martes, 26 de noviembre de 2013

Un zoo en mi equipaje

Tras leer Murciélagos dorados y palomas rosas, me quedé con las ganas de seguirle la pista al zoólogo Gerald Durrell.
La verdad es que este libro hizo que me lo pasase bomba, y tengo un fantástico recuerdo de él.
Este verano pasado regrese al autor, de la mano de La excursión. Un libro que esperaba fuese como el anterior pero que, sin embargo, se trataba de una serie de relatos de ficción que el autor escribió desde su faceta literaria, que no profesional o divulgativa. Este libro en concreto no lo llegué a reseñar pues no me parecía ni bueno, ni malo sino, simplemente, anodino, no merece la pena el gastar tiempo en hablar sobre él.

Hace poquito he vuelto de nuevo a Durrell, esta vez con Un zoo en mi equipaje, un libro en el que el autor vuelve, por sus fueros, a su vena más profesional.

Pero, de nuevo, no me he encontrado con el entusiasmo, la frescura y el desparpajo que encontré en Murciélagos dorados. No he sentido la tensión de mi cara, ni la distensión de mis preocupaciones ante cada nueva carcajada que me proporcionaban las escenas del libro.
Se trata este de un libro correcto, en el que el autor nos vuelve a mostrar algún personaje conocido de libros anteriores.
Esta obra, como el mismo título indica, al autor pretende crear su propio parque zoológico, teniendo en cuenta que no hay ninguno en muchos kilómetros a la redonda de su vivienda.
Para ello, ni corto ni perezoso, prepara un safari al Congo con la intención de cazar animales para este proyecto.
Así visto podría resultar muy interesante y, en principio, pensé que me reiría bastante, pero no fue así. La caza de animales resulta bastante normalita en la mayoría de los casos y, en muchas ocasiones, no es más que una mera compra de animales ya que, como es lógico, la pobreza reinante en la zona despierta las alarmas en cuanto alguien ofrece dinero por algo. De este modo, en cuanto Durrell informa de los motivos de visita, tiene a multitud de personas que cazan animales para él.

Como en Murciélagos dorados se vuelve a sentir el amor que Durrell siente por la naturaleza ya que en ocasiones nos encontramos pasajes descriptivos muy evocadores que nos llevan a aquellas latitudes. Son estos, los momentos en los que el autor saca a relucir su lado más personal, tanto sentimental como vocacional y nos hace disfrutar más de su narración, descontando, por supuesto, los momentos de chanza y  humor, que los hay, claro, como alguna que otra travesura por parte de los animales y, sobre todo, irónicas anécdotas burocráticas, tanto en África como en Inglaterra.
En parte, reconozco que me ha defraudado la visión que Durrell da de los animales pues, me ha dado la impresión, de que en esta ocasión, sus miras están puestas en su objetivo de conseguir un zoo y los animales no son más que meras mercaderías que pueden resultar muertos por transporte, enfermedades, u otras causas, sin demasiada importancia. Esto es lo que me ha parecido ver en esta novela pero no creo que sea así dada la pasión que desprenden sus palabras por la naturaleza

El libro se divide en varias partes que nos muestran los inicios del viaje, las anécdotas de captura de animales y la vuelta a Inglaterra, con los consiguientes problemas que se plantean a la hora de ubicar el zoo.

Resulta interesante la perspectiva del libro, que nos ofrece la visión de un zoo desde una óptica distinta a la habitual, la de los animales como mero objeto económico y "anti extinciones". Durrell nos muestra la necesidad de un zoo para estudiar a los animales, cuidarlos y conseguir educar al público en el amor y el respeto por todos los seres vivos.

En general es un libro que se deja leer muy bien y que me ha gustado lo suficiente como para lanzarme con su continuación, Tierra de Murmullos,  pero sólo porque me gusta la naturaleza que nos muestra Gerald Durrel y porque espero volver a reírme como con la primera novela que leí de él.
Leer a Durrell creo que siempre es algo interesante y muy agradable pero, si quieres empezar algo suyo, no sería este libro el que te recomendaría, de oídas creo que lo mejor es Mi familia y otros animales. Lo tengo pendiente, y caerá pronto.

1 comentario:

  1. Este creo que me lo salto, pero personalmente y como siempre, te recomiendo "mi familia y otros animales". Incluso te recomendaría la trilogía entera, pero igual te resulta un poco repetitiva e incluso va decayendo (al fin y al cabo, son tres libros sobre el mismo periodo). Además, gustándote Durrell como lo hace te ayuda a descubrir el proceso de porqué hace lo que hace, su pasión por los animales, la forma de verlos...
    Saludos

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