras, sobreeducado, descreído en extremo y lenguaraz, que abandona la comodidad de su reino para vivir experiencias excitantes pero que poco a poco irá sentando la cabeza; Ysemeden Elsinore, una dama autosuficiente e independiente, tanto o más grandilocuente que Salther pero mucho más prudente y que se convertirá en el contrapunto que necesita Salther para su osadía.
Amén de muchos otros secundarios sumamente interesantes como: Esnar Lobrod, Jantor Vela,Tenhar Elsinore, Durante Nay Dingel o Tsavonar Fiore.
Marín ha realizado un gran trabajo en este sentido,pues se aprecia una perfecta transición en los personajes en lo referente a la madurez.

A parte de diversión, la novela ofrece también puntos de interés en cuanto a ideas, como bien podrían ser los fanatismos religiosos, con una potente crítica hacia la manipulación que hace la iglesia amparándose en el miedo; o la idea de que la destrucción de una leyenda o la superación de un hito anclado en el tiempo suele traer consecuencias no siempre agradables, por lo que el ansía de aventuras y los intentos e superación son buenos, pero en su justa medida.

Una novela más que agradable, algo difícil de leer pero muy interesante y entretenida y que me anima a leer Lágrimas de luz, que sinceramente había dejado olvidada. ¡Bravo Rafa!

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