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domingo, 23 de octubre de 2011

Zombi

No me había llamado la atención el libro que reseño, pues no me atrae el tema zombi, aunque una vez leído, veo que en esta novela la palabra tiene un significado netamente diferente al utilizado popularmente. A pesar de ello, NGC tuvo la gentileza de enviármelo pese a no haberlo solicitado, y aquí os presento mi impresión sobre ella. Una opinión cargada de contrasentidos y que no sé si servirá lo suficiente a aquellos que la lean.
Como todo lo editado por NGC, me encantó el formato de la publicación y nada más leer el texto de contraportada sentí como me llamaba la atención.
Abrí el libro y comencé a leer. Me encontré con un prólogo escrito por Francis P. Hernández que me echó el ánimo al suelo. Me pareció de una pedanteria y una prepotencia rayando en la imbecilidad más absoluta (no el autor claro, sino su escrito), tanto es así, que por poco no cierro el libro y lo dejo en la estantería olvidado pero, afortunadamente, el prólogo terminó rápido y me puse con la novela en sí.
Ya desde las primeras páginas conocemos a la protagonista identificándola con la ilustración de portada. Desde el inicio observamos que es un tipo de persona a quien no estamos acostumbrados a ver: dura, irreverente, sin apegos, carismática y brutal.

Jezabel es una zombi, una muerta en vida. Alguien a quien se le ha diagnosticado una enfermedad que sin previo aviso la enviará al reposo eterno. El tiempo que le queda es un préstamo y decide aprovecharlo estirando los disfrutes al máximo, no preocupándose por nada y haciendo todo lo que le venga en gana, el 99% de las veces ilegal.
Por ello forma parte de un grupo, La cofradía de los muertos, todos ellos en similar situación médica que Jezabel, y que se dedican a organizar peleas clandestinas entre ellos con resultado mortal y grabadas en vídeo para ser visualizadas en internet por millonarios sin escrúpulos.

Así nos meteremos de lleno en un mundo donde la droga, la prostitución, la violencia, la pobreza y la marginación campan a sus anchas , y de la mano del autor caminaremos por oscuras calles de mohosos empedrados con perversos ojos que acechan tras las esquinas. Una ciudad difícil de identificar y que podría ser más real de lo que parece, y digo "podría", precisamente porque no frecuento nada parecido pero imagino que la sociedad humana puede llegar a ese extremo, y más.

Zombi es una novela cruenta, dura, visceral y sin tapujos en la que todo es demasiado explícito, donde las drogas son drogas de verdad, el sexo, sexo y la sangre, sangre, algo que reconozco que no me ha gustado demasiado y determinadas escenas s eme han quedado grabadas y me han producido un serio impacto moral así como visual. Tal vez sea porque tanto la historia en sí, como la forma de escribir de Díaz Olmedo me recuerdan mucho al Club de la lucha de Palahniuk y, he de decir, que tampoco me gusta Palahniuk (es probable que el prologuista me tilde de blandengue remilgado pero... me la pela).

Trama como tal, no hay trama, Díaz Olmedo se basta con mostrarnos la vida de uno de estos pervertidos personajes y su elenco de compañeros, a cual más histriónico y patético. Así, nos encontraremos con Jezabel, que ejerce de heroína ante mediums, brujos y predicadores que con engañifas dicen hacer milagros. SE convierte ante estos delincuentes de pacotilla en la defensora y escudera moral de los desfavorecidos mientras que por otro lado se convierte en la más depravada y sádica hija de puta al no permitir que un compañero que se ha curado pueda salir del grupo. Lo siento, pero me es imposible epatar ni aceptar a un ser así y, por tanto, la novela no ha conseguido transmitirme esa pasión que pretenden destilar sus páginas.
Conoceremos también a Carol, pervertida, depravada, sádica y cruel que disfruta con el dolor ajeno y no lo oculta en ningún momento, al contrario que la protagonista; o a Mara, la amiga de Jezabel, nunca ha peleado y por tanto nunca se ha preparado. Dulce y cándida debe convivir con unos amigos que asesinan sin reparos ni remordimientos.

Juan Díaz Olmedo escribe con pasión y precisión, en mi opinión, remarcando en exceso las descripciones, en las que se hace difícil encontrar una frase en la que haya algún sustantivo sin un par de calificativos, algo que me agrada por la minuciosidad en la descripción pero que, en esta ocasión, se me antoja rebuscado y artificial en exceso.
Nos encontramos ante una obra visualmente muy potente, dura y oscura, con imágenes que asaltan la mente y líneas que patean la boca del estómago con dureza. Una obra violenta y muy gráfica que no tengo claro como calificar, pues a mí no me parece negra y, si bien es cierto que nunca había oído el término "bizarre noir", me parece que encaja como un guante para esta novela, pues es algo realmente negro, grotesco y extravagante.
Una novela en la que el componente psicológico y social se lleva al extremo y nos hace pensar en las aficiones de aquellos que tiene de todo, que el dinero es su castigo y no saben como gastarlo; y en aquellos que ya no esperan nada de la vida y saben que cada instante puede ser el último. En mi opinión, el autor ha buceado demasiado profundo en la idea de que lo ilegal, lo prohibido, supone la mayor descarga de adrenalina y, tal vez, por esto no me he creído la historia y no me ha convencido del todo. ¿Qué harías tú si te quedase poco tiempo de vida?
No obstante, reconozco el buen hacer del autor y el soplo de pútrido aire que supone esta novela para la literatura de género, y recomiendo su lectura, por un lado, como alternativa a lo mismo de siempre y, por el otro, como reconocimiento a una editorial que creo dará mucho que hablar y a quien he de alabar el buen trabajo que están haciendo pese a que esta novela no me haya agradado del todo.

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