lunes, 7 de mayo de 2012

El espíritu del lince

 No había leído ningún libro de la editorial Pamiés, ni conocía el trabajo de Javier Pellicer pero, el tema que trataba El espíritu del lince me resultó sumamente interesante habida cuenta de la poca información existente de aquel período con respecto a Iberia, y no digamos literatura.
Sí, hay mucha literatura con respecto a las guerras púnicas, pero toda relacionada con Anibal, Escipión, Cartago y Roma, nada con respecto a las tribus íberas y, si hacemos caso de los datos, sabemos que se trataban de tribus guerreras, por lo que la travesía de Anibal por Iberia para el posterior asedio a Roma no tuvo que ser precisamente un paseo de rosas. Supongo, claro.

Icorbeles supera la prueba de nacimiento que lo marca como El elegido de los antepasados. Desde ese momento, su padre, Icortas, centrará su educación en formarlo como gran guerrero y líder de su pueblo. Icorbeles pasará su infancia acompañado de Alorco y Nistan, dos niños cartagineses exiliados que, gracias a la amistad entre las dos familias, han encontrado refugio en casa de Icortas.
Finalmente, Alorco y Nistan volverán a Cartago, e Icorbeles será prometido a Nerseadin, pese a no amarla, como alianza de estado.
La llegada de Amilcar Barca a tierras Íberas con intención de conquista y, posteriormente, de su hijo Anibal, darán el significado de la profecía a Icorbeles, cuya misión será la de unificar las tribus Íberas en una nación.
De este modo, Anibal encontrará un enemigo a su altura.

Nos encontramos ante una historia de difícil agrado para el público. Digo esto porque, de antemano, todo el mundo sabe como va a acabar la historia. Es sabido que Anibal cruzó la península en su periplo a Roma, por lo que de antemano te enfrentas a un libro donde sabes que el héroe no conseguirá lo que se espera.
Habida cuenta de este hecho, Pellicer se las tiene que ingeniar e introducir diversos elementos que otorguen algo que ofrezcan interés al lector pese a un final conocido y poco halagüeño.
Y realmente lo consigue. Partiendo de un conjunto histórico real en el que se observa la gran labor de documentación que ha llevado el autor, Pellicer utiliza varias aspectos argumentales para conducir la situación al punto que le interesa: Por un lado un aspecto político, en el que el protagonista debe prevalecer en oratorio y carisma para unir a los clanes; un aspecto sentimental, en el que el personaje habrá de mostrar su lado más humano frente a su destino; y un aspecto guerrero, en el que veremos la verdadera pasta de la que está hecho el héroe.

En mi opinión, los dos primeros tercios de la novela resultan algo sosos. En esta parte, el autor sienta las bases de la historia y nos hace un recorrido a través de la infancia y adolescencia de Icorbeles, haciendo especial hincapié en sus relaciones con los niños cartagineses y en las enseñanzas de su padre de acuerdo con su destino.
En cambio las últimas cien páginas se vuelven sumamente interesantes con los intentos de unión de las tribus íberas y la campaña guerrera contra el gran estratega cartaginés.
En este sentido, en el de un hombre que intenta crear una nación, pese a resultar muy convincente, recuerda a la historia de Vercingetorix en la Galia, o a la de Wallace en las Highlands, entre otras, por lo que únicamente aporta orgullo patrio a la historia pero no originalidad.

Javier Pellicer utiliza un lenguaje sencillo pero muy cuidado, tratando de que el carácter de los personaje s y sus palabras cuadren en la época que intenta transmitir y, así, nos presenta los que, para mí, con los puntos fuertes de su obra:
- Una ambientación cuidada al detalle. En un trasfondo geográfico e histórico soberbio. Fiel a la historia casi en su totalidad, salvo por las consabidas licencias literarias.
- Personajes sencillos, humanos. Con una credibilidad pasmosa y caracterizados con mimo y esmero. En este sentido, el autor ha logrado crear unos personajes de gran profundidad, que se mimetizan a la perfección con el paisaje y ofrecen un conjunto sumamente satisfactorio.

En cuanto a la historia en sí, la podemos dividir en dos vertientes: Por un lado, una parte en la que Icorbeles es un hombre amigo de sus amigos; que recuerda su infancia y la añora y que ama a la mujer que no debe. En esta parte nos encontramos con la lucha interna de un hombre entre su destino y sus sentimientos, y será ésta la parte que el autor aproveche como invención para ofrecernos la fuerza de los íberos tanto belicosa como humana, y darnos la alegría poética de hacernos creer que se podría haber vencido a Anibal si no fuese por los caprichos del corazón, que convierten a un héroe en un gran hombre.
Por otro lado esta la vertiente militar, en la que, los edetanos sobre todas las tribus se oponen al intento de conquista por parte del Cartaginés y plantan cara hasta el último hálito de sus vidas. En este sentido Pellicer nos ofrece a Icorbeles como un estratega a la altura del genio de Cartago. de nuevo una historia que corre paralela a la de los grandes héroes de la historia, que destacan por su inteligencia a la par que por su bravura.

Se observan (o yo he creído hacerlo9, ciertas influencia de los maestros de la histórica en la escritura de Javier. Por un lado de G. Haefs en su modo de presentar la historia y en la creación de un trasfondo amplio que parece no aportar nada importante a la verdadera trama pero que finalmente funciona dado sentido a toda la historia; también de B. Cornwell, pues la descripción de las batallas me parece épica y magnífica y ofrece el grado de tensión y excitación necesaria.

En cuanto al final. El final cambia toda la historia y nos hace ver que hemos estado engañados todo el tiempo, que desde el principio hemos aceptado la visión de Icortas como cierta pese a saber que no era posible (tal vez mis ganas de un gran héroe Ispano pudieron más que los hechos). Pero el autor da un giro a la trama, y con la última palabra de la novela hace que todo lo anterior haya cobrado un sentido diferente, al tiempo que abre las puertas para una continuación, si realmente le interesase. Algo que, tal y como ha resuelto esta novela, sería de agradecer.

En definitiva, una novela rica en detalles, muy agradable y rapidísima de leer. El principio, como he dicho, se me ha hecho un poco lento pero, en conjunto, ha merecido la pena. Si queréis una novela con rigor histórico en la época previa a la 2ª guerra púnica no dudéis en leerla.

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