Páginas

jueves, 23 de diciembre de 2010

Viking: Odinn's Child

De vez en cuando me da por comprar algún libro en el idioma de Shakespeare. Suele ser por tres motivos: 1. No está editado en castellano, ni hay visos de hacerlo; 2. El precio es mucho más barato que en castellano; 3. Desengraso un pelín mi anquilosado inglés.
Los tres motivos me indujeron a comprar la trilogía de Viking de la que ahora reseño el primer título, aunque recientemente se ha indicado que el año próximo saldrá publicado en nuestro país.

De un escarceo amoroso entre el explorador Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, y una recién llegada de nombre Thorgunna, nace en el año 999, Thorgils Leifsson, el protagonista de esta novela. Tras separarse, Thorgunna viaja con el recién nacido a Islandia, tras los pasos de Leif. Poseedora de poderes clarividentes se la respeta y teme al mismo tiempo por poseer la llamada segunda vista y morirá cuando Thorgils cuenta apenas un par de años. a partir de aquí, Thorgils irá a vivir con nos parientes y al comprender que ha recibido los dones de su madre se convertirá en aprendiz de varios mentores en Islandia y más tarde en Groenlandia que tratarán de enseñarle los antiguos caminos de los dioses vikingos en oposición a la cada vez más omnipresente fuerza del recién llegado Cristo Blanco.
Posteriormente viajará con su tía a Vinland, donde será testigo de una cruenta masacre entre pueblos hermanados y volverá a Groenlandia. Durante su infancia continuará viajando y volverá a Vinland, Groenlandia e Islandia, para posteriormente en su adolescencia viajar a Irlanda con la idea de encontrar sus orígenes, pues de allí arrancan sus raíces por parte de madre. Viajará entre las islas desempeñando diversos trabajos que puede efectuar hasta que finalmente en la batalla contra el Alto Rey de Irlanda caerá preso de un clan irlandés que finalmente y como esclavo que es, lo trocará a un monasterio cristiano a cambio de los impuestos que están obligados a pagar.
Tras algún tiempo en el que Thorgils demostrará ser uno de los alumnos más aventajados, pero con la mente siempre puesta en el misticismo vikingo, y tras conocer el amor, acabará siendo acusado de traidor, por lo que huirá del monasterio y se convertirá en aprendiz de Eochaid, un respetado juez dentro de la cultura druídica, hasta que finalmente será atrapado por los monjes y condenado a ser abandonado a su suerte en el mar a merced de las olas en un diminuto esquife.

Mi primer problema al reseñar este libro reside en la dificultad
del idioma pues, si bien he entendido y disfrutado su lectura, he de decir que mis conocimientos no van mucho más allá y, por tanto, no me permiten obtener un planteamiento más preciso en cuanto a la técnica y estilo del autor. Mi conocimiento del inglés no llega para tanto, algo que lamento, por lo que subjetivamente puedo decir que me parece correcto y en ocasiones muy detallado, pero se me escapa en cuanto a estética literaria.
Una vez comentada ésta mi incapacidad, se puede decir que es altamente discernible la experiencia literaria de Tim Severin en el terreno histórico-explorador, pues lo años de vida de Thorgils aquí relatados tienen mucho de viajes geográficos y de exploración de nuevas tierras.
La novela comienza cuando en el año 1070 un monje descubre unos manuscritos escondidos en la biblioteca del monasterio. Estos manuscritos relatan la vida de Thorgils Leifsson.
Pese a ser una novelización, con sus consabidas licencias literarias, cabe mencionar que Thorgils Leifsson existió realmente y que aunque históricamente esta muy bien construido, las primera mitad del libro se vuelve algo pesada, pues cubre los años de infante del protagonista y está centrada sobre todo en el modo de vida vikingo. Un modo de vida, por otra parte, bastante alejado de todo a lo que estamos acostumbrados con las famosas incursiones vikingas y sus berserkers como si fuesen lo único existente en el mundo vikingo. En esta ocasión, a través de los ojos de nuestro protagonista podremos ver el mundo vikingo con una luz diferente. Podremos asistir a un juicio vikingo, sorprendentemente próximo a como hoy lo conocemos, con jueces, abogados y testigos; asistiremos a la dura lucha que enfrenta a los antiguos dioses para no ser olvidados y abandonados en favor del nuevo dios blanco de los cristianos que arrasa con todo, y así se nos mostrará la fuerza mística del conocimiento vikingo, que considera que el alma reside en la mente, en lugar de en el corazón como creen los cristianos; una cultura que cree firmemente que no se puede alterar el gran patrón y que incluso los mismos dioses saben que algún día tendrán que enfrentarse a su destino y a la destrucción del mundo; que nos enseñará como la grabación de diferentes símbolos en los objetos los dota de un poder especial.
Se nos mostrará al pueblo vikingo (principalmente islandés) como un pueblo granjero y tranquilo pero bravo, y fiero cuando ha de serlo; que cree en la justicia, en la hermandad y en
el honor por encima de todo, y gracias a los viajes de Thorgils también vislumbraremos facetas del pensamiento y modo de vida celta, al tiempo que presenciaremos alguna buena batalla (no muchas) que nos dejarán chorreando sangre.
Aunque ya he adelantado bastante, la segunda mitad del libro es más interesante, con más acción y vivencias y nos ponen en el buen camino de querer conocer más de la vida del protagonista, saber que le deparará el destino, pero teniendo en mente que esperamos que al hacerse mayor veremos algo más de la fuerza guerrera vikinga (al menos eso espero yo).

En definitiva, una novela muy aceptable, un poco sosa al principio, pero lo suficientemente interesante al final como para lanzarme con la segunda parte, Sworn Brother, pues me ha dejado con ganas de más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario