martes, 24 de abril de 2012

El mapa del cielo


Me sentía obligado a leer esta segunda parte de la Trilogía Victoriana de Félix J. Palma.
Tras El mapa del tiempo quedé rendido a sus pies, y no podía hacer sino seguirle, (algo que, por cierto, en series con volúmenes autoconclusivos no suelo hacer si el primer libro me deja un poso importante, suelo abandonar la lectura del resto por temor a corromper su recuerdo. ¿Qué tal vez sea algo maniático o esté un poco agilipollado por lo que me pueda perder? Pues tal vez. No me importa).
En este caso, como digo, era diferente, tal vez pudiera ser que la historia no terminase de convencerme pero me encanta la escritura de Palma.

Si, El mapa del tiempo fue el personal homenaje del autor a H. G. Wells y su Máquina del tiempo, en esta ocasión, Félix J. Palma quiere rendir tributo a otra de sus novelas: La guerra de los mundos, y lo hará de una forma menos sutil que en la anterior entrega. En esta ocasión, Palma reproduce de manera bastante fiel la esencia de novela de Wells, dándole su toque personal y permitiéndose determinadas licencias literarias que le ayudan a construir una obra completamente diferente aunque intrincada en ella.

El pequeño resumen que suele hacer se torna en esta ocasión algo difícil pues la novela se divide en tres partes que se entrecruzan dando lugar a un argumento no lineal, pero, a groso modo, podemos decir que para no desvelar partes importantes de la trama, el texto de contraportada es bastante válido, aunque para no desanimar a quien no encuentre este argumento al principio del texto, hay que aclarar que se corresponde con la segunda parte y trama central del libro.

En el caluroso verano de 1835, u hombre hizo soñar al mundo revelándole que la luna estaba habitada por unicornios, hombres murciélago y otros seres fantásticos. Y aunque no se tardó en demostrar que aquello era una gran mentira, muchos prefirieron seguir creyendo que en la Luna se almacenaban los sueños que podían hacer sus vida más hermosas.
Mas de sesenta años después, su biznieta Emma Harlow, solicitad a por lo más granado de la sociedad de Nueva York, sabe que sólo podrá enamorarse de alguien capaz de hacer soñar al mundo como lo hizo su bisabuelo. Por eso exige a Montgomery Gilmore, su más infatigable pretendiente, que reproduzca la invasión marciana descrita en La guerra de los mundos, la novela de H. G. Wells.
Pero para el millonario no hay nada imposible: los marcianos invadirán la Tierra, aunque esta vez sea por amor.
¿Qué ocurre cuando los sueños se convierten en pesadillas? ¿Tenemos que dejar de soñar?

Siguiendo el estilo folletinesco de El mapa del tiempo, está novela se estructura en tres partes, con personajes protagonistas diferentes y un elevado número de capítulos que incentivan el ansía lectora y que mantienen la tensión constante.
* La primera parte se centra en la expedición del Annawan al Polo Norte con la intención de encontrar un paso al centro de la tierra, pero el avistamiento de un OVNI cuando el barco está encallado en el hielo, convertirá la expedición en una lucha por la supervivencia.
* La segunda parte coincide con el texto de contraportada y, en ella, el millonario Montgomery Gilmore, obstinado en enamorar a la bella Emma Harlow, deberá cumplir el capricho de esta para ganársela: representar la llegada de los marcianos a la tierra de acuerdo con lo narrado en su novela favorita: La guerra de los mundos de H. G. Wells.
El Sr. Gilmore descubrirá que pese a su enorme fortuna y gran imaginación e inventiva, no es capaz de cumplirlo y, para conseguirlo, solicitará ayuda a su odiado enemigo, el propio Sr. Wells.
* La tercera parte narra la trágica historia de un futuro distópico. La tierra ha sido tomada por los marcianos y, Charles Winslow, prisionero de los mismos, narra a modo de diario, el final de la guerra que dio perdedores a los terráqueos y puso en marcha los oscuros planes de los conquistadores.

Para lograr que las tres historias encajen en el conjunto definitivo, Palma se basa en el uso de un narrador omnisciente. Un narrador que conoce la historia de principio a fin y que con un lenguaje culto y florido, con la densidad propia de los intelectuales de la época victoriana, se dedica a contarnos sólo aquello que considera necesario contar, escamoteando datos y hechos, sugiriendo algunas situaciones y ocultando otras a modo de mentalista que pretende jugar a comprobar si la mente del lector es más rápida que su vista.
En este sentido, la diferencia con respecto a la primera parte es que, en aquella, todo estaba escrito entre las brumas de la incertidumbre e invitaba a la confusión y la duda con respecto a los viajes en el tiempo mientras que, es esta, todo parece más claro y, a pesar de los malabarismos del autor para entremezclar las líneas argumentales, se echa de menos la capacidad de asombro que producía la característica anteriormente mencionada.

Se agradece al autor la extensa labor de documentación, que ha fructificado en una novela en la que se puede pasear por el New York y el Londres del siglo XIX, así como en la recreación de personajes tan creíbles.
Por un lado encuentro que la fusión de estilos es más patente en esta segunda parte, con un resultado notable. Así, en la primera historia, Palma nos narra la recíproca caza entre el extraterrestre y los marinos del Annawan, creando una atmósfera de tensión y terror casi gótico; en la segunda, entramos de lleno en una historia de amor plagada de aventuras y sarcasmo; y la tercera me ha resultado una magnífica distopía, con una atmósfera opresiva y violenta, con pasajes de un alto poder sugestivo, como la escena de las embarazadas y los bebes sumergidos en el fluido verde de las grandes burbujas de las que parten infinidad de cables al más puro estilo cyberpunk, que me ha resultado sobrecogedor, al tiempo que tendremos oportunidad de pensar en paradojas temporales y mundos paralelos.

También es de agradecer la inclusión de personajes famosos de la época y la sucesión de guiños a la primera entrega de la serie. Estos guiños no indican que sea necesaria haberla leído para poder leer esta, pero ofrecen información que puede resultar desdeñable si no se ha hecho.

Si tuviera que poner un pero, lo pondría en la resolución final de la novela. Ni quiero ni debo contar nada en absoluto de que se trata pero me ha resultado demasiado parecido a cierto estilo "deus ex maquinero" y no me ha llegado a convencer del todo.

En definitiva, para mi estamos ante una gran y muy recomendable novela. En mi opinión un poquito por debajo del nivel que marcó su predecesora, tal vez porque venía avisado de ésta y los "retruecanos" del autor me han resultado más evidentes y me han sorprendido menos, pero aun así, una magnífica experiencia.

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