lunes, 31 de octubre de 2011

Botchan

Vuelvo a mostraros algo de literatura japonesa. Esta vez, de la mano de uno de los narradores por excelencia del Japón, Natsume Soseki, y de la novela que lo catapultó a la fama, Botchan.

El protagonista es un ingenuo, al tiempo que cínico, joven tokiota apodado Botchan, que tras obtener un título en ciencias es contratado para impartir clases en un colegio de la isla Shikoku. Allí intentará subsistir a las travesuras que día a día le gastarán sus nuevos alumnos, algo que llevará muy mal y, dado su impaciente carácter, no será capaz de atajar de buena forma.

No sé por qué, pero siempre había pensado que Soseki era un autor a quien había que leer con calma, dada, lo que yo pensaba, su densidad y elevado grado de filosofía pero, tras leer Botchan, veo que me equivocaba de parte a parte. La literatura de Soseki se desliza ante nuestros ojos como seda llevada por el viento y, al menos en esta novela, se muestran con sencillez la mayor parte de las ideas que el autor quería expresar, de tal modo que resulta muy sencillo seguir la obra. Tal vez sea porque parte de la misma puede considerarse paralela a la propia experiencia del escritor y el personaje de Botchan sea una suerte de alter ego del mismo Soseki.
El estilo de Soseki es elegante y muy correcto, como corresponde al de un caballero japonés, pero nada recargado y de una sencillez tal, que permite que las páginas vuelen a toda velocidad ante nuestros ojos.
El autor nos presenta a un joven, no especialmente inteligente, que tras obtener una titulación en ciencias partirá a una lejana ciudad para dar clase a una pandilla de díscolos muchachos que aprovecharán la ingenuidad y el carácter tendente a la beligerancia de su nuevo profesor para gastarle broma tras broma.
Desde niño Botchan ha sido independiente y muy cínico y siempre ha estado protegido por la criada (Kiyo) pues, a pesar de todo, es un hombre ingenuo por naturaleza. Por ello, tras la muerte de su padre, su hermano venderá la casa y le dará una pequeña cantidad. Este será el punto en el que se decidirá a marchar lejos a dar clase pero, siempre tendrá presente a Kiyo en sus pensamientos.
Botchan mostrará desde el principio su inseguridad y entrará al trapo de todas las bromas, consiguiendo incrementarlas en lugar de aplacarlas. Es un personaje cínico de campeonato y, lo primero que hará al llegar al colegio será poner apodos a todos los profesores: el puercoespín, el calabaza o el camisarroja, entre otros. Se siente superior a todos, profesores y alumnos, a los que considera unos paletos pueblerinos pero, en cambio, esa es la imagen que él proyecta, la de alma cándida e inmadura, algo que aprovecharán los alumnos para hacerle la vida imposible y los profesores para meterle en sus luchar de poder y, jugando con su ego y, con dimes y diretes, intentarán llevarlo a su terreno.

Soseki nos muestra también una sociedad marcada por las tradiciones, donde cada gesto denota sobriedad y cada elemento urbano nos sumerge en un espacio perfectamente calculado para ser armoniosamente perfecto, pero también nos muestra que esta sociedad esconde en su interior lo mismo que aquellas culturas más occidentalizadas: el gusto por las bromas, por el egoísmo, la chanza vil y el ansia de poder.
Soseki nos hace partícipes del sosiego y la calma, de los sencillos placeres del Japón: unos baños comunes; unas camas sencillas; unas viandas suculenta cuyos nombres parecen arrostrar milenios; amén de las geishas. Y también nos muestra, a modo de crítica, aquello que con tanto celo pretenden ocultar: bromas crueles a los que consideran diferentes; prejuicios, abusos de autoridad, menosprecios e inquinas; ansias de lo ajeno.
A través de Botchan visualizaremos todos estos pasillos desde los ojos de un niño, de un inocente que en su humilde verdad es capaz de creer lo primero que ve o escucha y de cambiar de opinión según "le soplen" en la cara.

No podemos olvidarnos de Kiyo que será el verdadero sustento para el alma de Botchan, el auténtico apoyo sin cuya ayuda, sin cuyos recuerdos, lo habrían hecho abandonar muchísimo antes. En la presencia de Kiyo observaremos también el homenaje a los mayores; el respeto a quien nos ha cuidado y nos ha ayudado a tener una vida mejor.

El final de la novela no puede ser otro que el que es: sencillo y triste. Lleno de nostalgia y de recuerdos pero también de amor y esperanza.

Me ha parecido una novela muy agradable. Una novela tierna y divertida que pese a parecer sencilla puede quedar grabada bastante tiempo en la memoria, obteniendo nuevos resultados con cada vuelta que le damos en la cabeza.

En definitiva, una novela para disfrutar; un autor para leer pensando, o pensar leyendo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Zombi

No me había llamado la atención el libro que reseño, pues no me atrae el tema zombi, aunque una vez leído, veo que en esta novela la palabra tiene un significado netamente diferente al utilizado popularmente. A pesar de ello, NGC tuvo la gentileza de enviármelo pese a no haberlo solicitado, y aquí os presento mi impresión sobre ella. Una opinión cargada de contrasentidos y que no sé si servirá lo suficiente a aquellos que la lean.
Como todo lo editado por NGC, me encantó el formato de la publicación y nada más leer el texto de contraportada sentí como me llamaba la atención.
Abrí el libro y comencé a leer. Me encontré con un prólogo escrito por Francis P. Hernández que me echó el ánimo al suelo. Me pareció de una pedanteria y una prepotencia rayando en la imbecilidad más absoluta (no el autor claro, sino su escrito), tanto es así, que por poco no cierro el libro y lo dejo en la estantería olvidado pero, afortunadamente, el prólogo terminó rápido y me puse con la novela en sí.
Ya desde las primeras páginas conocemos a la protagonista identificándola con la ilustración de portada. Desde el inicio observamos que es un tipo de persona a quien no estamos acostumbrados a ver: dura, irreverente, sin apegos, carismática y brutal.

Jezabel es una zombi, una muerta en vida. Alguien a quien se le ha diagnosticado una enfermedad que sin previo aviso la enviará al reposo eterno. El tiempo que le queda es un préstamo y decide aprovecharlo estirando los disfrutes al máximo, no preocupándose por nada y haciendo todo lo que le venga en gana, el 99% de las veces ilegal.
Por ello forma parte de un grupo, La cofradía de los muertos, todos ellos en similar situación médica que Jezabel, y que se dedican a organizar peleas clandestinas entre ellos con resultado mortal y grabadas en vídeo para ser visualizadas en internet por millonarios sin escrúpulos.

Así nos meteremos de lleno en un mundo donde la droga, la prostitución, la violencia, la pobreza y la marginación campan a sus anchas , y de la mano del autor caminaremos por oscuras calles de mohosos empedrados con perversos ojos que acechan tras las esquinas. Una ciudad difícil de identificar y que podría ser más real de lo que parece, y digo "podría", precisamente porque no frecuento nada parecido pero imagino que la sociedad humana puede llegar a ese extremo, y más.

Zombi es una novela cruenta, dura, visceral y sin tapujos en la que todo es demasiado explícito, donde las drogas son drogas de verdad, el sexo, sexo y la sangre, sangre, algo que reconozco que no me ha gustado demasiado y determinadas escenas s eme han quedado grabadas y me han producido un serio impacto moral así como visual. Tal vez sea porque tanto la historia en sí, como la forma de escribir de Díaz Olmedo me recuerdan mucho al Club de la lucha de Palahniuk y, he de decir, que tampoco me gusta Palahniuk (es probable que el prologuista me tilde de blandengue remilgado pero... me la pela).

Trama como tal, no hay trama, Díaz Olmedo se basta con mostrarnos la vida de uno de estos pervertidos personajes y su elenco de compañeros, a cual más histriónico y patético. Así, nos encontraremos con Jezabel, que ejerce de heroína ante mediums, brujos y predicadores que con engañifas dicen hacer milagros. SE convierte ante estos delincuentes de pacotilla en la defensora y escudera moral de los desfavorecidos mientras que por otro lado se convierte en la más depravada y sádica hija de puta al no permitir que un compañero que se ha curado pueda salir del grupo. Lo siento, pero me es imposible epatar ni aceptar a un ser así y, por tanto, la novela no ha conseguido transmitirme esa pasión que pretenden destilar sus páginas.
Conoceremos también a Carol, pervertida, depravada, sádica y cruel que disfruta con el dolor ajeno y no lo oculta en ningún momento, al contrario que la protagonista; o a Mara, la amiga de Jezabel, nunca ha peleado y por tanto nunca se ha preparado. Dulce y cándida debe convivir con unos amigos que asesinan sin reparos ni remordimientos.

Juan Díaz Olmedo escribe con pasión y precisión, en mi opinión, remarcando en exceso las descripciones, en las que se hace difícil encontrar una frase en la que haya algún sustantivo sin un par de calificativos, algo que me agrada por la minuciosidad en la descripción pero que, en esta ocasión, se me antoja rebuscado y artificial en exceso.
Nos encontramos ante una obra visualmente muy potente, dura y oscura, con imágenes que asaltan la mente y líneas que patean la boca del estómago con dureza. Una obra violenta y muy gráfica que no tengo claro como calificar, pues a mí no me parece negra y, si bien es cierto que nunca había oído el término "bizarre noir", me parece que encaja como un guante para esta novela, pues es algo realmente negro, grotesco y extravagante.
Una novela en la que el componente psicológico y social se lleva al extremo y nos hace pensar en las aficiones de aquellos que tiene de todo, que el dinero es su castigo y no saben como gastarlo; y en aquellos que ya no esperan nada de la vida y saben que cada instante puede ser el último. En mi opinión, el autor ha buceado demasiado profundo en la idea de que lo ilegal, lo prohibido, supone la mayor descarga de adrenalina y, tal vez, por esto no me he creído la historia y no me ha convencido del todo. ¿Qué harías tú si te quedase poco tiempo de vida?
No obstante, reconozco el buen hacer del autor y el soplo de pútrido aire que supone esta novela para la literatura de género, y recomiendo su lectura, por un lado, como alternativa a lo mismo de siempre y, por el otro, como reconocimiento a una editorial que creo dará mucho que hablar y a quien he de alabar el buen trabajo que están haciendo pese a que esta novela no me haya agradado del todo.

sábado, 22 de octubre de 2011

Lavinia

Tenía muchas ganas de leer Lavinia, una novela que aunaba, a priori, un par de elementos que valoro profundamente: un autor de reconocida solvencia, y una historia con elementos fantásticos sobre un trasfondo real o cuasi-real. Así, Lavinia reunía ambos, una gran autora como U. K. Le Guin, y una historia basada en La Eneida. Por lo tanto, antes de comentar un poco la novela, puedo adelantar que se han cumplido las expectativas que tenía puestas en ella, y Lavinia me ha encantado.

Lavinia, hija de Latino, Rey del Lacio, ha crecido en un reino de paz, libre de guerras. Con la llegada de la madurez se le presentará la obligación de tener que contraer matrimonio y, no le faltarán pretendientes pero, ella, fiel a lo que ha vaticinado el oráculo esperará la llegada del extranjero con quien deberá desposarse.

Con el cuidadoso tiento que la caracteriza, ha arrancado del ostracismo a Lavinia, un personaje a quien Virgilio dio un papel de apenas un par de líneas, y la ha convertido en una actriz importante por derecho propio; una mujer con fuerza y personalidad, consiguiendo de este modo, en mi opinión, complementar la obra del romano dotándola de una visión más humana y más enriquecedora desde una perspectiva femenina externa.
U. K. Le Guin se sumerge así en la mítica Eneida y, con la sutileza de sus palabras y la elegancia con que las combina, nos acerca a una tierra poblada de bosques y ríos, donde los hombres pretenden vivir en paz y los dioses son adorados como tales; de gentes sencillas con quehaceres sencillos y de ancestrales tradiciones arraigadas; donde una mujer no posee poder alguno y, sin embargo, puede decidir el destino de un pueblo.
Y por estos tranquilos campos de labranza y empedradas calles camina tranquilamente la cándida Lavinia, hasta que se enfrenta a la cruda realidad de tener que contraer matrimonio. De entre los pretendientes destaca Turno, el sobrino favorito de su madre (a quien no dejaremos de pensar si no se estará beneficiando), un joven guerrero, orgulloso y soberbio que se siente el único merecedor de su mano y heredad. Pero Lavinia no accederá aún, a sabiendas de que pondrá en peligro al reino, pues en sus visitas al oráculo de Albunea, el poeta le habrá contado su vida y le habrá dicho que debe esperar la llegada del extranjero Eneas para, junto a él, fundar un linaje que dará lugar a la gran Roma.
De esta forma Le Guin pide permiso y rinde homenaje a Virgilio, pues no es otro sino él, el poeta que rebela Lavinia la historia que él está contando y que ella deberá terminar. Y así, Lavinia se convierte en un personaje peculiar, sabedora de su propio destino y que asume a pies juntillas sin pretender cambiarlo.

Como siempre, Le Guin destaca por el sentido sociológico y humanista de sus obras, y en esta no podía ser menos. Mostrándonos una sociedad apegada a los valores tradicionales donde las mujeres se dedican a cuidar de sus casas y a atender los altares familiares y el poder reside por completo en los hombres. Pero es característico también de la autora un cierto toque feminista, algo que se puede observar en la propia protagonista al otorgársele actividades y actitudes impropias de su tiempo, así como en la "revuelta de las mujeres" en el "rapto" de la protagonista por parte de su madre".
En general, los personajes están estupendamente construidos, con una voz propia que los acerca y define. Así, nos encontraremos con la arrogante y soberbia Amata, madre de Lavinia; con Latino, padre de la misma y cuya única meta es terminar sus años con el reino en paz; con Turno, prepotente y orgulloso; con Ascanio, el hijo de Eneas, rencoroso y siempre bajo la sombra de su padre; y, como no, con Eneas, duro, curtido y justo o cruel según la necesidad, pero siempre ansioso por vivir su vida junto a Lavinia.

Tratándose de una obra sobre la Grecia Clásica, no podemos menos que pensar en mitología, algo que Le Guin no olvida, pero consigue transmitírnosla de forma diluida, escondida en los altares familiares, en las plegarias de las mujeres o en las premoniciones de los personajes haciendo, por tanto, que sea una fantasía más fácil de creer.
Con esta novela la autora otorga una nueva dimensión a La Eneida pues nos ofrece de forma firme y coherente la voz de un personaje secundario como Lavinia, al tiempo que nos recuerda y esclarece datos de la obra original.

He disfrutado con la fantasía de Terramar y con la ciencia ficción de Los desposeídos. Ahora le ha tocado el turno a la historia, y veo que Le Guin es una maestra en todo aquello que escribe.
En definitiva, una obra deliciosa, alejada de los habituales registros de Ursula K. Le Guin pero en la que se puede apreciar su mano en el estilismo y sencillez de la narración en la que no puedo sino rendir pleitesía a la narración que el poeta ofrece a Lavinia sobre el inicio de las hostilidades y el desarrollo de la contienda, en apenas unas páginas, Le Guin nos ofrece una batalla entera cargada de imágenes sangrientas de las que gotea una excepcional poesía.
Una novela altamente recomendable par aquellos amantes de los mitos clásicos y para aquellos que no; para los que disfrutan con la fantasía y para los que no gustan de ella.

sábado, 1 de octubre de 2011

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, REY!

Mi hijo Álvaro cumple 9 años y necesito felicitarle con aquello que más le hace sonreir.

¡FELICIDADES, MI YA NO TAN PEQUEÑO BAKLAVA! ¡TE QUIERO CON TODA MI ALMA! MUUUUUUAK


Sorteo 2.1

Bueno, la verdad es que esto ha sido un poco pobre, pero ¡qué le vamos a hacer! Esperaba, por lo menos, 10 personas, pero como veo que no hay forma, habrá que hacer el sorteo así. Repartiré 10 números a cada uno y los 30 restantes quedarán libres para mi. El ganador será aquel cuyo número coincida con los dos últimos números del sorteo de la ONCE del 12/10/11, o sea, el miércoles que viene (pasado mañana).

Earendilion - 01 al 14
Neovallense - del 15 al 26
Sawayn - del 27 al 38
Susana Eevee - del 39 al 50
J. A. Oliva - del 51 al 62
Gallofa - del 63 al 74
Tatty - del 75 al 86
Earendilion - del 87 al 00


El resultado será anunciado como actualización de esta misma entrada. No haré una entrada nueva.

Suerte!!!

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