miércoles, 17 de marzo de 2010

El juego de las maldiciones

Primera novela que escribió Clive Barker, primera novela suya que leo, y la verdad es que me ha sorprendido gratamente, pues me esperaba algo más parecido a sus películas, con vísceras, sangre y viscosidades reptantes por todas partes y no ha sido del todo así. He de reconocer que no soy fan del gore y, en general, tampoco demasiado del terror.

Marty Strauss es un preso al que se le ofrece una oportunidad de oro: la libertad condicional a cambio de ejercer de guardaespaldas de uno de los hombres de negocios más importantes del mundo. Por supuesto, no lo rechazará.
La mansión Whitehead se convertirá en su nueva casa. Allí conocerá a los otros miembros del servicio, a personas de confianza del señor Whitehead; volverá a saborear la libertad y se enamorará de Carys, la drogodependiente hija de Joseph Whitehead. Pero descubrirá también el grado de depravación de Whitehead y un peligro acechante más allá de toda lógica.

Clive Barker utiliza un lenguaje bastante descriptivo pero directo que facilita la lectura, con un buen control del ritmo y de la tensión escénica consigue crear un atractivo símil moderno del Fausto de Goethe.
La novela está impregnada de un aura de terror más patente que presente, pues si bien lo vamos percibiendo poco a poco y vamos intuyendo un posible significado al misterio,
son pocas las escenas que infunden un terror real en nuestra mente, que no en nuestro ánimo, aunque he de reconocer que la escena de la mujer de Toy, convertida en un maniquí viviente de músculos y sangre, hablando por teléfono es estremecedora.
Los personajes están bien definidos, principalmente Breer, que me ha acogotado y de quien no esperaba su final.
* Marty: El presidiario que intenta aprovechar su libertad y se enfrentará a lo inexplicable.
* Carys: La hija de Whitehead. Drogadicta que ha adquirido el sobrenatural talento de percibir y encontrar los pensamientos de las personas.
* J. Whitehead: El jugador. Arquetípico hombre de negocios sin escrúpulos, responsable incluso de la drogadicción de su propia hija para tenerla controlada. Uno de los personajes más importantes y, al fin y al cabo para mi gusto, el menos interesante y más prescindible de todos.
* Bree: El último de los Tragasables. Sádico asesino. psicópata en comunión con la muerte. Fascinante.
* Mamoulian: El Mefistófeles o ¿Fausto? de nuestra historia. El príncipe de las mentiras. poseedor de enormes poderes sobrenaturales busca vengarse finalmente de Whitehead.

Barker nos va guiando poquito a poco a través de interrogantes y cejas alzadas. Damos un paseo a través de escenas misteriosas y, en algunos casos, escabrosas sin entender enteramente el porqué de todo esto. Cuando por fin conocemos la verdadera historia del Europeo, no es ni de lejos lo que nos habíamos imaginado (por lo menos en mi caso), ya que Mamoulian, la encarnación del mal, no es... y hasta aquí puedo leer como diría cierta famosa presentadora.

Pero no sólo el terror y el misterio hacen de ésta una buena novela. Desde un punto de vista narrativo son varios los elementos interesantes: la línea amorosa formado por Marty y Caris; la dualidad sumisión-odio de Breer hacia Mamoulian; El enfrentamiento definitivo entre Mamoulian y Whitehead en el que este último, inundado de miedo, sigue pretendiendo "engañar al demonio", mientras que el primero busca el cobro de una antigua deuda.
Interesante es también el ataque hacia los fanatismos religiosos por medio de la inclusión de los iluminados (dos jóvenes y fanáticos creyentes convencidos de la proximidad del fin del mundo) que ayudarán a Mamoulian.

En definitiva, una buena novela que mantiene la tensión en todo momento y nos hace gozar de entretenimiento y buenas dosis de terror psicológico. La única pega que pondría sería la de que echo en falta saber más sobre la historia del Tragasables pero, en fin, no se puede tener todo.

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