lunes, 14 de septiembre de 2009

El candelabro enterrado

La historia nos dice que la menorá (candelabro de 7 brazos y pieza principal del simbolismo religioso judío) fue arrancada a los judíos por los romanos tras la destrucción de Jerusalén y que posteriormente, tras el saqueo de Roma en el 455 d. c., ésta pasó a manos de los vándalos. En tiempos de Justiniano, los romanos a las órdenes del General Belisario conquistaron Cartago y la menorá volvió a ser propiedad de los romanos, quienes la llevaron a Bizancio, pero no existen pruebas fehacientes de esto último pues fue entonces cuando desapareció.
Es a partir de esta falta de datos, de la que Stefan Zweig hila un magnífico telar en el que aventura una posible explicación al paradero de la menorá.


En el año 455 d. c. los vándalos saquearon Roma, entre el botín obtenido se encontraba la menorá, candelabro sagrado de los judíos rescatado del templo de Salomón tras la destrucción de Jerusalén.
Los ancianos, comandados por el sabio Eleazar, deciden ir tras los bárbaros a modo de peregrinaje para conocer el camino que seguirá la reliquia y a que extrañas tierras llegará. Con ellos llevarán a un niño de 7 años, Benjamín, para que actúe como vista y memoria para las generaciones venideras.
Llegarán a Portus, donde el botín va a ser embarcado, y Benjamín resultará herido en el brazo al intentar arrebatar la reliquia a un esclavo. Esto será considerado un castigo de Dios y la comitiva, sin nada que poder hacer, regresará a Roma.
80 años después, Belisario derrotará a los vándalos y llevará la menorá a Bizancio. A la edad de 88 años, Benjamín es ahora un venerado anciano en Roma y verá esto como una señal de Dios. Él es el llamado para recuperar el sagrado objeto, y junto con un joven, Joaquín partirán a Bizancio.
Tras reunirse con el emperador Justiniano para solicitar la recuperación de la menorá, las cosas no saldrán como esperaban. No por engaño propiamente dicho, pero si a través de un astuto ardid, volverán a recuperar la menorá para el pueblo judío.
Benjamín será el encargado de custodiarla y decidir su destino final, punto éste, que si queréis conocer deberéis leer esta hermosa novela de apenas 100 páginas.

El candelabro enterrado es una auténtica joya literaria, como todo lo que escribió el genial austriaco.

La exquisita prosa de Zweig hace que la lectura sea muy agradable. Una prosa concisa, sin descripciones superfluas que no conducen a nada, pero sin omitir detalle de lo verdaderamente importante.
La armonía gramatical, casi poética en ocasiones, te sumerge de lleno en una leyenda, en un estado casi onírico. Por ejemplo, la escena en la que (en aquellos tiempos, eh??) Benjamín ve por primera vez el mar no tiene precio (para todo lo demás Mastercard).

A pesar de no forzar la situación, el victimismo judío es inherente a toda la obra, pero más que resultar pesado te encamina a confraternizar con ellos. Un pueblo que hace continuo "alarde" de sus ideales de justicia, paz y misericordia. Un pueblo sumiso que contempla todo lo que les sucede como la voluntad inquebrantable de Dios.

Como todo lo que escribió Zweig, el ritmo de las palabras te lleva lenta e inexorablemente, como en un sueño al desenlace de la novela y no puedes parar de leer hasta que lo acabas.

Los valores expresados anteriormente se hacen patentes en la obra, pero también los de la confianza, el trabajo duro, el amor, la fe, pero sobre la justicia, como en toda obra de Zweig que se precie, no conviene olvidar que se suicidó ante la idea de que era imposible parar a la Alemania de Hitler.

En fin, como he dicho, una maravillosa joya, altamente recomendable.

3 comentarios:

  1. buen estudio del libro. Me ha gustado la foto de cabecera que recuerda a la última cena que pasamos juntos y comentamos los designios de los lectores de sueños ... Siempre recuerdo cuando leo tus comentarios una letra referente a una canción de un viejo cantante de rock y que se identifica mucho contigo, y paso a indicarla: "Defender mi ideología, buena o mala, pero mía, tan humana como la contradicción...". ¿Podréis entenderlo, astutos caminantes?

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  2. Gracias, por tus palabras, la verdad es que se necesita el ánimo de los demás para seguir con esto, sobre todo cuando llevas tan poquito tiempo y hay tantos y tantos otros blogs por ahí.

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  3. Tiene muy buena pinta, parece ser un buen libro para iniciarse con Zweig, a quien tengo ganas así que cuando pueda lo leeré con interés.
    P.D Mucha suerte con el blog, estás iniciativas siempre son interesantes. Espero que me sigas descubriendo lecturas

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