Tengo todos los espectáculos de Cirque du Soleil en DVD y aunque me encantan, por unas causas u otras, nunca había ido a verlos. Tenía muchísimas ganas de hacerlo y la llegada de Zarkana a Madrid me brindaba una oportunidad única. Así que la aproveché y, acompañado por my family, el domingo por la tarde me dirigí al Madrid Arena.
En esta ocasión Cirque du Soleil nos presenta una opera rock que, de hecho, me puso los pelos de punta, ¡vaya voces las de los dos protagonistas!, en la que es la propia música la que va marcando el ritmo de las actuaciones. La música es bastante rítmica, con momentos bastante cañeros y acompañados por un grupo que toca en directo.
Nos encontramos con una historia que se entremezcla entre las actuaciones para dar sentido a todo el conjunto, aunque es bastante surrealista y cuesta cogerle el sentido. La historia discurre con respecto a un mago, Zark, que ha perdido sus poderes y a la persona a quien ama. Para recuperar ambos tendrá que atravesar diversos mundos, el reino de las serpientes; el de la reina araña; el mar; el espacio exterior; el laboratorio del científico loco.
En cada uno de los reinos nos encontraremos con una escenificación
diferente. En algunos casos, como en el reino de las arañas, es fácil quedarse con la boca abierta, todo ello acompañado por efectos de luz, sonido e imágenes configuradas por ordenador proyectadas sobre una pantalla gigante de leds en la parte trasera del escenario que acompasa dichas proyecciones a las actuaciones.
El espectáculo ha sido algo diferente a lo que estoy acostumbrado a ver en la pequeña pantalla. Si bien la emoción del directo no es comparable, me da la impresión de que en esta ocasión se han centrado mucho más en la escenificación y en acrobacias de corte aéreo: funambulistas, trapecistas, saltos en trampolín, acróbatas aéreos..., además de malabaristas y, como no, payasos. Aunque han introducido un elemento que no les había visto con anterioridad, una artista que pinta sobre arena la historia de Zark. Cabe destacar la actuación de los payasos. Con una estética diferente al que estamos acostumbrados y con gags, en ocasiones, de corte algo más complejo que las típicas bromas de los clowns, consiguen distender el ambiente tras las escenas de más potencia musical y complejidad visual. Mi hijo se lo pasó realmente bomba y se reía a mandíbula batiente, algo que no creí que fueran a conseguir.
¡Que puedo decir! Una vez vistos todos los espectáculos en DVD, creo que este no es el mejor de ellos, hay varios mucho mejores, pero a mi me ha dejado fascinado. Reconozco que el tratarse de una ópera rock ha ayudado.
Lo que tengo claro es que no dudaré la próxima vez que vengan a Madrid, ¡a mi me ha encantado!
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