viernes, 13 de noviembre de 2009

Mysterium

Al rescatar de la pila de lectura el Mysterium de Robert C. Wilson, tenía la intención de leer algo de un escritor del que no tuviese ninguna opinión formada. Me he acercado a este libro sin haber leído opiniones ni, por supuesto, las obras del autor, por lo que estaba completamente libre de prejuicios para afrontar su lectura.

El pequeño pueblo de Two Rivers es el lugar elegido para ubicar un semisecreto Laboratorio de Investigaciones Físicas.
Tras un extraño accidente en el mismo, el pueblo y los alrededores desaparecen por completo de la faz de la Tierra y reaparecen en otro mundo con marcadas diferencias con respecto al nuestro.
Los nuevos E. E. U. U. son un remedo anacrónico de los actuales, con un severo régimen totalitario subyugado por una religión agnóstico-cristiana.
El pueblo de Two Rivers es declarado en estado de excepción y sus habitantes deben acostumbrarse a vivir en un mundo que nada tiene que ver con el que, sin saber como, dejaron atrás.

Robert Charles Wilson utiliza una prosa ligera y sostenida por una rápida sucesión de capítulos cortos que animan la lectura haciéndola muy fluida. Obtiene, de esta forma, el ansia de querer saber más por parte del lector, que ve como las páginas pasan rápidamente y espera conocer más cosas de este nuevo y distópico mundo.

Toda la novela transcurre en el pueblo de Two Rivers, por lo que la ambientación queda practicamente circunscrita a este enclave, pero las impresiones dejadas por los nativos añaden el equilibrio necesario para entender holísticamente el trasfondo de la ambientación.
E. E. U. U. se ha vuelto un país totalitario y mientras los españoles luchan por controlar la frontera occidental, la facción inglesa se ha hecho cargo del Gobierno Civil y la francesa de la jerarquía religiosa. Los acontecimientos históricos están levemente cambiados y los Estados Unidos es practicamente una dictadura en la que los censores y procuradores son el brazo fuerte de la Ley.
Es notorio observar como, salvo un pequeño grupito, la inmensa mayoría del pueblo se rinde por completo al nuevo estilo de vida; se enfrentan a un mundo hostil y desconocido, que les ha impuesto un toque de queda, un racionamiento alimentario y ejecuciones sumarias ante lo que consideran subversivo, y sin embargo, como lindos corderitos se dejan hacer. Cierto es que una situación militar como esta puede asustar, pero una violación tan flagrante de las libertades humanas dudo que permaneciera sin ningún tipo de contestación por parte del pueblo.
Los personajes son bastante arquetípicos, pero están bien construídos y poseen una buena caracterización que los convierte en uno de los mejores puntos de la novela.
Los personajes principales parecen comenzar siendo meros espectadores, pero se van introduciendo paulatinamente en la historia hasta llegar a ser los elementos que añaden más jugo.
Merece mención especial el personaje de Linneth Stone, historiadora de esta Nueva América, que empatiza con los habitantes del pueblo y acaba renegando de sus anteriores convicciones aun a riesgo de su propia vida.

A mi modo de ver, la novela queda un poco coja. Se le podría haber sacado más chicha, pues el lector va rápidamente pasando los capítulos en aras de encontrar un elemento desequilibrante que nunca llega a ocurrir, mientras que la narración se va encaminando poco a poco hacia un final más o menos previsible y que deja un sabor agridulce.

No obstante, el valor final de la novela es bastante positivo y muestra a Robert C.Wilson como un buen escritor de Ciencia Ficción. Un escritor al que seguir la pista.

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