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lunes, 22 de agosto de 2011

Flores de verano

A principios de 2009 leí Lluvia negra de Masuji Ibuse. Por aquel entonces no había leído practicamente nada de literatura japonesa (tampoco es que ahora haya leído demasiado, pero sí algo más), y el tema de las bombas A narradas por supervivientes de las mismas me resultaba interesante, así que me hice con Lluvia negra pues era la única obra de la que tenía referencia en este tema y, la verdad, tampoco es que hubiese investigado mucho más. La novela me gustó, pero no tanto como esperaba. Sentía la necesidad de sobrecogerme, de hundirme en mis fueros y acurrucarme en la cama cual feto al abrigo de las entrañas maternas, pero la novela de Ibuse no me satisfizo lo suficiente. Me gustó el estilo y le cogí gusto, más bien interés, a la narrativa japonesa. Esta sensación ha llegado ahora, de la mano de Impedimenta. No es que me encuentre en una etapa de mi vida en la que me sienta desvalido y necesite recogimiento interior pero, Flores de verano ha logrado lo que no consiguió Lluvia negra; con apenas 120 páginas ha logrado llenar de terror mi conciencia y me ha sumido en un profundo letargo plagado de pequeños monstruos salidos de la más cruda perversión humana.
Nos encontramos aquí con una colección de tres relatos: el antes, el durante, y el después de la bomba de Hiroshima. En está edición no están publicado en el orden preferido por el autor pero funciona muy bien a efectos narrativos para intentar poner en orden cronológico las duras imágenes que recibimos.

El primer relato se nos cruza en la mirada con el título Preludio a la aniquilación, un título con el que Hara nos adelanta el desasosiego que vamos a experimentar y el caos que se viene encima. Hara nos presentará la vida familiar del Japón que se prepara para la guerra, a través de Jun'ichi, el hermano mayor del narrador; Seiji, el 2º hermano; y Shozo, el narrador; y sus correspondientes mujeres y sobrinos. Shozo, con claros tintes autobiográficos nos relatará la contenida, al tiempo que intranquila, vida de una familia medianamente adinerada, en la que observaremos la férrea jerarquía social japonesa a pequeña escala, y podremos ver la preocupación que generaba la guerra con los E. E. U. U.
Asistiremos a los preparativos preguerra de un pueblo entero, trabajando codo con codo en la construcción de diques, cortafuegos y defensas; veremos los campos improvisados de instrucción militar ciudadana; los intensos esfuerzos de las familias para minimizar los daños, así como el pesar y la preocupación que produce en las mismas, la decisión del gobierno de evacuar a miles de infantes, algo que fue una buena decisión para salvar sus vidas pero que, a la larga, generó miles de huérfanos.
En Flores de verano, el segundo de los cuentos, Hara nos sumergirá en el horror de la caída de la bomba, un poético título para ese 6 de agosto en el que un hongo enorme devastó la ciudad e Hiroshima. En el miedo, la incertidumbre, el llanto por los seres queridos a quien no se encuentra y que constituye un verdadero canto hacia la desesperación y la desorientación vital. De golpe y porrazo el mundo ha cambiado y nada es como era, todo se ha vuelto marchito y allá donde se mire sólo se observa desolación mientras se intenta encontrar la salida que permita una evacuación con final feliz de una ciudad humillada hasta la médula. Seremos partícipes de la más fiera desolación, del horror en estado puro y de una tristeza capaz de ofuscar la rabia.
Con De las ruinas, el autor nos sumergirá en los intentos del pueblo por salir adelante. El intento de supervivencia de un pueblo orgulloso que no puede olvidar lo sucedido y a pesar del fin de la guerra no habrá un día ni una persona que no tenga alguna terrible anécdota que contar. Un relato que nos hará recordar lo mejor y lo peor de la condición humana.

Tamiki Hara fue, pues, un hibakusha, un superviviente de la bomba y, por tanto, no podía sino dejar constancia por escrito de los horrores de aquellos días. Con un lenguaje alejado de florituras, duro, conciso y directo, que a veces resulta casi poético en su dureza pero cuyas palabras sientan como dardos en los ojos, es capaz de poner los pelos como escarpias y acercarnos un poco al horror que debieron sentir y, digo un poco porque la sangre se me ha ralentizado mientras leía este libro pero no he sido capaz de imaginarme tamaña cantidad e monstruosas sensaciones. Esto no quiere decir que el autor no haya sido capaz de conseguir su objetivo, al contrario, lo ha sobrepasado tanto, que ha hecho que me plantee el no ser capaz de imaginármelo a mayor escala, no sé si soy capaz de explicarme.

Una novela que me parece genial, porque ha sido capaz de abrirme a una miríada de sensaciones, ha conseguido que me ponga en el lugar de aquellos, algo que nunca me había planteado. La bomba de Hiroshima era algo que había pasado, que mató a mucha gene y por la que (entre otros miles de cosas, siempre he odiado a los americanos), pero poco más. Esto ha cambiado al leer esta novela y he padecido parte del dolor y la desolación que causó.
Me he sentido cómplice de la mentalidad japonesa, de sus comidas típicas, de su jerarquía familiar, de su orden como ciudadanos dentro de una patria organizada, de su lucha, de su deseo de paz, su orgullo, su bajada de cabeza y su intento de sobreponerse y salir adelante.

Flores de verano me ha hecho sufrir, pero aviva más aún mi interés por la literatura japonesa de hace varias décadas y me anima a seguir leyendo a Soseki, Oé y Nagai entre otros.
Una gran novela que, en mi caso, ha dejado una huella indeleble en el corazón y que con el tiempo volveré a leer en busca de ocultas escenas que me ampollen la piel, seguro que las hay.

viernes, 19 de agosto de 2011

Sorteo

Bueno, vista la dificultad del sorteo anterior (que aparece más abajo) habrá que relanzar un nuevo sorteo, pero esta vez, mucho más fácil.
Tan sencillo como lo siguiente.

* Te suscribes al blog.
* Haces un comentario en la presente entrada indicando que quieres participar en el sorteo.
* Reparto números, y el día 29 de septiembre los presento en una lista.
* Si las dos últimas cifras del sorteo de la ONCE del 1 de octubre coinciden con tú número...¡Enhorabuena, has ganado el libro!

Así de simple y así de sencillo.

Mismas reglas que en el sorteo anterior:

* Máximo 50 participantes.
* Residir en España.
* Estar suscrito al blog.




Sorteo anterior
Llevo algún tiempo pensando en sortear un libro que tengo repetido y que, particularmente, me gustó. Se trata de Sherlock Holmes y los zombies de Camford, de Alberto López Aroca y publicado por Dolmen y que reseñé aquí.

El caso es que, por error, lo tengo dos veces, y he pensado en regalarlo a alguien. Como nunca he hecho nada parecido y no me apetece hacerlo al azar ni nada por el estilo, he pensado hacer una pregunta sobre una foto que, si bien no está literalmente vinculada con el libro, sí podría guardar una cierta pero pequeña relación.

Se llevará el libro el primero que me conteste que aparece en esta foto:


Bases:
* Sorteo únicamente válido para España.
* Hay que estar suscrito al blog.
* Como no me interesa la gente que se suscribe a montones a los blogs exclusivamente para participar en sorteos limitaré el número de participantes a 50. Teniendo en cuenta que ya hay 36 registrados sólo hay posibilidad para 14 más.
* El libro será para el primero que lo acierte.
* Finalización del sorteo el 31 de agosto a las 00:00h (perdón, al principio puse 31 de septiembre pero ha sido un error, no tengo intención de demorar tanto tiempo esto).

No sé si os llamará la atención y desconozco si será fácil o difícil pero ahí lo dejo.



Por cierto: La imagen en cuestión refleja una visión microscópica de Mycobacterium Tuberculosis. Ya decía yo que no estaba directamente relacionada con el libro en sí, pero la visión de esta bacteria me parece preciosa y me parecía una bonita explicación para la conversión zombi (aunque está última parte de la respuesta no la considero válida)

jueves, 11 de agosto de 2011

Maldito karma

¡Vaya mierda de novela! Uy, perdón, quería decir que a mi no me ha gustado, no que sea mala;) me han podido las pasiones primarias.
De la mano de los consejos de varios compañeros y amigos (hasta ahora) que tachaban este libro de una novela en la que era imposible parar de reír, me fui derecho a la librería a comprarlo.
Siempre he sabido que este tipo de literatura no es lo mio pero pensé "Qué coño, ando bastante estresado últimamente con tanto trabajo, necesito algo ligero que me haga reír y a lo mejor esta vez doy en el clavo". Con la primera línea de la reseña ya os podéis imaginar que mis expectativas no se han cumplido.

Maldito karma trata la historia de Kim Lange, una popular presentadora televisiva, egoísta, codiciosa y superficial que tiene abandonada a su familia y que sólo piensa en sí misma.
Así, cuando recibe el premio a la presentadora del año no tiene reparos en tener un lúbrico affair con un atractivo compañero y sueña con dejar fija la cornamenta en la cabeza de su marido, a quien ya no quiere.
La mala suerte hará que mientras está tomando el aire en la azotea del hotel, los restos del retrete de una estación espacial le caigan en la cabeza dándole muerte.
Kim despertará desorientada, convertida en hormiga y, Buda, el dios de los sin dios, le explicará que debe realizar buenas acciones para creer en la escala de las reencarnaciones. Con un último deseo de ver a su hija observará en su funeral como una antigua amiga intenta consolar en todos los sentidos de la palabra a su marido. A partir de ese momento, ¡Oh, sorpresa y misterios de la vida! Se dará cuenta de que aún ama a su marido y de que no ha disfrutado de su hija, y hará todo lo posible por hacer la vida imposible a su ex-amiga y romper la incipiente relación. La cosa le saldrá bien, pues aunque el fin es egoísta, irá realizando acciones que resultarán buenas para terceros y de este modo adquirirá buen karma y con cada muerte se reencarnará en un ser más complejo. Contará con la ayuda de Casanova, el Casanova histórico, quién nunca ha sido capaz de acumular buen karma y se ha pasado las últimas doscientas vidas como hormiga, pero que al conocer a la enemiga de Kim, quedará prendado de ella y decidirá que debe ser suya a toda costa.

Poco voy a decir de esta novela. No merece mi tiempo ni demasiados renglones en esta reseña. Bastante tiene con el tiempo que he dedicado a leerla.
La novela está escrita en un tono simplísimo y desenfadado, lleno de clichés que pretender sacar la risa fácil, la risa más tonta. El estilo, como he dicho, es simple, llano, de una sencillez que raya en la vulgaridad (en mi opinión, claro).
El autor aprovecha una situación que pretende ser graciosa para repetirla hasta la saciedad con la esperanza de que las continuas repeticiones resulten desternillantes, al tiempo que un recurso original e ingenioso, raramente lo consigue. En mi caso lo que ha logrado ha sido que cada vez pasase las hojas a mayor velocidad esperando encontrar el momento en que me iba a partir la caja. Cómo podéis suponer por mis palabras no ha sido así y me he dado cuenta de que de o ser un tío muchísimo más serio de lo que creía, pues no me he reído ni una sola vez en toda la novela.
Por otro lado, el personaje protagonista, Kim Lange, me ha caído gordo desde el principio. Un personaje egoísta, amoral, inmaduro, pagado de si mismo, absolutamente obsceno, en una palabra. Es posible epatar con personajes así, pero se observa el oficio del autor u otras maneras del personaje, en este caso se observa el intento del autor por este objetivo pero se ve forzado hasta la saciedad, como diciendo, "Entendedla. En realidad es guay, pero debe aprender a querer mejor a las personas que le rodean". A medida que pasaba el tiempo no he conseguido ver una evolución positiva de Kim por más que fuese ésta la pretensión del autor, me ha parecido cargante hasta el final y en ni un solo momento he disfrutado de lo bueno que le sucedía. Me ha repateado los higadillos de la primera a la última página.

Las reencarnaciones animalarias me han parecido pegadas con celofán y colocadas expresamente donde cuadraban, sin dar explicación del porqué en ningún momento y realizando, en ocasiones, acciones ridículas e inverosímiles hasta la idiotez.

Para mi gusto, un libro estúpido. Un libro para la gente que normalmente no lee o que busca la risa más fácil. Un libro para el que no hay que activar ni una sola neurona y cuyo mensaje de corrección de errores y superación personal resulta ridículo y metido con calzador.
En definitiva, un libro que no alcanzo a entender como puede llevar la friolera de 28 ediciones en España pero, como siempre digo: esta es sólo mi opinión y si tanta gente dice que es la bomba, será que yo no tengo ni puta idea y lo tendré que aceptar, que le vamos a hacer.

¿Quieres tirarte unas horas en la playa, al sol o bajo la sombrilla, con una litrona en la mano y desviando la vista cada vez que pasa algún cuerpazo y aún así saber que no vas a perder el hilo? Este es tu libro.

miércoles, 10 de agosto de 2011

La chica mecánica


Mi interés por La chica mecánica deviene exclusivamente de mi gusto por las traducciones de Manuel de los Reyes o, dicho de otra forma, si el traductor de dicha novela no hubiera sido él, probablemente no me habría llamado tanto la atención una obra ganadora de tantos premios. Por eso cuando me enteré de que Manuel era el traductor y leí los elogios que dedicaba al autor de la novela, yo que, a pesar de que el blog lleva abierto casi dos años, sigo siendo un novato en estas lides, le solicité ayuda vía facebook para obtener la dirección del servicio de prensa de la editorial, algo que amablemente me consiguió tras realizar las oportunas pesquisas. La respuesta positiva de Plaza y Janés fue rapidísima y desde aquí les agradezco a ambos, traductor y editorial, la ayuda y el envío del libro.

La situación medioambiental y socio-política que vive el mundo en la actualidad sirve de base para esta novela de marcado carácter distópico ambientada en el siglo XXII. Así, ninguno de los problemas que nos aquejan se han resuelto y han continuado su evolución hacia un futuro peor.
La secuencia de eventos catastrofistas que narra Bacigalupi resulta bastante plausible y, por ende, aterradora.
De éste modo nos encontraremos con un planeta hiper-superpoblado en el que el aumento de temperatura y, quizás la manipulación genética, han propiciado la vuelta de enfermedades ya extinguidas y la aparición de nuevas plagas que acarrean hambrunas colosales y megacorporaciones que dominan la alimentación a nivel mundial gracias a la transgenización alimentaria. Los combustibles fósiles se han agotado y los vehículos a gasolina son un lujo que muy pocas personas en el mundo se pueden permitir, por lo que los medios de transporte se limitan a la tracción animal y humana y, la energía se obtiene a través de biomasa y de la utilización de gases combustibles como el metano o de la generación de energía a través de síntesis de microalgas.
La tecnología se ha venido abajo y los ordenadores de las grandes empresas han quedado obsoletos, en cambio, Japón ha desarrollado notablemente la biomecánica, creando seres artificiales llamados neoseres, prácticamente indistinguibles de los humanos salvo por sus movimientos sincopados, y que son destinados a diversos usos con la orden principal de servir.

Con estos antecedentes y alguno más, Bacigalupi nos sitúa en Krung Thep, la capital de Tailandia, un reino que ha permanecido independiente del resto del mundo y que, por tanto, ha sido capaz de subsistir, entre comillas, apartado de él. De esta forma, las vicisitudes de muchos y variados personajes se intrincarán en una obra coral que paso a paso nos hará ir descubriendo los cambios que ha sufrido el planeta, y los objetivos de cada uno de ellos nos sumergirán en una aventura en la que, además, nos debe quedar claro un futuro realmente desolador.
Cada uno de los grupos de poder y también los sectores más oprimidos tiene su representante protagonista en la novela, de modo tal que su visión nos introduzca más en el mundo del que procede. Así, Anderson será el espía de una importante empresa alimentaria que busca descubrir nuevas semillas escondidas en Tailandia bajo la tapadera de directivo de una empresa fabricante de muelles percutores acumuladores de energía; Hock Seng será el camisa amarilla (chino-malayo) huido de su patria por el fanatismo religioso y que pretende forjarse un nuevo destino a costa de su jefe, Anderson; May es una pobre niña tailandesa obligada a trabajar para poder malvivir; Carlyle, el ejecutivo ávido de poder; el general Pracha, la cabeza directiva del Ministerio de Medio Ambiente que lucha por mantener al pueblo tailandés alejado de los intereses extranjeros; Akkarat, su contrario, Jefe ministerial de Comercio, que ansía abrir las fronteras de Tailandia al resto de mercados; Jaydee, jefe de los camisas blancas y máximo acicate de la lacra forastera; Kanya, su segunda al mando y que nunca sonríe, pues guarda en lo profundo de su corazón, un secreto tan grande como su odio;

Gi Bu Seng, el mago de la genética, capaz de modificar o alterar genéticamente casi cualquier cosa, un hedonista que disfruta de los últimos años de su vida escondido de las grandes empresas; y, como no, Emiko, la chica mecánica, protagonista de esta historia, cuyo único anhelo es ser tratada con respeto y que ansía la libertad. A través de su pellejo reviviremos explícitas escenas de tortura sexual, y seremos cómplices del desbordar del vaso de su tolerancia, pues no será sino ella la que acabe convirtiendo esta novela en un tour de force desenfrenado y a la ciudad de Krung Thep en un campo de batalla. Todos estos personajes y muchos más dotan a la novela de un vibrante realismo y nos permiten disfrutar de ellos y sentir sus anhelos,esperanzas y temores de una forma vívida.

Hay que reconocer que la novela arranca de forma bastante lenta, quizás durante demasiadas páginas, y puede llegar a resultar cansina para el lector impaciente, ávido de acción pero, también es cierto que Bacigalupi utiliza estas páginas para, con un lenguaje algo denso al principio pero más correcto y preciso y bastante más ágil al final, ir desgranando la situación mundial poco a poco, como el caer de la fruta madura y, si se tiene la paciencia suficiente para captar el fresco al completo, una vez se produce el desencadenante de la revuelta (momento a partir del cual la novela se agiliza enormemente gracias a una acción trepidante encadenada por cortos capítulos), la historia cobrará un nuevo sentido y estos cientos de páginas lentas se habrán convertido en un trasfondo casi tan real como el suelo que pisamos.

La novela incita a la reflexión de muchísimos aspectos, como la manipulación genética de los alimentos y sus consecuencias, ya sean o no intencionadas; las intestinas luchas entre los diversos intereses de los poderes fácticos; la apertura a nuevas culturas y alternativas; el trato humano hacia lo desconocido, lo diferente e incluso el maltrato hacia el humano al que se considera inferior; la lealtad, la amistad, el odio, entre otras y, como no, el destino hacia el que estamos llevando al plante y su eclosión ecológica si no somos capaces de cambiar el rumbo de ésta.
Hay quien dirá que la novela es extremadamente alarmista y catastrofista,proveniente del típico profeta loco de Greenpeace, y quien dirá que la intención del autor es el proselitismo puro y duro. a mí, en cambio, me parece que no es nada de esto y el mensaje es claro, debemos aprender de nuestros errores y hacer un esfuerzo real, en lugar de plasmado en papeles, por respetar lo que queda de éste nuestro mundo.
En mi opinión, me parece una novela bastante realista, con un futuro no solo muy plausible sino, de seguir así las cosas, más que probable ( en su mayor parte, claro). !Quizás yo también sea demasiado alarmista!

En cuanto a la edición, decir que es una edición más que correcta, en tapa dura y un formato muy elegante y, que puedo decir de la traducción del Sr. De Los Reyes, para mi francamente buena y, como neófito que soy, imagino que difícil por tanto argot orientaloide.

No sé si realmente merece tanto premio, pues no he tenido el gusto de leer a sus contrincantes y, por tanto, no puedo juzgar, pero tengo claro que es una buena novela y que las nominaciones son merecidas.
Como siempre, todo esto no deja de ser mi opinión, claro.