jueves, 11 de agosto de 2011

Maldito karma

¡Vaya mierda de novela! Uy, perdón, quería decir que a mi no me ha gustado, no que sea mala;) me han podido las pasiones primarias.
De la mano de los consejos de varios compañeros y amigos (hasta ahora) que tachaban este libro de una novela en la que era imposible parar de reír, me fui derecho a la librería a comprarlo.
Siempre he sabido que este tipo de literatura no es lo mio pero pensé "Qué coño, ando bastante estresado últimamente con tanto trabajo, necesito algo ligero que me haga reír y a lo mejor esta vez doy en el clavo". Con la primera línea de la reseña ya os podéis imaginar que mis expectativas no se han cumplido.

Maldito karma trata la historia de Kim Lange, una popular presentadora televisiva, egoísta, codiciosa y superficial que tiene abandonada a su familia y que sólo piensa en sí misma.
Así, cuando recibe el premio a la presentadora del año no tiene reparos en tener un lúbrico affair con un atractivo compañero y sueña con dejar fija la cornamenta en la cabeza de su marido, a quien ya no quiere.
La mala suerte hará que mientras está tomando el aire en la azotea del hotel, los restos del retrete de una estación espacial le caigan en la cabeza dándole muerte.
Kim despertará desorientada, convertida en hormiga y, Buda, el dios de los sin dios, le explicará que debe realizar buenas acciones para creer en la escala de las reencarnaciones. Con un último deseo de ver a su hija observará en su funeral como una antigua amiga intenta consolar en todos los sentidos de la palabra a su marido. A partir de ese momento, ¡Oh, sorpresa y misterios de la vida! Se dará cuenta de que aún ama a su marido y de que no ha disfrutado de su hija, y hará todo lo posible por hacer la vida imposible a su ex-amiga y romper la incipiente relación. La cosa le saldrá bien, pues aunque el fin es egoísta, irá realizando acciones que resultarán buenas para terceros y de este modo adquirirá buen karma y con cada muerte se reencarnará en un ser más complejo. Contará con la ayuda de Casanova, el Casanova histórico, quién nunca ha sido capaz de acumular buen karma y se ha pasado las últimas doscientas vidas como hormiga, pero que al conocer a la enemiga de Kim, quedará prendado de ella y decidirá que debe ser suya a toda costa.

Poco voy a decir de esta novela. No merece mi tiempo ni demasiados renglones en esta reseña. Bastante tiene con el tiempo que he dedicado a leerla.
La novela está escrita en un tono simplísimo y desenfadado, lleno de clichés que pretender sacar la risa fácil, la risa más tonta. El estilo, como he dicho, es simple, llano, de una sencillez que raya en la vulgaridad (en mi opinión, claro).
El autor aprovecha una situación que pretende ser graciosa para repetirla hasta la saciedad con la esperanza de que las continuas repeticiones resulten desternillantes, al tiempo que un recurso original e ingenioso, raramente lo consigue. En mi caso lo que ha logrado ha sido que cada vez pasase las hojas a mayor velocidad esperando encontrar el momento en que me iba a partir la caja. Cómo podéis suponer por mis palabras no ha sido así y me he dado cuenta de que de o ser un tío muchísimo más serio de lo que creía, pues no me he reído ni una sola vez en toda la novela.
Por otro lado, el personaje protagonista, Kim Lange, me ha caído gordo desde el principio. Un personaje egoísta, amoral, inmaduro, pagado de si mismo, absolutamente obsceno, en una palabra. Es posible epatar con personajes así, pero se observa el oficio del autor u otras maneras del personaje, en este caso se observa el intento del autor por este objetivo pero se ve forzado hasta la saciedad, como diciendo, "Entendedla. En realidad es guay, pero debe aprender a querer mejor a las personas que le rodean". A medida que pasaba el tiempo no he conseguido ver una evolución positiva de Kim por más que fuese ésta la pretensión del autor, me ha parecido cargante hasta el final y en ni un solo momento he disfrutado de lo bueno que le sucedía. Me ha repateado los higadillos de la primera a la última página.

Las reencarnaciones animalarias me han parecido pegadas con celofán y colocadas expresamente donde cuadraban, sin dar explicación del porqué en ningún momento y realizando, en ocasiones, acciones ridículas e inverosímiles hasta la idiotez.

Para mi gusto, un libro estúpido. Un libro para la gente que normalmente no lee o que busca la risa más fácil. Un libro para el que no hay que activar ni una sola neurona y cuyo mensaje de corrección de errores y superación personal resulta ridículo y metido con calzador.
En definitiva, un libro que no alcanzo a entender como puede llevar la friolera de 28 ediciones en España pero, como siempre digo: esta es sólo mi opinión y si tanta gente dice que es la bomba, será que yo no tengo ni puta idea y lo tendré que aceptar, que le vamos a hacer.

¿Quieres tirarte unas horas en la playa, al sol o bajo la sombrilla, con una litrona en la mano y desviando la vista cada vez que pasa algún cuerpazo y aún así saber que no vas a perder el hilo? Este es tu libro.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, me pareció más bien una novela juvenil. En otros blogs y foros dicen que no han parado de reir mientras lo leían... a mi la verdad no me hizo nada de gracia en ningún momento.
    Recomiendo el humor y la ironía de Eduardo Mendoza: "Sin noticias de Gurb" o también "La aventura del tocador de señoras"

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