domingo, 6 de diciembre de 2009

Glass soup (Sopa de cristales)


Aunque ha sido publicado en castellano por La Factoría de Ideas, lo tenía comprado desde hace tiempo en versión original, por lo que me lo he leído en inglés y de ahí el título del comentario.

Glass soup, continuación de White apples (Manzanas blancas) también publicado por La Factoría, es a mi modo de ver, la mejor novela de Jonathan Carroll hasta la fecha, y es mucho decir, porque no tiene novela mala, ni siquiera regular.

Se puede leer de forma independiente, pero gana muchísimo como serie, por esto resumiré brevemente la primera parte para aquellos que pudieran estar interesados.

Vincent Ettrich ha sido rescatado de la muerte por su ex, Isabelle Neukor. El motivo: Isabelle está embarazada del hijo de ambos (Anjo). Este hijo nonato está predestinado a combatir al Caos, que intenta usurpar el poder de Dios, destruir el Mosaico y de esta forma obtener poder absoluto sobre la Vida y la Muerte.
Para evitarlo, Vincent tendrá que enseñar a su hijo todo lo que ha aprendido en el reino de los muertos, pero antes de eso, tanto Isabelle como Anjo tendrán que ayudarlo a recordar.
El Caos los pondrá en multitud de situaciones comprometidas, pero conseguirán salir de ellas, pues Anjo los orientará y ayudará desde el seno materno.

En Glass Soup, Anjo ha perdido la capacidad de comunicación, pues está próximo al nacimiento y se ha convertido en un bebe normal que ha olvidado los misteriosos conocimientos que poseía.
Esta segunda parte sigue la misma tónica que White apples, pero se centra más en elmundo de los muertos (idea maravillosa).

El Caos ha descubierto una forma definitiva para acabar con Anjo: convencer a Isabelle para que pase al mundo de los muertos y tenga allí al niño, de forma que nunca podrán retornar al mundo de los vivos.
La experiencia de Vincent ha hecho que comprenda su verdadera esencia y poco a poco conseguirá dominar multitud de poderes que le ayudarán a luchar contra el Caos.
Isabelle será engañada y entrará en el mundo de los muertos, pero con la ayuda de Simon Haden (un antiguo pretendiente fallecido); Leni (una de sus mejores amigas, recientemente fallecida); y su propia inventiva, conseguirá engañar al Caos.
Juntos triunfarán frente al Caos en primera instancia, pues la lucha final debe ser obra de Anjo y eso formará parte de otra historia (o eso supongo y espero ansiosamente).

El surrealismo es un estilo ampliamente conocido en todos los campos artísticos. En literatura, Jonathan Carroll es su máximo exponente.
Todas las novelas de Carroll despiertan un sentido de la maravilla que se da la mano con la máxima capacidad de asombro. Cada capítulo muestra una idea o Imágenes que te deja con la boca abierta, pero de una genialidad tan simple que piensas "cómo nunca se me ha ocurrido esto". Hay escenas, como aquella en la que John Flannery roba un coche tras un accidente, en la que me quede babeando durante casi diez minutos.
Ideas como que al morir, cada uno va a un mundo que ha ido creando con los sueños de toda su vida, de tal modo que, al morir, cada persona "vive" en su propio mundo onírico; como la de que todas las almas se funden en un gran mosaico que es la obra de Dios; un hombre que vende todos y cada uno de los pedacitos de su vida; Dios representado como un oso polar y muchísimas más, no hacen sino que me maraville de este y todos sus libros.

Carroll arrastra un estilo simple y llano. Tanto, que es fácil leer un libro entero de un tirón y antes de que te des cuenta estás completamente enganchado.
Es de esos autores que en aquellos momentos de tedio, en que la literatura no te atrae demasiado, es capaz de renovarte la ilusión por la misma, leer un libro de un tirón, terminarlo con una gran sonrisa y ya no poder dejar de leer otra vez. Al menos, así me sucede a mí.
Para mí (y mis gustos, está claro) Jonathan Carroll es a la literatura lo que Tim Burton al cine.

Aquí lo dejo, pero hacedme caso: ¡Leed a J. Carroll!. No lo olvidaréis. Disfrutaréis sin duda. Para mí, el escritor junto a Paul Auster que más me ha hecho disfrutar en los dos últimos años.
Como he dicho no tiene libro malo, cualquiera que escojáis será una obra de arte.

7 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo en un punto. Que J. Carroll es maravilloso, sin duda, y totalmente recomendable para todo el mundo; que sea el máximo exponente del realismo mágico, me cuesta un poco más. El realismo mágico tiene la virtud de que la magia o las situaciones "extrasensoriales" están presentes y nadie se extraña por ello, son parte de la cotidianeidad; en las novelas de J. Carroll normalmente los personajes son conscientes de que están viviendo situaciones anormales y es extrañan, o asustan, por ello; no lo asumen con la naturalidad que ocurre en el realismo mágico iberoamericano, o en G. Joyce.
    De todas formas, el debate está abierto, y ha sido una magnifica reseña, como siempre

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  2. Tienes razón, el debate está abierto y a ver si se anima alguién más.
    No estoy de acuerdo contigo por una simple cuestión de entendimientos de estilo. Para mí, el realismo mágico no tiene que ver con que las situaciones "especiales" estén presentes y todo el mundo lo acepte (yo a eso lo llamo fantasía, independientemente del mundo o época). Yo considero el realismo mágico como una ambientación, en la que sobre un mundo completamente cotidiano se desarrollan situaciones que pueden formar parte directa de la trama que se salen de lo común y crean un sentido de la maravilla en un mundo por otro lado gris y diario.
    Así es como yo lo veo. Graham Joyce es un gran exponenete de este movimiento, pero, para mi gusto, y mira que me parece bueno, no está al nivel de Carroll.

    Lo dicho, a ver si alguién más se apunta al debate

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  3. Ahora que lo releo, me he explicado un pelín mal. Al querer decir lo del sentido de la maravilla, me refiero a que se crea en el lector, no en los protagonistas. De tal modo, que me parece que se vive una situación en que la magia está presente en un mundo, por otro lado, muy real, pero en el lector, no en los personajes de la novela.

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  4. Temo que no nos vamos a poner de acuerdo. Yo creo que la calve del realismo mágico está en como perciben los personajes las situaciones que para nosotros como lectores nos resultan "especiales", y en la literatura de J. Carroll los personajes son conscientes de esa situación especial a la que se enfrentan. En el realismo mágico se da por hecho (dentro de la trama) que esas situaciones son partes de la realidad de la misma. Me parece incluso una literatura más cercana al realismo mágico (aunque es también fantasía) la de Susanna Clarke. En lo que estoy de acuerdo es de que todo es fantasía, pero hay muchos estilos dentro de la literatura fantástica. Resumiendo, creo que la clave es la percepción de los propios personajes (o la propia trama) lo que marca la diferencia.

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  5. Bueno, vale, tienes razón, no nos vamos a poner de acuerdo. Lo que para mi hace diferente este tipo de literatura es la percepción de la realidad por parte del lector, no del personaje. Tal vez, sea mucho más correcto llamarlo SURREALISTA directamente en lugar de realismo mágico, pues como bien decías arriba, la literatura de Carroll poco tiene que ver con la de los escritores sudamericanos. Es cierto que la etiqueta "realismo mágico" se aplica más a lo que comentabas con respecto a los sudamericanos, pero que quieres que te diga, mi criterio es mío y de nadie más y no soy capaz de aceptar que "Crónica de una muerte anunciada" sea realismo mágico, aunque así se considere.
    A ver si alguien más nos da su opinión y se mueve un poco esto.

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  6. Surrealismo me parece bastante más acertado, y en eso si estoy totalmente de acuerdo :)
    Para mí "Crónica de una muerte anunciada" tampoco es realismo mágico, y quizá quién piense que si lo hace solo por ser de quien es. LA OBRA culminante y que define perfectamente el realismo mágico, es "Cien años de Soledad", y es cierto que hay quien considera realismo mágico toda la literatura hispanoamericana de esa época, cuando existía otra corriente importantísima mas orientada a la novela social o realista (indigena, lucha de clases...aunque es cierto que en ocasiones se entremezclan, como en "La casa de los espíritus").

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  7. Vale, entonces acepto barco y eimino lo de Realismo Mágico, ya que mi concepto de este movimiento difiere mucho de lo que es en realidad.
    Lo dejamos como surrealismo.

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