lunes, 3 de febrero de 2014

El héroe de las eras

Volvía perezoso después de las navidades y, de nuevo los libros pendientes de reseñar se me acumulaban en la trastienda y hacen que, ver que cada vez son más, y más es el trabajo que les debo, me produzca más pereza convirtiéndose en un círculo vicioso del que me costaba salir. Por ello, el día 11 decidí ponerle fin a esta situación y, con la intención de no pasar demasiado tiempo entre reseña y reseña, me puse a escribir ésta, la que ahora suscribo. 
Una vez más, cuando estaba todo encaminado para comenzar el año con el que me parecía un arranque excepcional, la parte que ponía fin a la trilogía de Los nacidos de la bruma, el día 13 se sumaba un nuevo desastre a mi vida, mi pequeña, mi gatita a la que había cuidado día a día durante doce años decía adiós a este mundo y me dejaba seco por dentro y sin ganas de nada.
Han pasado tres semanas desde entonces y mis ganas de leer y escribir no creáis que han vuelto, pero entiendo que debo, al menos, finalizar el ciclo de reseñas de esta trilogía. Os pido perdón si os parece que me falta algo, pero del borrador que dejé escrito hace tres semanas, poco he añadido, y no he tenido demasiadas ganas de pensar en ello por muy buena que reconozco sea para mi esta novela.
Y así os presento ahora El héroe de las eras. Continuaré con La promesa de Kamil Modracek pero si tardaré mucho o no, no lo sé contestar, el tiempo lo dirá. Me gustaría decir que no, pero no me arriesgaré.

Tras arreglar los problemas internos de la corte todo parece más tranquilo, pero las nieblas continúan creciendo, y cada vez muere más gente por su causa.
La única respuesta parece hallarse en los depósitos de alimentos que el Lord Legislador escondió en enclaves principales.
El grupo se divide y, mientras Elend y Vin parten con los Koloss para tomar el control de algunos asentamientos, Fantasma ha adquirido un gran control de su capacidad alomántica y actúa de enlace en otra ciudad, y Sazed intenta descubrir el verdadero significado de los escritos del Legislador.

La primera trilogía se acaba y ahora podemos obtener una visión holística que nos haga replantearnos las opiniones individuales de los libros. Se puede apreciar que Sanderson ha escrito una obra en la que cada libro presenta una faceta diferente, un problema diferente de la propia humanidad y, si en El Imperio Final nos enfrentabamos a la revolución, al deseo de libertad y a la autodeterminación; en El pozo de la ambición, al miedo al porvenir, a la necesidad de ser guiados y de hacer coincidir ideas con deber; en El héroe de las eras nos encontramos con un aspecto mucho más simple y manido, el aspecto teológico de la fe sobre el destino del mundo, la eterna lucha del bien contra el mal. pero, en opinión de quien esto escribe, al final, en conjunto nos echamos a la frente dos grandes conceptos, la construcción de la personalidad como motor del cambio y la dualidad bien-mal entendida como una pareja de múltiples aristas en las que no todo es de un lado u otro, sino que han de complementarse para producir una realidad veraz y múltiple en sus posibilidades.
Poco a poco los personajes han ido evolucionado. Algunos se han quedado en el camino, como Clubs, Dockson y Twyndil pero, los más han ido creciendo exponencialmente con cada nueva novela de tal modo que se han convertido en la causa primordial del éxito de esta serie, pues superan en si mismos a la trama.
Elend comenzó siendo un erudito cuyo idealismo le hizo oponerse a su propio padre y a un Dios-Rey que beneficiaba a los de su clase social. Sin tiempo para pensar comprendió que, a veces, hay que hacer sacrificios para obtener un beneficio a largo plazo. En esta tercera entrega Elend se ha convertido en un líder que, pese a seguirle dando quebraderos morales, sabe lo que debe hacer para salvaguardar al reino, aunque perjudique a unos pocos inicialmente.
Vin ha pasado de ser aquella muchachita que desconfiaba de todos y aprendía alomancia a turbopropulsión, a ser una mujer que ha crecido muy deprisa y le ha hecho comprender que no es más que una herramienta en manos de un poder mayor pero, aun así, ha sido capaz de aportar todo su amor y potencial a los que le rodean, y se ha convertido en la perfecta pareja para Elend. Una pareja ésta que se ha curtido en la guerra. No han tenido la tranquila felicidad necesaria pero han sabido ser parte del otro de forma totalmente incondicional.
Lestibournes-Fantasma ha pasado de ser un simple segundón a estar nominado como actor de reparto. Fantasma siempre se ha sentido un poco apartado del grupo del superviviente. Su poder alomántico no tenía la suficiente importancia ni para llamar la atención de Vin. En esta entrega tendrá su oportunidad como espía en solitario en la ciudad de Urteau. Sus poderes se verán aumentados (con cierta yuca) y se convertirá en el estandarte de una nueva cuasi-religión que lo ve como al descendiente natural de Kelsier.
Sazed es uno de los personajes más cambiados. De ser el personaje con la cabeza más asentada y el guía tanto espiritual como racional del grupo pasa a ser un alma en pena, desdichado por la muerte de su amada que reniega de todas las religiones y busca su fe perdida mientras intenta encontrar de nuevo su lugar en el grupo.
Marsh es otro de los secundarios cuya evolución es evidente y el papel jugado, primordial para la consecución de los planes de Ruina. Se resiste con todas sus fuerzas a ceder ante los poderes de este pero, sabiéndose un traidor, no podrá hacer nada por evitarlo, aunque finalmente prestará un servicio sin el cual el triunfo del grupo de Elend y Vin sería impensable.
Por supuesto no olvido a Ham pero el último digo no mención creo que es  Tensoon, el Kandra que traiciona a su raza y que con su rebeldía e independencia nos permite adentrarnos en su cultura y descubrir una raza que me parece de lo más original de esta serie y que, aunque poco explorada, cumple su función con creces y que con su pequeña aportación a la trilogía logra unir todos los hilos que hacen de esta obra un conjunto magnífico y cuya capacidad para sorprendernos con su fantasía adquiere el summun con un final épico digno de las mejores epopeyas fantásticas.

Y como colofón final para entender todo lo acontecido y el porqué de los hechos del legislador, Sanderson nos introduce en el clasiquísimo concepto de la lucha entre el bien y el mal aquí nombrados Conservación y Ruina pero que no son más que un trasunto de estas, de las fuerzas parejas que rigen el universo y que no pueden existir la una sin la otra, de tal modo que, como suele ser normal, el mal, Ruina parece mucho más poderoso que el bien, Conservación, y con la utilización de un nuevo poder mágico, la Hemalurgia es capaz de conseguir dominar a las personas o seres a su antojo.
En este punto si que he de decir que no me ha gustado la utilización de estos tres últimos poderes: Ruina, conservación y hemalurgia, pues de repente parece que todo el mundo los conoce y sabe de ellos, aunque sea la primera vez que a ellos se enfrenta. 

En definitiva, y para no alargarme más, que ya es bastante, aunque seguro que cuando relea un par de veces esta reseña me daré cuenta de todo lo que se me ha pasado, he de decir que Sanderson sigue sin defraudarme y que gustará a todos aquellos que disfruten con fantasías alternativas más allá de elfos y dragones. A mi también me gustan estos últimos, que conste, pero con Sanderson, flipo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...