Ha pasado un mes desde mi última reseña. Tengo unos cuantos libros en cartera esperando aparecer aquí pero, la verdad, es que... últimamente tengo una pachorra que no puedo con ella. A ver si consigo relanzar el blog en este último mes con varias entradas.
Vamos a por otra ucronía, mi género predilecto, como ya he mencionado tropecientas veces. En esta ocasión realizamos una incursión en un África sobre la que Hitler ha puesto sus garras, y que, poco a poco, ha ido colonizando con sus nuevos arios. Por un lado me ha parecido una novela muy entretenida y que realmente me ha gustado, pues el grado de aventura ha sido considerable pero, por otro lado, me ha defraudado un tanto, pues el carácter ucrónico que yo buscaba queda relegado a una segundo plano sobre la novela de aventuras al uso.
Burton Cole, un ex miembro de la legión francesa, es contratado para acabar con Walter Hochtburg, un gobernador del partido Nazi, en concreto parte importante de las SS, que parece estar poniendo nervioso a los británicos con la construcción de su autopista panafricana, una autopista que atravesará el continente de parte a parte. Burton Cole accederá de inmediato al saber el nombre de su objetivo, pese a haber dejado la actividad militar por completo para dedicarse a su familia en ciernes, pues un oscuro pasado lo une al dirigente nazi.
El comando capitaneado por Cole será traicionado y sus miembros se dividirán para intentar escapar de los nazis pero, de una forma u otra acabarán siendo capturados y sufriendo distintos finales.
El Reich africano es, en realidad, una muy buena novela de aventuras sobre un más que interesante, aunque sórdido marco histórico alternativo.
Utilizando como elemento distorsionador de la historia la batalla de Dunkerque, en la que, en esta versión, las fuerzas británicas no lograron escapar y fueron masacradas, logrando de forma colateral el consiguiente y total aislacionismo por parte de los E.E.U.U.
A partir de este momento Alemania comenzará acampar a sus anchas por África, en contra de las primeras palabras de Hitler al asegurar que tan sólo se recuperarían las colonias perdidas en el Tratado de Versalles; y mientras "mantiene" la paz con británicos y trata de acabar con la resistencia portuguesa, el Africa Korps pasará a un segundo plano y la maquinaria militar e industrial de las SS tomarán el mando de una colonización a cargo del Obberstgruppenführer Hochtburg, cuyo intento de asesinato por parte del otro protagonista, el inglés Burton Cole, dará el pistoletazo de salida para este vertiginoso pseudothriller geopolítico.
Se observa, por un lado, la gran labor de documentación en que se ha enfrascado Saville y que nos sumerge de lleno en un África dividida entre Británicos y Alemanes, destacando a mi modo de ver, el desglose realizado entre los diferentes regimientos y estamentos de la jerarquía germana. Resulta muy interesante observar las diferentes parcelas de poder así como los entresijos de sus políticas paramilitares.
Guy Saville, con un lenguaje rápido, muy ágil y coloquial nos sumerge sin tregua en una vertiginosa persecución de la mano de personajes bien definidos y a los que resulta sencillo entender y comprender pues todo tiene un motivo y el autor sabe enlazar sobradamente bien las motivaciones de cada uno con determinados aspectos de su pasado para lograr personajes de gran realismo y que fluyen muy bien en una aventura como la narrada.
Poco a poco iremos conociendo el pasado de los tres personajes principales, Cole, Hochtburg y Patrick, el americano compañero de Cole, consiguiendo un mayor acercamiento con el lector y dotándolos de una personalidad viva y atractiva y, así, de este modo, nos encontraremos envueltos en un atentado que surge del más puro deseo de conocimiento de la verdad y de venganza que desencadenará en una implacable persecución a través de África, nacida de un feroz deseo de venganza y odio compartido, pues a través de las páginas entenderemos los motivos que inducen a Cole para matar a Hochtburg y al contrario para querer vengarse de Cole, a quien conoce desde niño (y con esto, es evidente, que ya he indicado que el atentado será fallido).
A través de esta persecución conoceremos la ambición del Obberstgruppenführer, que con inmunda obsesión habrá cubierto su Plaza Central con los cráneos de miles de africanos y que utilizará los huesos de los arios muertos, ya sean de raza pura o de descendencia indirecta, para tamizarlos y, literalmente, asfaltar de pureza aria la autopista panafricana que sueña con construir. Conoceremos los ambiciones y las pasiones de un loco a quien el resto de naciones teme y, que intentará luchar con las armas, el subterfugio y la traición que aún sean capaces de conseguir (y hasta aquí puedo leer).
La novela se divide en dos partes claramente diferenciadas pues, la huida del grupo de Cole se complicará desde el principio, como no podía ser de otro modo para tener una buena aventura, y un grupo partirá hacia Sudán, por la cercanía de la frontera y haberlo establecido como punto de reunión y otro grupo se dirigirá ala Nigeria británica pues cabe suponer que estén siendo esperados por los "cabezas cuadradas" en Sudán, pero para ello tendrán que atravesar Aquatoriana, plaza fuerte de los alemanes.
Particularmente me parece una obra bien llevada, con una trama altamente entretenida y que derivará en momentos de pura tensión e irracionalidad psicológica, (como es lógico cuando de fanatismos se trata).
Si tuviera que poner algún pero, se lo pondría justo al desenlace final, pues desde muchas páginas antes se ve venir (al menos en esta ocasión yo lo he visto venir) y me ha dejado un poco frío.
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