martes, 22 de diciembre de 2009

Mundos en la eternidad

Cuando escogí Mundos en la eternidad como próxima lectura no tenía muy claro que podía esperar; por varios motivos: uno, nunca he leído nada escrito a cuatro manos y por lo tanto no sabía si se notarían mucho los cambios de estilo entre los escritores; Dos, tanto Rihla, como La locura de Dios (únicos libros que había leído de JuanMi Aguilera) me parecen soberbios, pero la temática es completamente diferente a la de Mundos, y además, éste es uno de los primeros libros que escribió e imaginaba que su estilo no estaría del todo depurado.
Más de uno, al leer esto, pensará: "pero éste tío que dice. ¿Acaso no ha oído hablar de Mundos en el abismo e Hijos de la eternidad?". Y sinceramente, he de responder que no había prestado atención a estos títulos, ya que aunque uno ya es talludito y peina canas (de la barba pues los de la cabeza están en indiscriminada retirada) , siempre había sido lector de Fantasía Épica o Medieval y mi incursión seria en la Ci-Fi se remonta apenas a un lustro de antiguedad.
De este modo, es posible que haya quien opine que mi comentario no es del todo completo, al no haber leído los volúmenes originales que darían lugar a Mundo en la eternidad, y tendrán razón, pero ¡qué le vamos a hacer!, me da igual.

Akasa-Puspa es un cúmulo globular formado por millones de estrellas con una distancia entre ellas de apenas un par de años luz. Esta proximidad interplanetaria hace que los viajes interestelares se realicen con cierta facilidad y por ello la cantidad de planetas habitados es enorme, así como las guerras entre los mismos.
Utsarpini, Imperio y Hermandad son las tres grandes facciones políticas que manejan el cotarro y que luchan por obtener la hegemonía.
- La Utsarpini es una Confederación de planetas del cúmulo, en pleno auge.
- El Imperio, es como su nombre indica, el Sistema Imperial, muy avanzado tecnologicamente pero en claro retroceso.
- La Hermandad es la potencia religiosa imperante, formada por una amalgama de todas las antiguas religiones.
Pero la Utsarpini y el Imperio dejarán de lado sus rencillas temporalmente y se unirán en una misión conjunta para esclarecer lo sucedido en un Rickshaw que ha aparecido destruido (sistema de transporte interplanetario). La Hermandad, como no puede ser de otra forma, jugará sus cartas desde la sombra.
El grupo investigador, formado por militares y científicos, no imagina que se verá envuelto en un descubrimiento de suma importancia: los orígenes de la humanidad en Akasa-Puspa.

Una vez leído, lo menos que puedo hacer es aplaudir y reconocer que mis dudas estaban infundadas.
Mundos en la eternidad es una buena novela Hard con alma de Space Opera, ya que aglutina en su cuerpo una gran cantidad de información y especulación científica, así como el sentido de la maravilla que otorga una buena aventura espacial, con alienígenas, complots, batallas y demás.
Los autores desarrollan conceptos científicos muy interesantes, y en gran cantidad, prevaleciendo la xenobiología sobre la física, pero sin resultar farragosa en ningún caso. De este modo, son fácilmente comprensibles conceptos como Esfera de Dyson, máquinas Von Newmann o sustitución de bases nitrogenadas por otras en la formación de diferentes códigos genéticos.
En cuanto a los personajes poco puedo decir, ya que salvo el protagonista principal, el biólogo tullido Jonás Chandra, los demás están poco desarrollados y se pierden en la inmensidad especulativa de la obra.
La novela está muy bien llevada, ya que el lenguaje llano empleado otorga una buena velocidad de crucero lector que junto a un desarrollo por capítulos cortos, cortos, cortísimos hace que la intensidad no decaiga en ningún momento, si bien es cierto que al principio cuesta coger un poquito el hilo, debido a la gran variedad de términos hindúes utilizados para castas, jerarquías o hechos históricos, pero las notas a pie de página se agradecen, por una vez, y agilizan esta situación de forma altamente satisfactoria. No obstante, tenía razón en una de las dudas mencionadas al principio del texto: el estilo de Aguilera se ha depurado, y por lo tanto, ha evolucionado y mejorado substancialmente con el paso del tiempo. De Redal no he leído nada más, por lo que desconozco su evolución.
El único pero que le pongo está basado en la escala temporal utilizada, se habla de una evolución de muchos millones de años, pero la mayor parte de las costumbres y la tecnología utilizada es muy cercana a nosotros.
Y poco más. Espero haber despertado vuestra ansia lectora, pues la novela lo merece. Me ha recordado mucho a la archifamosa Mundo Anillo de Larry Niven. La única diferencia clara entre ambas es que Mundos en la eternidad es una obra española, por lo que jamás alcanzará esas cotas de popularidad tan grandes, pero para mi gusto, la calidad de Mundos en la Eternidad está muy por encima de la novela de Niven.
Leedla. Disfrutadla. Yo por mi parte, pienso lanzarme en breve a por la continuación, "Mundos y demonios" publicada por Bibliopolis.

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